Tras ser liberado este domingo por las Farc después de dos semanas de secuestro, el general Rubén Darío Alzate anunció su retiro de las Fuerzas Militares y explicó las circunstancias en las que fue raptado en el departamento del Chocó, hecho que obligó al Gobierno a suspender los diálogos de paz.
«Por mi honor militar –la primera virtud del soldado, que he respetado sirviendo por más de 33 años de entrega– y por el amor y respeto a nuestra institución militar (que por este hecho se ha visto afectada) he solicitado al Gobierno Nacional mi retiro del servicio activo”, manifestó el general Alzate.
Según explicó el uniformado, sí adoptó medidas de seguridad previo a su visita al caserío Las Mercedes, lugar donde se produjo el plagio y donde adelantaría labores humanitarias con la comunidad, en su papel de comandante de la Fuerza de Tarea Titán.
«Procedí a visitar el caserío Las Mercedes, adoptando unas medidas de seguridad que incluían desinformación de mi ruta y destino final, el no acompañamiento de mi anillo de seguridad y el manejo de un bajo perfil por lo que iba vestido de civil y sin armamento (…) fui vestido de civil para fortalecer la confianza con una comunidad que merece nuestra atención y acercamiento”, aseguró el general Alzate.
Posterior a un recorrido que duró aproximadamente 15 minutos en bote desde Quibdó –relató el uniformado–y cuando se encontraban desembarcando en Las Mercedes (acompañado del cabo José Rodríguez y la abogada Gloria Urrego) el perro que se encontraba con ellos saltó del bote y asustó a unos niños que se encontraban adelante del muelle “razón por la cual ordené que regresara al bote. Caminamos nuevamente hacia la comunidad y cuando habíamos avanzado unos pocos metros, sorpresivamente fuimos abordados por cuatro hombres armados de civil”.
El general Alzate, así como el cabo José Rodríguez y la abogada Gloria Urrego, fueron secuestrados por guerrilleros del bloque Iván Ríos el pasado 16 de noviembre, cuando visitaban el caserío de Las Mercedes, considerado por las autoridades como zona con fuerte presencia guerrillera. En el momento del secuestro, el general estaba vestido de civil y sin su escolta.
El secuestro del uniformado –el oficial de más alto rango tomado por las Farc– implicó la más grave crisis del proceso de paz, por lo que el presidente Juan Manuel Santos decidió suspender las conversaciones en La Habana (Cuba), hasta tanto la guerrilla liberara a los prisioneros.
Como condición para volver a sentarse a dialogar Santos impuso, además, la liberación de los soldados César Rivera y Jonathan Díaz, secuestrados por la guerrilla el 9 de noviembre en el departamento oriental de Arauca, que fueron liberados el pasado martes.
Los tres prisioneros fueron entregados el domingo a una misión humanitaria integrada por miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y delegados de Cuba y Noruega (garantes del proceso de paz) en el departamento de Antioquia. Posteriormente, fueron trasladados al Hospital Militar de Bogotá, donde fueron sometidos a valoraciones médicas y psicológicas.
Tras la libertad del general y sus acompañantes, el primer mandatario autorizó el regreso de sus negociadores a La Habana, donde ya se han alcanzado preacuerdos sobre tres de los cinco puntos de la agenda para firmar la paz.
Paralelo a la liberación del general Alzate, en la comisión segunda del Senado avanza una citación al Congreso para que explique las circunstancias en las que se llevó a cabo su secuestro.
El Senado quiere saber por qué el alto oficial no había informado de su traslado hacia el municipio de Las Mercedes (Chocó) sin respaldo militar y con indumentaria de civil.
Por otro lado, la Fiscalía –que en su momento abrió una investigación por la «retención indebida» del uniformado– anunció este lunes que por orden del fiscal general, Eduardo Montealegre, el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) escuchará a los recién liberados en una «entrevista» dentro de la investigación que lleva a cabo por el hecho.
Fuente: ElEspectador