El presidente del Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro, Ramón Guillermo Aveledo, asistió hoy al evento realizado en el Concejo Municipal del Municipio Maneiro de la isla de Margarita: “Jóvito Villalba, Héroe Civil y Apóstol de la Unidad” para rendir homenaje a este ilustre venezolano quien fuera en vida el líder político fundador del partido URD (Unión Republicana Democrática) un partido de tendencia liberal, democrática y nacionalista.
“Es un honor mayor que la representación democrática del pueblo de Pampatar, me invite a participar en este recuerdo a su hijo ilustre. Una condecoración que con su nombre premia los méritos en el servicio ciudadano a la construcción de Patria libre. Decisión de esta Cámara que mucho significa en la presente hora venezolana de crisis multiforme, originada en los problemas no resueltos y, al contrario, agravados, y en la tozudez en sustituir la realidad con prejuicios, complejos y fantasías”, señaló Aveledo.
En el evento el presidente del Instituto recordó al político venezolano como una persona que entró en la historia de Venezuela con el romanticismo de las boinas azules, en la Semana del Estudiante de febrero de 1928.
“Inmediatamente después de febrero de 1928 comenzó su largo itinerario de perseguido, preso y desterrado. El Cuartel de El Cuño, la Policía de Caracas, el año veintinueve la Rotunda y luego por cuatro años, el Castillo de Puerto Cabello donde sigue estudiando el Derecho, organiza la instrucción a los analfabetos, y se dispone a aprender idiomas. De allí al exilio en Trinidad, hasta que la víspera de Navidad de 1935, tan pronto ha muerto Gómez, llegará a La Guaira como polizón de un barco de bandera alemana, al cual puede subir cuando cargaba carbón en Puerto España, gracias a la mano solidaria de sus marineros margariteños”, sentenció el presidente del Instituto.
Asimismo Aveledo destacó su relevante participación en el año 1952 cuando después de tomar el poder, la Junta Militar había restituido parcialmente las garantías constitucionales y renovado su promesa de convocar a elecciones. En ese momento el partido liderado por Villalba (URD) se debatía entre la participación y la abstención, pero se decide a participar.
“Desde la clandestinidad y el exilio, AD es abstencionista. ‘Escogemos la lucha’ dice Caldera para explicar la participación copeyana en una competencia electoral injusta. URD cierra con un mitin impresionante en el Nuevo Circo desbordado y sus cuadras adyacentes. La lucha es por ‘Una Venezuela sin perseguidos ni perseguidores’ decía Villalba. URD ganaba en todas partes, salvo en Táchira y Mérida que lo hacía COPEI. El triunfo electoral de la oposición es clamoroso. A mediodía del 1º de diciembre se suspenden los escrutinios y se prohíbe a los medios informar sobre el proceso. El 15 , el nuevo Ministro del Interior Vallenilla-Lanz invita a la dirección urredista a una reunión en su despacho. Como Villalba no comparece, convoca de nuevo para la tarde porque ‘es indispensable su presencia’. Cuando ocurren a la cita, son detenidos, trasladados a Maiquetía y expulsados”, describió el dirigente opositor.
Igualmente el presidente del Instituto Fermín Toro recordó el 23 de enero de 1958 como una fecha inolvidable ya que cae la dictadura de Gómez. Manifestó que Villalba fue el primero en regresar y desde Maiquetía llamó a la unidad de todas las fuerzas democráticas. El 31 de octubre suscriben AD, URD y Partido Socialcristiano COPEI en Punto Fijo y los partidos mantuvieron conversaciones para asegurar la inteligencia, mutuo respeto y cooperación entre ellos; pulcritud electoral y prolongación de la tregua política; defensa de la constitucionalidad y del derecho a gobernar según el resultado electoral; gobierno de unidad nacional y programa mínimo común; y condiciones para que prevaleciera la unidad teniendo conciencia de la diversidad.
“Betancourt, Caldera y Villalba no son socios ni compinches, son líderes de partidos rivales y competidores con una historia de diferencias que saben poner de lado, para dar prioridad al proyecto democrático común. En ese período de nuestra historia del cual es co-fundador, Villalba sería protagonista en casi todos los episodios políticos y electorales. Sobresalió en el debate constitucional que condujo a la Carta de 1961. Fue candidato presidencial en 1963 y, tras intentar la unidad de la izquierda democrática, inspirada en la Unidad Popular chilena, volvió a serlo diez años después, a conciencia de que levantaba más una bandera que una aspiración”, indicó Aveledo.
Por otra parte expresó que el tributo del político venezolano fue transmitido de boca a oído, testimonio presencial o referencial, sin televisión ni medios masivos de comunicación que lo propulsaran. Y, principalmente, sin haber contado nunca con el respaldo del poder y sus recursos.
“La incompatibilidad entre funciones legislativas y ejecutivas piedra angular en la separación de poderes, le hizo librar batallas políticas y parlamentarias. La autonomía municipal, la elección popular de los gobernadores de estado, todo por la democracia, por cuya instauración y preservación tanto hizo y tanto estuvo dispuesto a sufrir”, sentenció.
Finalmente el presidente exaltó el heroísmo bélico de Jóvito Villalba resaltando su participación importantísima en la historia de la democracia venezolana.
“Su vida de político nos pone cara a cara ante una realidad que conmueve la conciencia. Luchó sin descanso, defendió su manera de querer a Venezuela y su sueño de verla convertida en una sociedad pacífica, democrática, próspera y justa. Enfrentó tiranías y arbitrariedades sin otra arma que su palabra, sin disparar un tiro ni tirar una parada. Si eso no es ser valiente, que alguien me explique qué es el valor entonces”, finalizó.
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