La Unión Africana ha otorgado un ultimátum de dos semanas al Ejército de Burkina Faso para que entregue el poder a las autoridades civiles, o se expondrá a sanciones. Para la organización, el mando militar actuó de forma anticonstitucional al asumir el Gobierno durante la revolución (convertida ya en asonada marcial) que provocó la salida de Blaise Compaoré.

El viernes, el teniente coronel Isaac Zida se auto-proclamaba nuevo jefe de Estado. El anuncio se producía tan solo unas horas después de que el jefe de Estado Mayor, el general Honoré Nabere Traoré, hubiera asumido también para sí el nuevo Ejecutivo.

Al contrario que con Traoré, el nombramiento de Zida sí fue respaldado por las fuerzas armadas en un comunicado, poniendo fin así a la incertidumbre que había dejado la marcha de Compaoré.

Ahora, la duda es saber por cuánto tiempo se prolongará la actual situación, después de que la cúpula marcial asegurara que el nuevo Ejecutivo estaría integrado por todas «las fuerzas vivas de la nación (sin especificar nombres)».

«El poder no nos interesa. Únicamente prima el interés superior de la nación, y el Ejército es una institución donde el honor, la dignidad y el espíritu de sacrificio constituyen sus virtudes sagradas», destacaba el presidente en funciones a través de un comunicado.

Por ello, sorprende el tono de la UA tras años de silencio frente a la dictadura de Compaoré. Curiosamente, en junio de 1998, el propio exmandatario era elegido como presidente de la Organización para la Unidad Africana (antigua UA). ¿Su antecesor en el cargo? Otro «ilustre» mandatario, el zimbabuense Robert Mugabe.

Aunque no es la primera vez que la UA muestra una actitud parcial a la hora de lidiar con crisis regionales.

¿Líderes perseguidos?
A finales del pasado año, la organización pedía el aplazamiento deljuicio contra el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, por crímenes contra la humanidad. De igual modo, exigió al Tribunal Penal Internacional que los gobernantes en el cargo no fueran juzgados hasta cumplir su mandato.

Solo unos meses antes, en mayo, la organización acusaba a la TPI de «cazar» a los ciudadanos de África debido a su raza.

«El 99% de los casos del TPI es contra africanos», denunciaba entonces el primer ministro etíope y presidente de turno de la organización, Hailemariam Desalegn.

Fuente: Abc.es

El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, ha convocado a su consejo de seguridad para este martes con el fin de discutir un cambio de estrategia en el este del país tras las elecciones celebradas en lasautoproclamadas repúblicas populares de Donestk y Lugansk.

Poroshenko ha explicado que su Gobierno necesita hacer «ajustes» en la ‘hoja de ruta’ que fijó tras su victoria en las elecciones presidenciales del pasado 25 de mayo, para hacer frente a la crisis en las regiones orientales.

El jefe de Estado ha señalado como causa de esta reunión de urgencia a las elecciones celebradas el domingo en Donetsk y Lugansk, y ha insistido en que son «una flagrante violación» del acuerdo alcanzado el pasado 5 de septiembre en Minsk, que contempla un alto el fuego en el este de Ucrania, entre otras cosas.

«Una de las cuestiones que se discutirán será la abolición de la ley que reconoce un estatus especial en ciertos distritos de Donestk y Lugansk», ha adelantado, indicando que esta ley «ha jugado un papel extremadamente importante para frenar la invasión extranjero y movilizar el apoyo internacional».

«Nosotros le hemos demostrado a los residentes en Donetsk y Lugansk y al mundo entero que somos sinceros en nuestro deseo de (conseguir) una solución política, pero los milicianos han rechazado esta oportunidad celebrando pseudo elecciones», ha lamentado.

Sin embargo, se ha mostrado dispuesto a «proporcionar poderes más amplios a los gobiernos locales elegidos legalmente». «No a los bandidos que se coronan a sí mismos» como líderes regionales, ha subrayado, según ha informado la Presidencia ucraniana.

A este respecto, ha revelado que, en la medida en la «descentralización» sigue siendo un «elemento clave» de la política de su Gobierno en Donbás, está dispuesto a aprobar una nueva ley «si todas las partes vuelven a lo acordado en Minsk».

Poroshenko ha detallado que, de aprobarse, esta nueva ley «fijaráclaramente los límites de los distritos especiales» en Donbás y facilitará «la descentralización presupuestaria para acabar con la irritante cuestión de ‘quién alimenta a quién’».

Fuente: Abc.es

El grupo Estado Islámico ha ejecutado a cuatro periodistas en la norteña ciudad iraquí de Mosul, según reportaron residentes locales a la agencia DPA.
Los terroristas ya han entregado los cuerpos de las cuatro personas a las autoridades médicas del lugar. Los periodistas formaban parte de un grupo de doce que había sido secuestrado entre el 26 y el 27 de octubre pasado.
Estas ejecuciones se suman a las realizadas por el ISIS el pasado 10 de octubre, cuando el grupo yihadista asesinó a un trabajador de prensa iraquí, a su hermano y otros dos civiles ante el público en un poblado al norte de Bagdad.

Los yihadistas mataron a Raad al Azzawi, un camarógrafo de 37 años que trabajaba en la cadena de noticias Sama Salaheddin, y a las otras tres víctimas en Samarra, al este de la ciudad de Tikrit.

El mundo fue protagonista de los repugnantes videos que publicó el Estado Islámico cuando decapitó a los rehenes occidentales. Entre ellos, también había periodistas, como el caso de James Foley y Steven Sotloff. Además de David Haines, trabajador de asistencia británico, y Alan Henning, un conductor de taxi también británico.

Según consignó a la agencia EFE un oficial de derechos humanos, el pasado viernes 24 de octubre tres reporteros fueron secuestrados por los yihadistas en la ciudad iraquí de Mosul.

Los secuestrados fueron identificados como Talal Qais, corresponsal de TV, y los camarógrafos Walid Akidi y Ashraf Abadi.

El director del Comité iraquí para la Protección de Periodistas, Ibrahim al Sarai, indicó que ya fueron varios los trabajadores de prensa secuestrados por el Estado Islámico.

Fuente: Infobae

Los estadounidenses acuden este martes a las urnas para votar en las elecciones de mitad de periodo, en las que se decidirá qué partido controlará el Senado y cómo serán los últimos dos años de Barack Obama en la Casa Blanca.

En los comicios se elige a la mayoría de gobernadores estatales, los 435 miembros de la Cámara de Representantes y más de un tercio de los 100 senadores.

Los republicanos, que ya controlan la Cámara de Representantes, necesitan sólo seis curules para conseguir la mayoría en el Senado.

Mientras, los demócratas se han visto afectados por la caída en los niveles de aprobación del presidente Obama, que rondan el 40% a pesar de mejoras recientes en la economía.

El corresponsal de BBC Mundo en Washington, Thomas Sparrow, explica que hay una amplia variedad de temas que preocupan a los electores, como el desempeño económico, el medio ambiente o la salud pública.

«En el caso de los hispanos, también se nota una preocupación por la falta de una reforma migratoria, que ha sido una promesa incumplida del presidente Obama», agrega Sparrow.

Fuente: BBC Mundo