Cuando no hablamos de sexo con otras personas no tenemos perspectiva de qué es común y qué no, por eso es fácil pensar que tu pareja dura muy poco (o demasiado) tiempo erecto. ¿Cuánto dura una erección normalmente? Durante el acto sexual dura en promedio 14 minutos, pero de estos la penetración generalmente dura sólo entre 8 y 10 minutos.

Sin embargo, un hombre puede mantener su erección entre 30 y 45 minutos en promedio (desde el inicio de la excitación hasta el término del acto sexual).

Así que ¿qué tan poquito es muy poquito? Entre 20 y 30% de los hombres creen sufrir de un problema de eyaculación prematura, sin embargo el tiempo bajo el que miden si están eyaculando demasiado pronto varía muchísimo. Para que se pueda considerar como eyaculación prematura el hombre tiene que llegar al orgasmo menos de 2 minutos después de haber penetrado a su pareja. La mayoría de los casos que solicitan ayuda médica lo hacen porque eyaculan antes de la penetración (con sólo la idea de tener sexo) o inmediatamente después.

El estrés es uno de los factores que provocan que los hombres eyaculen muy pronto, y algunos doctores prescriben antidepresivos o medicinas para la ansiedad para erradicar el problema.

¿Cuánto es demasiado?
Si una erección dura más de 4 horas es momento de visitar al médico. Para ese momento el paciente debería estar experimentando algo de dolor, y esto generalmente sólo ocurre cuando toman pastillas para obtener erecciones (como Viagra), aunque existe una condición médica llamada priapismo en la que el pene erecto no regresa a su estado flácido. Un priapismo severo no tratado puede dar lugar a disfunciones eréctiles crónicas, parciales o totales.

Sin embargo, mientras la erección no sea dolorosa y ambas personas en una pareja estén satisfechas sexualmente, los números significan muy poco. Tómense el tiempo que sea correcto para ustedes. ¡Es todo lo que necesitan!

Fuente: Actitud Fem 

«Realmente no me siento cómoda teniendo relaciones sexuales con la luz prendida. Siento que se va a fijar en mi celulitis, mis muslos, o en mi pancita. Me da miedo que vea estas imperfecciones y que deje de gustarle. Esto se ha convertido en un gran problema ya que él se enoja, dice que no siento ni vivo el momento. No me suelto y estoy preocupada por algo que a él realmente no le importa. ¿Seré la única que sufre a causa de esto? ¿Hay algo que pueda hacer?»

Se ha comprobado que la autoestima y la confianza en uno mismo están correlacionadas con una mayor satisfacción sexual con la pareja.

En el siglo XXI la imagen se ha convertido en una carta de presentación. Vivimos en una sociedad con estereotipos de belleza prácticamente inalcanzables para la mayoría y resulta muy difícil no tener un conflicto con nuestras formas corporales. Comparadas con las modelos que  muestran casi nunca somos lo suficientemente altas, delgadas, rubias, morenas o lo suficientemente encantadoras como para poder considerarnos mujeres bellas. ¿Cómo no sentirnos presionadas?

Para todas las chicas de ActitudFEM que quieren tener mayor confianza y poder aceptarse para mejorar su vida sexual aquí les compartimos algunos tips:

 
Aceptación y Comodidad

 
Recuerda que tu cuerpo es tu vehículo, la herramienta con la que vas a poder compartir todo el placer la intimidad que se asocia con hacer el amor. Empieza por hacer afirmaciones positivas diarias. ¡Me gusta cómo me veo! ¡Me queda bien este color! De esta forma lo que crees lo proyectarás.

 
Entiende tu Sex Appeal

 
¿Sabes qué es esto? Tu sex appeal no tiene nada que ver con tu figura, ni con tu peso, tu altura o tamaño de senos. Está relacionado con lo que haces con tu cuerpo cómo lo enseñas. De ti depende la soltura y dominio que le des a tus movimientos. A tu pareja le encantará saber cómo disfrutas de ti mostrando seguridad sexual.

 
Bienvenidas las curvas

 
No hay nada más sexy que una mujer pueda gozar de sus curvas y senos. Mujeres como Marilyn Monroe fueron aclamadas antaño por tener cuervos reales. Negar el tamaño de tus medidas y caer en un cuerpo pre adolescente te lleva lejos de poder llegar a disfrutar de tu sexualidad.

 
Estimulación Visual

 
¿Te has dado cuenta como a tu pareja le encanta verte desnuda? En diferentes estudios realizados en Estados Unidos en el 2012 se ha comprobado que los hombres responden más a la estimulación visual que las mujeres.

 
Un hombre enamorado te mira para admirarte y por mera excitación, no para juzgarte y criticarte. Se trata más de una situación personal de seguridad que la de tu pareja analizándote.

 
No eres un número

 
¿Cansada de subirte a la báscula? Una lucha inalcanzable contra los números. Se ha analizado como las mujeres más críticas, rígidas y exigentes con su cuerpo son las menos felices en sus relaciones. La aceptación y la comodidad con tu propio cuerpo es sumamente importante para el disfrute de tu sexualidad y pareja.

Conoce tu cuerpo

Para sintonizar con tu sexualidad, es útil que te familiarices con tus genitales y con el aspecto que tienen. El tener un mal concepto de tus propios genitales automáticamente impacta en tu autoestima.

 
Las mujeres que se sienten bien con su cuerpo tienen seis veces más posibilidades de estar sexualmente satisfechas. Así que es momento de darte un tiempo para conocer aquellas sensaciones que disfrutas. Concéntrate en sentir tu sensualidad y no marcar el objetivo de tener un orgasmo.

 
Aprende a mirarte

 
¿Quién eres? ¿Cómo eres? ¿Qué admiras de ti? El primer paso para disfrutar de una sexualidad plena es aprender a apreciar y amar tu cuerpo. Cuando estés sola desvístete y mírate frente a un espejo.

 
Conéctate con tu cuerpo y valora la belleza de tu feminidad, tanto por dentro y por fuera. Observa tus atributos físicos, tu forma y tu talla. Aventúrate a caminar por tu cuarto desnuda sintiéndote cómoda. El que poco a poco veas la desnudez como algo “normal”, te ayudará a compartirla con ese alguien.

 
Consiéntete
 

¿Cuándo fue la última vez que te diste un gusto? Pasa tiempo a solas. Piérdete en tu tienda favorita, vete a tomar un café, al cine o caminar. Observa cómo disfrutas de tu compañía. Esto te permitirá relajar tu mente y enfocarte en ti. El descanso y la relajación son básicos para mejorar tu estado mental y reactivar tu sexualidad.

 
No solo des, recibe

 
¿Generalmente tratas de dar, procurar y mimar? Si este es tu caso, te invito a que te dejes consentir más. Que puedas exigir que tú también necesitas sentirte especial.

 
En cuanto a la sexualidad no estaría mal que empieces a decirle a tu pareja cómo quieres que te toque. De esa forma te familiarizaras con el poder gozar y disfrutar el sexo. Recuerda que si estás cómoda con el recibir es porque una parte de ti sabe que eres merecedora de esto.

 
Contra tus miedos

 
¿Te resulta incómodo hacer el amor con la luz prendida? Sin embargo él goza ver cada parte de ti. Comienza teniendo relaciones bajo la luz de una vela, son tenues y favorecedoras. Esto te hará sentir más sexy y cómoda. Al final de la velada puedes cubrirte con una batita ligera y femenina.
Todo a su tiempo y recuerda de no hacer algo que no quieres. El que te sientas con control y cómoda te llevará a confiar más en ti y en tu pareja.

Fuente: Actitud Fem 

Es muy frecuente escuchar en el consultorio a la mujer agobiada, angustiada y aturdida por una duda obsesiva: ¿Cómo sé si he llegado al orgasmo?

 
Tema de controversia y de muchas dudas. Las modas cambian constantemente. Primero se dijo que las mujeres de antes no disfrutaban del sexo, que el hombre se centraba en su propio placer. Después se mencionó que las mujeres podíamos llegar a un orgasmo o a muchos. Más adelante alguien sentenció que alcanzar el clímax sexual era la máxima experiencia.

El orgasmo, al ser una experiencia única y muy íntima sexualmente, no tiene una fórmula o ecuación que explique objetivamente su significado. Ante esta incógnita se les comparte a las lectoras de ActitudFem las siguientes declaraciones:

“Cuando estoy a punto de alcanzar el orgasmo, siento el rostro muy caliente. Cierro los ojos y abro la boca. Se concentra en mi clítoris y siento como descargas eléctricas que se irradian hacia el torso y por las piernas hasta mis pies. A veces siento como si necesitara orinar. Mi vagina se contrae de 5 a 12 veces. Siento la vulva pesada e inflamada. No existe otra sensación como ésa. ¡Es fantástica!”.

 
“Para mí un orgasmo es como el máximo momento que tengo. Se liberan mis tensiones y ansiedades. Va más allá de mi presencia física hasta otro nivel de conciencia, y aún así la sensación parece totalmente física. ¡Que paradoja! Lo  siento por todas partes, por dentro y por fuera. Es un espectacular alivio acompañado con el máximo placer que nunca haya sentido después de hacer cualquier otra cosa”.

 
Sí te identificas seguramente has sentido una experiencia tan placentera como la descrita. ¿Qué pasa si todo esto es totalmente ajeno y extraño para ti? No te preocupes pues a continuación se describirán los aspectos fisiológicos presentes en un orgasmo.

 
Esto ayudará a que más allá de las distintas experiencias y opiniones personales sepas: ¿qué es en realidad? y ¿cómo saber con certeza si he tenido un orgasmo?

 
Uno de los primeros cambios que se presentan en la mujer cuando comienza la respuesta sexual es el humedecimiento de la vagina y la vulva. Al intensificarse la excitación, el corazón se acelera y bombea sangre con más celeridad a las diferentes partes del cuerpo, ocasionando sensaciones de cosquilleo y calor, y hasta puede provocar un enrojecimiento en el pecho, como salpullido.

 
A medida que la excitación aumenta la respiración se acelera y el cuerpo se cubre de una fina película de transpiración. Los pezones se endurecen. Los movimientos se tornan tensos al haber contracciones rítmicas del útero y músculos pubococcígeos (músculos que rodean la vagina y el ano), seguidas de una relajación muy particular: EL ORGASMO

 
Es probable que al llegar al punto de la cumbre sexual que dura aprox. 18 segundos,  expulses una pequeña cantidad de mucosidad. Solamente entre 35 y 40% de las mujeres eyaculan.

¿Puedo tener distintos tipos de orgasmos?

Ante esta pregunta han surgido distintas controversias. Sin embargo, la investigación de Masters y Johnson explica que existe un tipo de orgasmo en las mujeres fisiológicamente hablando, sin importar el método de estimulación.

 
La mayoría es resultado de la estimulación directa del clítoris y penetración vaginal. También puedes tener un orgasmo debido a una fantasía, durante el sueño, o por estimulación de otras partes del cuerpo: pezones y punto G.

 
La pregunta obligatoria ¿cómo lograr el famoso orgasmo femenino? Distintas investigaciones revelan que sólo 25% de las mujeres logran tener uno como resultado de la penetración vaginal. Esto se debe a que la vagina no tiene muchas terminaciones nerviosas por lo que se requiere de mucha estimulación adicional.

 
Así que, ¡no dejes pasar los siguientes tips!  

 
1. Conócete

 
¡Si quieres tener un orgasmo comienza por conocer tu cuerpo! Qué parte de tu cuerpo al tocarte te excita y ¿cómo? Al conocerte mejor podrás comunicar este mundo de sensaciones a tu pareja. ¿Sabías que las mujeres que se masturban regularmente y se concentran exclusivamente en sus propios gustos, preferencias y exigencias sexuales, sin distracciones, pueden llegar más fácil al clímax sexual? ¡Así que no se te olvide este primer paso!

2. El Calentamiento

 
¡Sin juego no hay acción! Dedica la mayor parte de tu encuentro sexual al juego previo de la penetración. Pídele a tu pareja que te estimule, acaricie tus zonas sensibles: pecho, vulva y clítoris. ¡Un buen sexo oral te ayudará a relajarte, soltarte y a estar en sintonía con tu cuerpo y pareja!

 
3. Estimula el Clítoris

 
La regla de oro para que llegues con certeza a un orgasmo: “Que tú pareja dedique mucho tiempo a la estimulación del clítoris”. Es muy importante que se concentre ahí la mayor tensión sexual ya que el clítoris es el órgano con mayores terminaciones nerviosas y mayor sensibilidad. ES CLAVE.

 
4. Tú mejor posición sexual

 
Si tu meta es tener un orgasmo mientras tu pareja te está penetrando busca una posición donde tu clítoris pueda ser estimulado: sentada que roce el hueso púbico de tu pareja con sus caricias, estimulando con tu mano o vibrador.

 
5. Disfrútalo

 
Es muy importante que te permitas con tu pareja amar, disfrutar y divertirse. Acuérdate que entre más relajada y entregada estés en el disfrute  más fácil será llegar a un orgasmo. Encuentra tu momento de calidad y despreocúpate de tu idea  de tener un orgasmo. ¡Solito llegará!

Fuente: Actitud Fem 

Para descubrir lo que te gusta debes experimentar. La masturbación es una excelente herramienta para conocer cómo y dónde sientes más placer. Pero la rutina también puede afectar esta práctica y cada vez nos cuesta más conseguir un orgasmo. Si te sientes identificada con esta situación o sólo tienes ganas de experimentar algo nuevo, te dejamos 4 posiciones (diferentes) para masturbarte.
Llega al punto G

Aunque existe un gran debate sobre la existencia, o no, del punto G, no hay duda alguna de las grandes sensaciones de estimular esta zona. Recuéstate y lleva tus rodillas al pecho. Inserta uno o dos dedos hasta el fondo, presiona la pared frontal de la vagina, llevando tus dedos hacia a ti (cómo si le pidieras a alguien que se acercara). Para variar las sensaciones, baja una pierna y coloca una almohada sobre tu cadera.

Círculos de placer

Si la presión excesiva del clítoris te hace sentir incómoda, entonces te aconsejamos realizar el siguiente ejercicio. Sentada (cómoda) de tal manera que tengas acceso entre tus piernas, usa tu dedo índice para dibujar un “círculo” alrededor de tu clítoris. Empieza lento, todo depende de tus reacciones. Aumenta la velocidad y la presión. Lubrica tus dedos de ser necesario.

Boca abajo

Esta posición te llevará a otro nivel de placer… en serio. Primero acuéstate sobre tu estómago con una mano entre tus piernas y estimula con ella el clítoris y pubis, frotando tus piernas y moviendo tus caderas arriba y abajo.

Golpecitos

Si acariciar-frotar tu clítoris ya no surte el mismo efecto o quieres probar algo nuevo, te aconsejamos que le des pequeños golpecitos con la yema de uno de tus dedos. Es una gran forma de variar la velocidad y la presión. Te sugerimos que te recuestes de lado con una pierna extendida y la otra doblada. Separa tu labia gentilmente a los lados y aplica una gota de lubricante sobre el clítoris. Con la otra mano da los golpecitos, variando la presión y la velocidad.

Fuente: Actitud Fem