Ya diste el primer paso de comenzar una vida healthy; para que tu estrategia siga tan bien como hasta ahora, debes concentrar pensamientos en tu objetivo.

Prográmate, hazlo tomando en cuenta tu ritmo de vida, ¿qué actividades realizas?, ¿cuánto tiempo libre tienes?, ¿qué posibilidades hay de que puedas aprovechar tus fines de semana para realizar alguna actividad física? Es importante que tomes en cuenta cada aspecto, para que tu régimen alimenticio sea coherente con tus actividades.

 
La mejor persona con la que puedes hacer un compromiso es contigo misma. Hazte de oídos sordos con las personas que te quieran desviar de tu objetivo. Aunque no sean comentarios mal intencionados, prefiere alejarte si son insistentes, debes pensar en TU salud.

 
Además de seguir una dieta balanceada es importante que no olvides emprender alguna actividad física. Si no puedes entrar a un gym, o practicar algún deporte, bien puedes caminar, trotar y luego correr largas distancias, sí, sólo con eso quemarás muchas calorías. Tip, al caminar hazlo derechita y con el abdomen contraído.

 
Bebe al menos dos litros de agua al día, te mantendrás hidratada y ayudarás a tu cuerpo a eliminar toxinas. Por las mañanas, después de levantarte de la cama, tómate un vaso de agua fría.

 
Incluso si trabajas en una oficina y estás sentada la mayor parte del tiempo, puedes hacer algo por tu salud. Estírate de vez en cuando, si te da pena hacerlo en tu lugar puedes ir al sanitario y hacerlo; al menos unas 3 veces al día, levanta los brazos y estira las piernas. Usa las escaleras más seguido.

Fuente: Veintitantos

Todos parecen tener la decisión y la intención; sin embargo, pocos logran cumplir su propósito de hacer ejercicio, sino todo el año por lo menos la mitad de éste. Se empieza con entusiasmo, pero se abandona la actividad física con rapidez, ¿por qué sucede esto? Las razones pueden ser diversas, aunque el resultado es el mismo.

1. Busca el apoyo de alguien. Resulta mucho más difícil inventar excusas para no ir al gimnasio si hay alguien esperándote allí.

2. Encuentra un ejercicio que disfrutes o te divierta. Si no eres de los que disfruta pasando horas en el gimnasio, tal vez disfrutes más salir a caminar al parque, practicar algún deporte en equipo o inscribirte en una clase de baile.

3. Plantea metas realistas. Tener un cuerpo de supermodelo para el mes próximo o correr una maratón a la quincena, probablemente no sean metas que realmente podrás alcanzar. Pon los pies en el suelo y sé objetivo.

4. Monitoriza tu progreso. Marcar en un calendario los días que has hecho ejercicio es suficiente para servir como motivador visual y seguir haciendo ejercicio.

5. Piensa en los beneficios. Mientras te ejercitas o cuando el cansancio o la pereza quieren ganarte piensa cómo va a ayudarte a estar en forma.

6. No te compares con otros. Mientras haces tu rutina olvida a los demás y concéntrate en ti mismo.

7. Infórmate. Busca información seria en revistas sobre deportes o los sitios Web sobrefitness y actividad física. Aprende sobre los beneficios de diferentes rutinas.

8. Come sano y duerme suficiente. Una de las motivaciones para seguir haciendo ejercicio es el hecho de que uno se siente mejor. Es importante establecer hábitos vitales para el sueño y comer sano, así te sentirás más fresco a lo largo del día.

9. Desarrolla una mentalidad y estilo de vida de “fitness”. Elige subir por las escaleras, ve en bicicleta a tu trabajo, o camina al súper.

10. Prémiate. ¿Cumpliste con tu objetivo de salir a correr al menos 4 veces cada semana? Date un premio. Te lo mereces. Procura que el premio no sea un enorme pastel de chocolate, sino, tal vez, aquellos jeans que soñabas o una visita al spa.

El secreto está en ganarle a tu cuerpo todos los días del año.

Fuente: Salud 180

¿Ya te aburriste de hacer el mismo ejercicio? Si te gusta bailar, es momento de tonifiques tu cuerpo mientas te diviertes. Una opción para lograrlo es el Fit Dance, que incluye entre sus beneficios fortalecer tu salud cardiovascular y quemar grasa.

El Fit Dance es un programa de entrenamiento para las personas que les gusta verse y sentirse bien. Sólo se tienen que realizar movimientos al ritmo de la música, es decir, bailar, de acuerdo con especialistas de Body Action.

¿Ejercicio o entretenimiento?
 

Para que una clase de baile funcione como ejercicio de cardio, es importante que la duración no sea menor a 30 minutos, es decir, lo ideal es que sea de una hora.

“Bailar puede ser una disciplina en la que no sólo se trabaja físicamente el cuerpo, sino que se desarrolla una gran confianza y seguridad corporal”, explica Giovanna Mondragón, Reebok Global Master Trainer.

Cuando una clase de Fit Dance se realiza con la frecuencia cardiaca adecuada, el cuerpo empieza a quemar grasa y tonificar tu cuerpo.

“Una buena sesión de baile puede llevarte a quemar hasta 600 calorías además de ayudarte a quemar grasa, fortalecer tu sistema cardiovascular y favorecer el desarrollo de tu coordinación”.
 

Las clases de Fit Dance están diseñadas para que cualquier persona lo practique, porque la rutina se enseña movimiento por movimiento y existen niveles para que puedas poner a prueba la resistencia de tu cuerpo.

¡Practícalo con comodidad!
 

Para que no tengas ningún problema al practicar Fit Dance, es importante que utilices la ropa adecuada. Por ejemplo, Reebok lanza su colección denominada Reebok Dance que fusiona colores audaces y opciones en capas, creando piezas llamativas y energéticas; además de incluir la tecnología exclusiva de la marca, PlayDry para el manejo de la humedad.

También el calzado está diseñado, con ayuda de instructores de baile internacionales,  para tener una mayor amortiguación, a fin de conseguir comodidad, puntos de equilibrio en zonas clave para lograr mayor control al momento de girar, surcos de flexión vertical y horizontal en la suela que permiten un movimiento más dinámico y una capellada en la parte frontal del pie para crear mejor tracción. Y tú, ¿qué esperas para empezar a divertirte?

Fuente: Salud 180

Estamos constantemente bombardeadas por imágenes de mujeres delgadísimas a las que todo les queda maravilloso, con cuerpos perfectos sin un gramo de grasa, pero ¿será que todo eso es real? La obsesión por la delgadez podría ser más peligrosa de lo que pensamos.

Es normal querer verse y sentirse bien, por eso son muchas las mujeres que cuidan su alimentación y realizan ejercicio periódico con el fin de mantenerse en forma. Estar en nuestro peso adecuado es gratificante, pero es importante entender que cada una de nosotras tiene un cuerpo diferente, con proporciones distintas, muchas o pocas curvas y características propias que nos hacen quienes somos.

Esto quiere decir que la delgadez extrema no está hecha para todas y que el empeño por conseguirlo podría acabar con nuestro bienestar físico y mental. La obsesión por la delgadez se está convirtiendo en un problema de salud mundial tan importante como el otro extremo: la obesidad.

Este empeño lo primero que afecta esa nuestro autoestima, y es que si no conseguimos esa meta que la industria de la moda o el espectáculo nos dice que es la adecuada o la más bella (aunque no sea ni real ni verdaderamente hermosa) entonces nuestro autoestima sufrirá. No somos flacas y nos sentimos mal por ello.

Esto conlleva a alterar nuestra dieta de forma drástica para conseguirlo. La anorexia y la bulimia son problemas comunes en las adolescentes y adultas jóvenes, poniendo en riesgo nuestra salud. La obsesión por la delgadez puede conducirnos a importantes problemas de salud como alteraciones intestinales y estomacales, problemas cardíacos, renales, descalcificación ósea, daños en el esmalte dental y apariencia poco saludable.

Sin los nutrientes necesarios no luciremos hermosas y atractivas, pero sobre todo no estaremos saludables. ¿Acaso quieres arriesgar tu bienestar?

Mantén una dieta equilibrada, realiza actividad física y ve la pérdida de peso como algo que complemente tu salud y no como una preocupación estética severa, de esta forma conseguirás el aspecto que deseas sin que tu cuerpo y mente sufran.

Fuente: Nosotras