El arte genera sensaciones diferentes en cada persona: admiración, rechazo, paz, alegría o tristeza, pero nunca indiferencia. Detrás de cada obra existe una historia; una pintura es mucho más que formas y colores sobre un lienzo. Dentro de las más emblemáticas se tejen teorías que, muchas veces, aún muchos siglos después, no llegan a constatarse. Para conocer los detalles detrás de las más famosas obras de arte, se propone aquí un recorrido por los orígenes de El Guernica, La Última Cena, La Creación de Adán, Las Meninas, y La Maja Desnuda, entre otras.
1. Las Meninas
La pintura de Diego Velázquez se conoce también como La Familia de Felipe IV. Fue realizado en 1656 y se considera la obra maestra del artista español. Se trata de un retrato de la infanta Margarita, hija de Felipe IV, rodeada de parte de la familia y del servicio (mucamas, damas de compañía y bufones, entre otros). Pero en el cuadro no sólo puede verse a los empleados que asisten a la niña. En el lado izquierdo se observa parte de un lienzo de gran tamaño: detrás de éste se advierte un autorretrato del propio Velázquez trabajando.
2. La creación de Adán
El fresco de la Capilla Sixtina fue pintado aproximadamente en 1511 por Miguel Ángel. Se trata de la representación del episodio de la Biblia, donde Dios le da vida a Adán, el primer hombre según ese escrito religioso. El suceso relatado en el Génesis 1:27 dice que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. En la pintura, se muestra al creador flotando en el aire, en contraste con la imagen terrenal de Adán, quien está aparece acostado y desnudo sobre una superficie estable de tierra. Se trata de una de las obras más valiosas a nivel mundial.
3. La Gioconda
Para hablar de este personaje no hace falta ser especialista en arte, ya que la obra de Leonardo Da Vinci es mundialmente conocida. Realizada entre 1503 y 1519, se exhibe actualmente en el Museo del Louvre de París. Alrededor de esta misteriosa mujer se tejieron muchas historias. Los detalles alrededor de Lisa Gherardini, la protagonista del lienzo, siguen siendo hoy en día motivo de investigación. La mujer fue retratada por encargo de su marido, el comerciante Francesco del Giocondo.
El secreto que esconde su sonrisa:
Lo más intrigante del retrato es la boca de esta enigmática mujer. Según desde qué posición observes la imagen, parece que a veces sonríe y otras veces no…
¿Te parece una sonrisa triste y melancólica? ¿Malévola quizá? ¿Estará viendo algo que le divierte mientras la retratan o simplemente tiene pensamientos felices? Este es un misterio que todavía está por resolver. Leonardo quiso jugar con todos los espectadores para que dejemos volar nuestra imaginación.
Dicen algunos que, cuando Leonardo le hizo el retrato, Lisa se sentía feliz y sonreía debido a que estaba embarazada, pues sus manos están sobre el vientre y las tiene un poco hinchadas, algo que suele sucederle a las mujeres cuando esperan un bebé. Probablemente, nunca lo sabremos.
Su mirada también es especial. Si te pones frente al cuadro y te mueves hacia la derecha o hacia la izquierda, da la sensación de que te sigue allá donde vayas.
Seguro que también te llama la atención que este rostro no tiene cejas ni pestañas. Tampoco está muy claro el motivo, pero parece ser que era moda en aquellos tiempos que las damas de Florencia se depilaran el vello de la cara para sentirse más guapas.
4. El Guernica
Picasso volvió a Francia dejando el cuadro en América y en París, en 1940, se topó con el ejercito nazi que había ocupado gran parte del país.
Según se cuenta, un oficial alemán le preguntó a Picasso por esas fechas ante una foto del cuadro de Guernica:
– ¿Ha hecho usted esto?
Picasso respondió:
– No, han sido ustedes; haciendo clara referencia a la responsabilidad alemana en el bombardeo de la localidad vasca.
5. La maja desnuda
La maja desnuda, de Francisco de Goya y Lucientes, fue pintada entre 1790 y 1800. Aunque más tarde formó pareja con la maja vestida, se estima que en un principio se realizó sin pensarla a dúo. También se supone que fue realizada a pedido de Manuel Godoy, primer ministro de Carlos V. Una de las teorías es que la mujer que posa sin ropa para el artista podría ser la entonces duquesa de Alba o Pepita Tudó, amante de Godoy, aunque esto nunca se comprobó oficialmente. La obra, más que osada para su tiempo, provocó que su autor sea estudiado por el Tribunal de la Inquisición. Actualmente pertenece al Museo del Prado, en Madrid.
6. El Grito
Existen cuatro versiones de esta obra del noruego Edvard Munch, aunque la más famosa es la expuesta en la Galería Nacional de Noruega, de 1893. Según se supo más tarde, el artista realizó la pintura tras un desastre natural, cuando erupciones volcánicas en Indonesia arrasaron con todo. Entre 1883 y 1884 la Isla de Krakatoa fue sepultada por la lava. Años más tarde, Munch explicó: “Caminaba por un sendero con un par de amigos. De repente todo cobró un intenso color rojizo como si enormes lenguas de sangre surgieran del azul del cielo”. Y agregó: “Mis amigos no se impresionaron pero yo fui presa de un temblor incontrolable al tiempo que sentí un intenso grito que atravesaba toda la naturaleza obligándome a tapar mis oídos con las manos”.
7. El jardín de las delicias
La pintura con más personajes de la historia es El jardín de las delicias, de El Bosco, con 450 figuras humanas y más de un centenar de animales.
Hieronymus Van Aeken Bosch (1450-1516), conocido en España como El Bosco fue uno de los grandes representantes de la escuela flamenca y su obra despertó un gran interés en el rey Felipe II. En su pintura el contenido es más importante que la forma, por lo que su estilo es más bien arcaico y contrasta con los otros pintores flamencos. Sus temas son alegorías de múltiples lecturas y significados, ya que parecen guardar relación con ideas alquímicas, sectas ocultas, supersticiones y creencias populares.
8. La última cena
Leonardo Da Vinci la pintó entre 1494 y1498. El mural se realizó en una de las paredes del convento de Santa Maria delle Grazie en Milán. La obra fue pintada para el duque Ludovico Sforza y representa el momento de la cena de Pascua que Jesús realizó con sus Apóstoles. Se refleja en la pintura el instante en el que el protagonista anuncia que entre los discípulos hay un traidor. Entre los detalles de color, se cuenta que el segundo personaje empezando desde la izquierda es en realidad un autorretrato del mismo Leonardo.
9. La persistencia de la memoria
La obra de Salvador Dalí se realizó en 1931. Espacio y tiempo son las bases de la pintura. El artista la pinta en un momento de cambios y tensión a nivel personal. Se estima que el paisaje a Portlligat, en España, único lugar donde el creativo tuvo una casa estable. Las diferentes horas marcadas por cada reloj representan la relatividad del tiempo y la obsesión del hombre por controlarlo. «¿Crees que dentro de tres años habrás olvidado esta imagen?», dijo Dalí a Gala al mostrarle la pintura. «Nadie podrá olvidarla después de verla”, respondió la esposa. Actualmente se expone en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
10. La noche estrellada
Vincent Van Gogh pintó esta obra en 1889. Es una de las más famosas de su catálogo y muestra la vista que el artista tenía desde la habitación de un hospital psiquiátrico de Saint Rémy de Provence, donde se recluyó en la última etapa de su vida. La pintura es parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York. En 1888, Van Gogh escribió a su hermano Théo: «Necesito una noche estrellada con cipreses o, tal vez, por encima de un campo de trigo maduro». Un año después, esa noche se convertiría, mediante un lienzo, en una de sus obras más famosas.
Fuente: 20 minutos