La subasta de las obras se realizará el próximo 1 de octubre en el Auditorio Nacional; los cuadros tendrán un precio de salida de mil 500 pesos, según las organizadoras.
Ellas usan sus senos para pintar obras de arte; son sobrevivientes de cáncer de mama, actrices y voluntarias que se unen al proyecto bautizado como Pintadita a tu Salud, cuyo objetivo es recaudar fondos para la prevención y lucha contra dicha enfermedad.
Los grabados se convierten en una pieza única y original. El proceso es colocar pintura vegetal en una mesa, en la cual las mujeres —y algunos hombres— se recuesten para llenar su pecho de colores. Posteriormente se crea el monotipo.
El proyecto surgió en 2010 y fue creado por las artistas Mercedes Godoy y Sofía Álvarez, inspiradas en el trabajo de la pintora australiana Wendy Di Peel.
En entrevista con MILENIO, Isabelle Atou, directora de la asociación Salvati, destinada a mejorar la calidad de vida de los pacientes, señaló que las formas que se muestran en los cuadros han progresado con el tiempo.
“Al inicio solo se veían las mamas; ahora hay muchos cuadros muy artísticos, creados con formas muy bonitas” señaló.
Este ejercicio también sirve como desahogo para quienes han padecido ese mal.
Desde hace cinco años Pintadita a tu Salud y Tequila Mayorazgo se unieron para exponer las obras y subastarlas. También buscan recaudar fondos para el Grupo Pro-Salud Mamaria (Prosama), que ofrece apoyo médico y psicológico, al igual que para Salvati, que este año incorpora a su lucha el combate al cáncer de próstata.
La subasta de las obras se realizará el próximo 1 de octubre en el Lunario del Auditorio Nacional, donde se podrán adquirir más de
80 trabajos realizados por sobrevivientes y famosos, como Susana Zabaleta, Bety Monroe, Andrea Noli, Martha Guzmán, Carlos Girón, Raúl Olivo y Fernando Cermeño, entre otros.
Los cuadros inician con un precio de mil 500 pesos, pero algunos llegan a 12 mil. También se pueden obtener pequeños lienzos de 600 pesos.
“Como fundación ese dinero nos ayuda a adoptar pacientes y a pagarles un tratamiento completo”, señaló Atou, quien detalló que una paciente que llega por primera vez necesita terapias psicológicas, nutricionales, físicas y psiquiátricas, además de mangas, vendas, prótesis, brasieres y pelucas.
El año pasado Tequila Mayorazgo realizó una donación a Salvati, que sirvió para comprar mangas para pacientes del hospital Siglo XXI. También hizo entrega de 60 manuales para pacientes con cáncer de mama y ahora apoyará en el primer manual de próstata.
“Tenemos pacientes con otro tipo de tumores; todo este proyecto que hacemos con Pintaditas era para luchar contra el cáncer de mama; este año se inició con el esfuerzo contra el cáncer de próstata y en la próxima ocasión se le dará más empuje (…) Vamos a sacar dos manuales de próstata: uno para pacientes y otro de disminución de riesgo”, señaló.
Salvati cuenta con el apoyo del Instituto Nacional de Cancerología (Incan) para la creación de dichos manuales: uno para pacientes con cáncer de mama y otro para disminución de riesgos. “Muchos médicos que escriben este manual son del Incan” señaló Atou.
Testimonio
Javiera Marín fue diagnosticada con cáncer de mama hace ocho años. Cuando regresó de vacaciones se descubrió una bolita en el seno que, pensó, se debía al sol; entonces acudió al Hospital Zaragoza del ISSTE, donde le diagnosticaron cáncer.
En entrevista con MILENIO, Javiera relató su historia: “El doctor me dijo: ‘no pasa nada y lo mejor es quitártelo todo’; yo le respondí: ‘no doctor, no me lo quite todo’, le rogué y le supliqué; ya no me dejó que me hincara, pero no aceptarlo desde el principio fue un error muy grande. Nada más me quito la cuarta parte y comenzamos con las quimioterapias y 25 radicaciones”.
Un año después de la operación le dio una hemorragia y le quitaron la matriz, porque el medicamento que estaba tomando tuvo otra reacción.
A los tres años le salió una ronchita que no le dolía, pero fue creciendo. Acudió con su oncólogo, quien la internó y le hizo una biopsia, que reveló que el cáncer había regresado.
Fue necesario quitarle el resto del seno: “Rascaron mucho, porque quisieron limpiar bien, pero se me veían los huesos de las costillas; tuvieron que hacerme un colgajo, quitarme un pedacito de piel de la axila para ponerlo y cubrir; luego regresé a la quimioterapia”, recordó.
Cuando fue diagnosticada acudió a la fundación Prosama, donde se enteró de Pintadita a tu Salud y le surgió la inquietud de hacer un cuadro, hace 20 días pintó tres monotipos. “Lo hice para apoyar a las mujeres que no tienen medios necesarios. Me gustó; es muy divertido, yo lo necesito, pero hay quienes lo necesita más, porque sé que los medicamentos son caros”.
Sobre el cáncer, señaló: “Me ha cambiado la vida, la veo de diferente manera, más bonita; quiero dar gracias a Dios, porque volví a nacer; tuve apoyo de mi familia y muchos motivos para salir adelante. Ahora tengo a mi nieto, a quien amo con todo mi corazón”.
Milenio.com
ELIZABETH MEZA RODRÍGUEZ