El sexo tiene muchas más utilidades de las que podríamos pensar. No sólo proporciona placer y forma parte de la función reproductiva, sino que también cumple un importante rol psicológico.
Por eso hoy te mostramos los distintos “tipos de sexo” que puedes tener tras una ruptura con tu pareja:
Aumenta nuestra autoestima, mejora nuestra relación de pareja y hasta puede tener efectos beneficiosos para el cerebro. Pero también puede servir para superar una ruptura, como pone de manifiesto la gran cantidad de referencias al “sexo de venganza” que pueden encontrarse en la red.
Luego de una ruptura puede llegarse a la promiscuidad como si no hubiese un mañana pensando que sólo recuperas el tiempo perdido pero realmente es una habitual salida psicológica a la frustración que se siente tras una ruptura.
Elevando la autoestima en la cama
“Según la creencia popular, la gente ‘en recuperación’ es emocionalmente vulnerable debido al incremento en los niveles de angustia, furia y la disminución de la autoestima que generalmente acompaña a la pérdida de una pareja”, explican Lindsay L. Barber y M. Lynne Cooper, psicólogas sociales de la Universidad de Misuri
Muchas personas aseguran hacerlo por venganza contra su ex mientras que otras decía que era para superar la relación.
Cuanto más dañina hubiese sido la ruptura, más probabilidades había de que se incurriese en esta clase de comportamientos. Otro importante factor es el compromiso que se sentía hacia la otra mitad de la pareja: cuanto más alto fuese este, más probable era que los consultados mantuviesen relaciones sexuales con extraños en un intento de aliviar sus sentimientos negativos.
Un pequeño alivio antes de seguir adelante
“La gente de verdad utiliza el sexo como una manera de superar la ruptura o de devolvérsela a su pareja”, ha explicado Lynne Cooper, que también manifestó su sorpresa al darse cuenta de que no existía ningún estudio psicológico sobre el asunto, a pesar de ser un concepto cada vez más habitual entre los jóvenes.
Las investigadoras llegaron a la conclusión que la promiscuidad tendía a desaparecer a medida que pasaba el tiempo. Cinco meses después de la ruptura, aquellos que habían sido abandonados mantenían un nivel semejante de relaciones sexuales que aquellos que habían propiciado la separación.
Esta habitual desaparición de la promiscuidad sugiere, por lo tanto, que esta no cumple tanto objetivos meramente placenteros como psicológicos y que, de esa manera, una vez la ruptura se ha superado, la necesidad de practicar sexo con otras personas desciende hasta los niveles habituales.
Un duro retorno a la realidad
Que esta sea una práctica popular no quiere decir que tenga por qué funcionar ni repercutir siempre de forma positiva, recuerdan las autoras, que admiten que no saben si sirve para algo más que para quedarse a gusto. Lo más probable, recuerdan, es que cada cual reaccione de una manera completamente distinta, aunque puedan existir patrones semejantes aún por estudiar.
Estas personas pueden tener más dificultades para seguir adelante y establecer nuevas relaciones
La autoestima, por lo general, apenas se vio afectada por este comportamiento, lo que lleva a las autoras a asegurar que se trata de un factor que apenas cambia a lo largo del tiempo. Sin embargo, sí identificaron que los que mantenían un mayor nivel de relaciones sexuales tras la separación estaban más inclinados a tener relaciones con extraños a largo plazo.
Fuente: Salud180