No es un «amigo con beneficios», tampoco es un free ni un booty call. Es una variación diferente con una carga extra (de sentimientos y demás)… Te acuestas con tu ex, y la realidad es que sigue siendo eso ¡tu ex! ¿Se puede? Sí, siempre y cuando sigas las reglas del juego. Todo parece relativamente fácil pero después, ¿qué?
Lo que debes saber…
1. Primero analiza súper bien por qué lo estás haciendo; sé sincera contigo misma. Si descubres que lo que más deseas es recuperar la relación o que lo extrañas como una desesperada, te aconsejamos que te abstengas, porque lo más probable es que termines mucho más herida de lo que ya estás.
2. No tengas ningún tipo de expectativa. Ni de que te invite a pasar la noche completa ni de que te llame cuando llegues a tu casa para ver si estás bien, mucho menos de que te pida volver. No esperes NADA. Tú sólo vas a satisfacer TU necesidad. Así no hay manera de que te decepciones.
3. Cada caso es distinto, y dependiendo de cómo hayan dejado la relación, las cosas resultarán diferentes. Pero considera siempre la probabilidad de que él te rechace. Es difícil que suceda, pero puede ser, sobre todo si se siente herido y utilizado.
4. Es probable que el sexo sea mejor ahora, más pasional, más desatado. Esto se debe a que ya están compartiendo sólo «lo bueno» de la relación, pues ya no están peleando, o conviviendo con los problemas que cargaban, que igual podían restarle puntos a la pasión. Ya no se tienen por seguro, no saben qué pasará en el futuro, sólo están viviendo el presente con total intensidad, y por eso la energía sube a mil.
Lo que debes hacer…
1. Prepararte para irte después de haber cumplido el objetivo. No empieces con sentimentalismos, emociones ni insinuaciones de quedarte o de que lo extrañas. Esas, déjaselas a él, si es que le nace decirlas. Si revelas la más mínima señal de que todo lo hiciste para volver o para conseguir algo más que sexo, probablemente lo asustes, o simplemente sabrá que todavía te tiene en sus manos.
2. Si el evento le gustó y ahora él te llama para una siguiente ocasión, piensa siempre en lo que tú quieres, cuándo lo quieres y a la hora que lo quieres. Esto no se trata de satisfacerlo a él para probarle «lo buena novia que eres». Esto es para satisfacerte a ti. Así que si le gustó, qué bueno, porque también le puedes poner reglas, horarios y lugar. O decirle que no, si tú no tienes ganas. Ante todo, piensa en ti, no en él.
3. Lo más importante es que siempre analices cómo te sientes contigo misma luego de haberlo hecho. ¿Tranquila? ¿Satisfecha? ¿O llena de dudas y de ansiedades? Escúchate y hazte caso. Te puedes equivocar una vez, pero si no te sentiste a gusto, no lo vuelvas a hacer.
4. Si quieres hablarlo con él y poner ciertas «reglas», espera a que la situación se preste para hacerlo. Es decir, que veas que tiene iniciativa para hablar del asunto. Aprende a observar y a esperar. Quizás todavía estés en etapa de duelo o procesando la relación, así que entre menos hables, mejor, porque todo puede ser usado en tu contra.
5. Es mejor que comentes tu «aventura», sólo con gente que en verdad te entienda. La mayoría de las personas te juzgarán de needy, o de que le estás poniendo las cosas muy fáciles. Es difícil que la gente entienda un punto «medio» como éste, en el que no tienes una relación, pero sigues manteniendo ciertos lazos. Así que mejor disfruta tú solita y no le des explicaciones a nadie… Ni a él.
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