Henry Ramos Allup no tiene expectativas positivas sobre el comportamiento de algunos aliados de la oposición, pero invita a que en la Mesa de la Unidad Democrática -que debe hacer esta semana una definitoria reunión plenaria- se dé el debate con sinceridad «y propósito de enmienda».
Exige que ya no haya más «agendas paralelas» pues, recalca, lo urgente es emprender «un proceso de acumulación de fuerzas más allá de la Mesa para crecer y hacer frente a los problemas económicos, que son los que a la gente le preocupan».
«Ojalá lográramos una unidad de propósitos y de estrategia. Debemos definir en qué estamos claros y hacia dónde vamos. Si nos ponemos de acuerdo en eso lo demás vendrá por añadidura. A lo que sí me niego redondamente es a que convirtamos a la MUD en un bis de la Coordinadora Democrática, porque ya sabemos lo que pasó con ella. La participación de sectores extrapolíticos está muy bien en sus áreas específicas, pero no en el comando de conducción política. Si eso se repite va a fracasar de nuevo».
-¿Cómo evalúa la situación de la MUD a la fecha?
-Estamos abiertos a la discusión, quienes han discrepado de las decisiones de la mayoría: Voluntad Popular, Proyecto Venezuela y ABP tienen allí el escenario que han tenido siempre. En la Mesa caben todos, incluso los que no han cumplido los acuerdos. Para discutir las diferencias no podemos estar utilizando los medios sino viéndonos la cara, que no es un mecanismo inédito. Lo esencial es que cada acuerdo se cumpla porque si no la Mesa sería una instancia inútil. En enero, en la comisión que presidió Arístides Hospedales (UNT), absolutamente todos acordamos implementar los mecanismos de integración de los diferentes sectores de la vida nacional y eso se paralizó porque se produjeron los eventos de calle de febrero en adelante. Ese acuerdo está vigente, si hay que modificarlo pues lo discutimos.
-¿Ese es el plan de crecimiento por la base?
-Claro, claro. Nadie puede pretender que su propuesta es la única. Pedirle la renuncia a Maduro, promover una constituyente, prepararse para las parlamentarias, pensar en el referéndum revocatorio y en las presidenciales de 2019, son todas propuestas constitucionales. Nadie sabe cuál es el escenario que vamos a encarar y hay que examinarlos todos. Una constituyente, aunque yo no la comparta, está en la Constitución -creo que ya sólo la propone una parte de VP- y si creen en ella deben salir a recoger sus firmas. Lo que no puede ser es que la propuesta se convierta en un amago permanente. Tenemos que examinar el escenario del golpe de Estado porque el Gobierno ha hablado de eso; el del estallido social, porque las condiciones van a acentuarse después del paquete que el Gobierno va a anunciar. Aquí hay entre 16 y 18 técnicos del FMI revisando las cifras del BCV y van a proponen un recetario para dar fondos frescos. Se puede producir un estallido social igual que el Caracazo o peor.
-La MUD tiene un escenario con fecha fija: las parlamentarias de 2015.
-Tres: parlamentarias, revocatorio y presidenciales.
-2015 está más cerca y no se requiere trámite previo. El cronograma de acuerdos está retrasado.
-En eso tenemos que trabajar. En 2010 la Mesa tuvo un gran logro, una alianza perfecta en 23 circunscripciones electorales. Algunos, no sé si como estrategia política, están anunciando primarias para todo, lo sensato es que repitamos lo que nos dio resultado: consensos y proporcionalidad, las primarias fueron la excepción.
-¿Cuál método usarían? Los referentes electorales partidista son distantes.
-Hay que buscar un método porque no hay referentes confiables, podríamos combinarlos para ver el peso de cada uno.
-Si los disidentes desarrollan una estrategia constitucional distinta a la del resto de la MUD, ¿eso sería óbice para alianzas perfectas?
-Para nada, eso no castiga los acuerdos parlamentarios. Lo que no podemos decir es que por los objetivos inmediatos de cada uno echemos a un lado lo que tiene fecha cierta.
-El plan de crecimiento por la base quedó paralizado junto con la Mesa, ¿de quién es esa responsabilidad?
-Este es un momento de reflexión, de responsabilidad. Lo que nos ha ocurrido en los últimos meses ha sido muy malo en términos de unidad y de eficiencia política. La polarización ha beneficiado al Gobierno y nosotros tenemos que producir un mensaje para sumar. A los factores descontentos con el chavismo hay que mandarles un mensaje de agregación, porque pueden estar muy descontentos, pero por preferencia política van a quedarse allá.
-Ha dicho que el diálogo con el Gobierno está congelado pero no anulado. ¿Si aplican un paquete económico es esperable que el Gobierno solicite hablar?
-Puede ser, pero el Gobierno está en el plan de pedir y no cumplir, así no tiene sentido dialogar. Yo le dije a Maduro el 10 de abril: «el diálogo se salva si usted toma las decisiones, porque todo pasa por actos de Gobierno». Si el Gobierno no cumple esa instancia se perdió, y hay que admitirlo sin complejos. Para volverse a sentar tienen que cumplir con la liberación de los presos, la comisión de la verdad y la renovación equilibrada de los poderes de acuerdo a la Constitución.
-¿Cómo podría la Mesa hacer frente a los efectos de un paquete económico?
-Tendríamos que ver en qué consiste el paquete, prefiero no adelantarme. Algunas medidas de ese eventual paquete las están recomendando economistas que son de oposición o no están identificados con el Gobierno. Ojalá no metamos la pata otra vez con esas coincidencias técnicas. Lo que tenemos es que pedir cuentas, por qué estamos llegando a ese paquete. A lo mejor las medidas son muy ortodoxas, de librito, pero hay que pedir cuentas de qué pasó con los 995 mil millones de dólares, más el endeudamiento espantoso.
-Ortodoxas o no la población se resentirá. ¿La Mesa está preparada para enfrentar un estallido social?
-Nadie sabe para dónde va a coger eso. No estamos preparados, esa es mi preocupación. Allí mi temor son los omnipresentes militares que siempre vienen a salvarnos la vida para constituir un mal igual o peor al que estamos padeciendo.
-¿Cree que los militares ayudarán a imponer por la fuerza un ajuste económico?
-En el discurso del 5 de julio el general Padrino López dijo una frase que fue una admonición a Maduro: «Lo que haya que rectificar que se rectifique sin complejos». ¿Qué está diciendo?, que la política económica la tiene que rectificar sin depender de la crítica de los radicales del PSUV. Quiero hilar eso con la legitimación gravísima que hizo la sentencia del TSJ cuando, en contravención a dos artículos de la Constitución, dice que los militares sí pueden intervenir en política partidista. Yo creo que cuando fuimos a Miraflores el 10 de abril y dije que violaban la Constitución los militares que hicieran política, eso ha debido atormentarlos para pedir al TSJ una sentencia que los salvara de la ilegalidad. Los militares tienen tiempísimo participando en política con la peligrosísima situación de que antes se trataba de un Gobierno militar dirigido por un militar y ahora es un Gobierno militar dirigido por un civil. En Venezuela los militares son leales hasta la víspera, hasta ahora han actuado más allá de los organismos normales de orden público para reprimir y sostener al Gobierno. ¿Hasta qué punto estarán dispuestos a un desgaste como ese?, ¿si ahora fuera necesario ejecutar un Plan Ávila lo ejecutarían? No sé, lo que sí puedo decir es que los militares son absolutamente corresponsables como autores principalísimos de todo lo que ha ocurrido en Venezuela en los últimos 15 años, aquí no hay sálvese quien pueda.
ELVIA GÓMEZ
EL UNIVERSAL
