Además de hacerte perder peso y fomentar una nutrición correcta, hay alimentos que pueden embellecerte: mejoran la apariencia de tu piel, le dan brillo a tu pelo y desinflaman tu cuerpo

1 Las frutas son esenciales

Las arrugas del cutis se reducen con una dieta que tenga vitamina C. Esta la puedes encontrar en una variedad de frutas como las naranjas, las fresas, el kiwi y la papaya o frutabomba. ¡Son una maravilla!

2 Germen de trigo y grasas

La piel opaca y marchita se mejora con el germen de trigo, y si la tienes flácida y envejecida, puede tener más elasticidad con el efecto de las grasas monoinsaturadas de los aguacates (paltas) y las aceitunas. Eso sí, consúmelos con moderación.

3 El poderoso jengibre

Los ojos (y otras partes del cuerpo) pueden desinflamarse (!algo vital cuando queremos perder peso!) si comes jengibre, un poderoso antiinflamatorio. Las ostras y mejillones, por su parte, contienen zinc y éste ayuda a renovar las células de la piel.

4 Salmón y vegetales verdes

El pelo se beneficia de las eficaces grasas Omega-3 de los pescados, como el salmón, y también al consumir vegetales verdes (¡con casi 0 calorías!) como las berzas o col rizada, el brócoli y las espinacas. Este trío -con vitaminas A, B y C- es vital para realzar tu belleza y mantener una buena nutrición.

Las milagrosas almendras

La mayoría de los nutricionistas habla cada vez más de los fabulosos beneficios de las almendras. Estos frutos secos son esenciales en tu alimentación, pues contienen vitaminas B y E, flavonoides, minerales (como hierro, manganeso y magnesio) y proteínas. Por eso se consideran el snack ideal. ¿Un tip? Una onza y media de almendras tostadas y ligeramente saladas pueden disminuir tu apetito y estabilizar el azúcar en la sangre. También te ayudan a combatir la grasa que se acumula en el estómago.

Como todo en el mundo moderno, una dieta correcta está muy interrelacionada con la belleza, con la pérdida de peso y con la nutrición que se requiere para tener una buena salud.

Tip: Para evitar el aburrimiento cuando estás a dieta varía la textura y el sabor de las ensaladas. Si les mezclas unas almendras tostadas, añadirás un rico elemento crujiente.

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La margarina es más económica que la mantequilla, y lo cierto es que hay una buena razón para que así sea: está inundada de las insalubres grasas trans, causantes de diversas afecciones y enfermedades. Si eres una fiel consumidora, hoy te damos algunas razones para no consumir margarina. ¿Estás preparada para conocerlas?

1) Relacionada con enfermedades graves

Se relaciona la margarina con el riesgo de padecer un ataque al corazón, diabetes y hasta cáncer, todo por su gran contenido en grasas trans. Tanto así que, según investigadores de la Universidad de Harvard en los Estados Unidos, consumir media cucharadita de margarina adicional (más de una cucharadita), incrementa la posibilidad de sufrir un ataque al corazón en un 50%.

Hay datos que arrojan cifras alarmantes, parece ser que las personas que llevan una dieta occidental ingieren más del doble de grasas trans recomendadas por día.

2) La margarina y las grasas trans en cifras

Para que tengas una idea…

La margarina puede tener hasta un 15% de grasas trans

La mantequilla contiene un 3% de grasas trans

La margarina de alimentos horneados a nivel industrial puede estar compuesta hasta de un 30% de grasas trans.

3) El peligro de superar el máximo diario a ingerir de grasas trans

El máximo se refiere a lo que se puede consumir sin que resulte perjudicial para la salud. ¿Sabes cuánto es? Tan solo 2 gramos; o lo que es igual a la mitad de una rosquilla. Si te pasas, podrías conseguir que tu colesterol malo suba y el bueno disminuya, además de contribuir a la obstrucción de las arterias, aumento de la tensión y favorecer la obesidad.

4) Otras afecciones derivadas del consumo de grasas trans

Desafortunadamente, unas cuantas más conforman la lista de enfermedades que podemos contraer si consumimos un exceso de grasas trans: desde diabetes tipo 2, pasando por linfoma, cáncer de próstata, problemas hepáticos e infertilidad femenina.

5) Ataques al corazón

Lo antes expuesto no es poco, pero todavía queda añadir que los ataques cardíacos son más que probables cuando la alimentación incluye grasas trans de forma excesiva. Grasas animales, piel de pollo y yemas de huevos son, entre otros, los alimentos que tienen grasas trans. Pero para no desviarnos del tema en cuestión, debemos recordar que la margarina posee estas grasas en altas concentraciones, así como también todo aquello que se encuentre elaborado con este ingrediente.

La recomendación es leer atentamente las etiquetas y evitar el consumo de margarina en bloque o bien en productos que la contenga.

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La hipotensión es más conocida como presión arterial baja. En general, esta es subestimada, pero lo cierto es que no solo causa mareos o desmayos, sino que –de no recibir el tratamiento adecuado–también puede poner en riesgo la vida. Así que, para empezar, ten en cuenta que una persona es hipotensa cuando su presión arterial sistólica es de 90 milímetros de mercurio (mm Hg) o menos y su presión arterial diastólica es igual o inferior a los 60 mm Hg.

¿Cómo interpretar la lectura de la presión arterial?

Genial, así que la presión sistólica tiene que ser mayor a los 90 milímetros y la diastólica, superior a los 60. Pero, ¿qué significan estos tipos de presiones?

Bueno, empecemos por definir qué es la «presión arterial». Como su nombre lo sugiere, esta es la medición de la presión de las arterias durante los períodos activos y pasivos de la actividad cardíaca. Así, la presión arterial sistólica –el número que aparece en la parte superior del medidor– representa la cantidad de presión que el corazón genera en el momento de bombear sangre a través de las arterias hacia todo el cuerpo.

Por su parte, la presión arterial diastólica es la cifra que aparece en la parte inferior y refiere a la cantidad de presión que existe en las arterias entre latido y latido –es decir, cuando el corazón está «en reposo».

Causas de la hipotensión

La hipotensión puede atribuirse a diversos factores. Algunos de los más importantes son:

-El embarazo. Durante este período, el sistema circulatorio de la mujer se expande, por lo que es normal que los niveles de presión desciendan.

-Problemas cardíacos. Algunos de los más recurrentes son la bradicardia y problemáticas en las válvulas cardíacas.

-Problemas endócrinos. El mal funcionamiento de la glándula tiroides, la hipoglucemia y, en algunos casos, la diabetes también pueden ocasionar hipotensión.

-Deshidratación. Esta se produce cuando el cuerpo elimina más agua de la que recibe. La deshidratación no solo genera presión arterial baja, sino también fatiga y mareos.

-Por último, y tal vez la más obvia, es por razones genéticas. Si tu madre o padre son hipotensos, tienes más probabilidades de padecer este problema.

Principales síntomas

Los principales síntomas de la hipotensión son:

– mareos,

– desmayos,

– falta de concentración,

– visión borrosa,

– náuseas,

– sensación de frío,

– palidez,

– respiración rápida y entrecortada,

– fatiga,

– depresión

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