Desde el año 2005 no llegan libros de Nadine Gordimer (Springs, 1923-2014) al país. Para aquel entonces, la librería Alejandría (sucursal de Las Mercedes) ofrecía dos títulos de la Premio Nobel de Literatura (1991), quien falleció el domingo a los 90 años.
Conservador e Invitado de honor se vendieron por Bs. 2,50 hace casi dos lustros. En la sede ubicada en el Centro Comercial Chacaito tenían Hay algo allí afuera y La hija de Burger (esta última censurada por el gobierno sudafricano), sin embargo el vendedor asegura que «ya no hay rastro en el sistema sobre la disponibilidad de estas publicaciones en la tienda».
De la autora sudafricana, nacida en 1923 en la localidad minera de Springs, próxima a la capital sudafricana, Johannesburgo, y una de las voces más poderosas en la lucha contra el apartheid, tampoco disponen textos en Nacho, Entrelibros y Lugar Común. Tecniciencia, en cambio, vendió la última edición de Atrapa la vida en 2012 por Bs 55. Del lote que recibieron en 2006, La hija de Burger se ofertó al público por Bs 28.
La escritora, que comenzó su carrera a los nueve años de edad, difícilmente puede leerse en Venezuela. Al menos en las principales estanterías del país no hay obra de la activista comprometida activamente en la lucha contra la segregación racial.
Gordimer fue incluso censurada por el régimen de Pretoria, que acabó por ceder ante las protestas anglo-estadounidenses. Su primer libro lo publicó al cumplir 15 años, pero fue en 1974 cuando su trabajo alcanzó fama internacional tras la edición de El conservador. Ese mismo año, el texto recibió el Premio Booker.
Defensora de la igualdad social, Gordimer optó en sus comienzos por las historias cortas. La suave voz de la serpiente (1953) emerge como una de sus primeras críticas al comportamiento humano, la pobreza y las relaciones tumultuosas entre hombres y mujeres sudafricanas.
De la cuentista distinguida con 15 doctorados honoris causa (Yale, Harvard, Columbia y Cambridge -por mencionar algunos-) sus hijos destacan en un comunicado algo más que haber obtenido el Nobel de Literatura: «No era únicamente haber recibido el premio en 1991, sino también haber testimoniado en 1986 para salvar la vida de 22 miembros del Congreso Nacional Africano, todos acusados de traición», reza en el manuscrito firmado por sus primogénitos.
Tras la liberación de Nelson Mandela, la Academia sueca se refirió a su escritura como «magnífica y épica». Amiga íntima del dirigente y también activista político, no vaciló al poner en tela de juicio los defectos de los nuevos sucesores de Mandela. Su fundación rindió homenaje a la escritora al catalogarla como la «gran dama de la literatura sudafricana».
«He leído todas las novelas no prohibidas de Nadine Gordimer y he aprendido mucho sobre la sensibilidad de los blancos liberales» (opuestos al apartheid)», escribió el dirigente en su autobiografía.
La familia de Gordimer informó su fallecimiento en un comunicado. El manifiesto señala que la autora murió mientras dormía en su residencia en Johannesburgo. Los allegados todavía no dan a conocer la fecha para despedir sus exequias.
EL UNIVERSAL