Aunque se los vincule al chat, a las redes sociales o a la tecnología moderna, los emoticones -esos símbolos gráficos utilizados para acentuar nuestras emociones- ya recorrieron un largo trecho. Gracias a ellos, los usuarios de internet pueden expresar ideas en forma más compleja y reflejar mejor su estado de ánimo. También permiten comprender más acabadamente el sentido de una frase.
Pero, ¿qué es en realidad lo que queremos transmitir? Para averiguarlo, el ex jefe de productos de aplicaciones como Flickr o Bitly, Matthew Rothenberg, que además se define como artista y hacker, creó un código para contar -en tiempo real- el número de emoticones utilizados en la red social Twitter. Así, podemos saber cuáles son los 100 más usados.
Lo interesante, entre otras cosas, es que los tuits contabilizados fueron escritos en distintos idiomas: árabe, inglés, ruso, mandarín y griego, entre otros. Conclusión: las expresiones online atraviesan las fronteras lingüísticas.
¿Cuáles son los símbolos gráficos más utilizados? Los corazones, que tuvieron más de 342 millones de tuits, lo que representa el 10% del total, en base al cálculo realizado el jueves por la mañana. Y no sólo eso: el amor, en general, también es importante. De hecho, son 14 los emoticones con corazones que figuran en la lista.
Otro dato curioso: los primeros 19 emoticones son «neutros» en lo relativo al género. Y, en el puesto 20, no aparece un hombre, sino una mujer. Dentro del top 100, el único varón que aparece figura en el puesto 91. La imagen lo muestra caminando.
Por otra parte, el famoso símbolo que hace alusión al excremento no fue tan utilizado, al menos en Twitter: sólo registró 7 millones de tuits, una cifra relativamente menor, máxime si se la compara con la avalancha de mensajes en los que se registraron corazones.
Los inicios de los emoticones
Su invención se le atribuye a Scott Fahlman, un científico de la computación de la Universidad Carnegie Mellonn (EEUU) al que, en 1982, se le ocurrió combinar una serie de caracteres del teclado de la computadora para crear caras sonrientes. Propuso utilizarlas para las bromas. Sin embargo, al poco tiempo se dio cuenta de que, considerando las tendencias de la época, lo más conveniente y simple sería utilizar rostros tristes para indicar cuando no se tratara de un chiste.
Según declaró él mismo, la idea surgió como respuesta a los problemas de interpretación de los mensajes que se intercambiaban entre profesores y alumnos para discutir determinados asuntos en forma online.
«Nos planteamos que sería una buena idea explicitar qué mensajes no debían tomarse en serio; después de todo, cuando usamos comunicación online basada en textos no contamos con los datos adicionales que aportan el lenguaje corporal o el tono de voz, que en una conversación informan de la intención o el tono del mensaje», explicó.
INFOBAE