¿Iluminar las casas con basura, echar a andar máquinas con estiércol y sol, y usar buses rápidos para proteger las cosechas? Aunque suene estrambótico, esas son algunas de las soluciones simples pero efectivas para que el planeta reduzca a sus emisiones de gases que generan el efecto invernadero, responsables del calentamiento global que vivimos en la actualidad.
Un nuevo estudio muestra que las políticas públicas pueden contribuir de manera significativa a lograr que el planeta disminuya su huella de carbono, aplicando éstas y otras medidas. Y el impacto es enorme. Los resultados de aplicar estas medidas equivalen a sacar de circulación 2 mil millones de vehículos y las emisiones que producen.
Éstas representan el 30% de la reducción que sería necesaria para evitar un aumento de más de 2 grados centígrados en la temperatura promedio del planeta hacia el 2030. De ocurrir el incremento, el mundo enfrentaría sequías y olas de calor sin precedente o inundaciones devastadoras, entre otros impactos.
Y no se trata solamente de la temperatura. “Las políticas que permiten reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes climáticos de corta vida pueden generan claros beneficios económicos, sanitarios y sociales de otro tipo”, se estipula en el informe.
“Por ejemplo, una política que promueva un transporte más eficiente —lo que incluye vehículos con bajo consumo de combustible y sistemas eficaces de tránsito público— permitirá ahorrar combustible y tiempo, con la consiguiente mejora de la seguridad energética y la productividad laboral”, agrega.
El estudio se basa en una simulación en seis lugares del mundo -Estados Unidos, China, la Unión Europea, India, México y Brasil- para medir la magnitud del impacto de implementar regulaciones, incentivos o impuestos para estimular el transporte limpio y más eficiencia energética en las industrias y hogares.
Según los expertos, hay varias formas para evitar las emisiones que pueden parecer sorprendentes pero son efectivas y además crean empleos:
1. Iluminar las casas con basura
Se calcula que si Brasil produjese electricidad con el metano o biogás emitido por toda la basura que produce, se crearían 44 mil empleos y se aportarían 13,3 mil millones de dólares al Producto Interno Bruto en 20 años. Además, se evitaría la emisión de entre 158 y 315 millones de toneladas de CO2 en dos décadas. Por ejemplo, en Monterrey, México, la energía producida por un basurero se usa para alimentar el metro y el alumbrado público de la ciudad.
2. Máquinas que funcionan con estiércol y sol
Si el 90% de las granjas de cerdos y vacas en México usaran biodigestores – los tanques donde se almacenan las heces de los animales para capturar el metano y transformarlo en electricidad- y si nueve de cada 10 granjas bovinas usaran energía solar, se podría ahorrar el 11% de la demanda de electricidad agrícola. También se dejarían de emitir 103 millones de toneladas de gases contaminantes como el metano para el año 2030. Ya hay más de 300 granjas en México que cuentan con un biodigestor.
3. Salvar las cosechas usando buses de vía rápida
Si la India construyera 1,000 kilómetros adicionales de sendas de tránsito rápido por autobús, podrían preservarse más de 27 mil vidas, gracias a la reducción de los accidentes y la menor contaminación del aire, y crearse 128 mil puestos de trabajo. Por la reducción de emisiones también se salvarían alrededor de 28 mil toneladas de alimentos en 20 años.
Más de 50 ciudades en América Latina ya tienen sistemas de buses de transito rápido, como el Metrobús, en México, o el Transmilenio, en Bogotá. Algunos sistemas funcionan incluso con gas natural comprimido, menos contaminante que el diésel. Es también la región que mayor cantidad de pasajeros traslada a través de este sistema: 6 de cada 10 personas que eligen este medio de transporte, con un total de 19 millones de pasajeros por día.
4. Hacer la comida sin perder la vida
Muchas personas en el mundo usan todavía carbón o leña para cocinar, lo que contribuye a la contaminación del aire y daña a la salud de aquellos que están cerca de la estufa. En China, si el país distribuyera 70 millones de cocinas menos contaminantes, el beneficio económico sería de 11 mil millones de dólares, y en 20 años se salvarían más de 1 millón de vidas por la reducción de la contaminación interior. Estufas más eficientes y menos contaminantes pueden también evitar considerablemente las muertes prematuras, advierte el reporte.
En Guatemala, donde todavía se cocina mucho sobre fuego abierto, el humo en las casas causa la muerte a más de 5.000 personas cada año, cifra que asciende a casi 37 mil en todo Centroamérica, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Una iniciativa en esta región, apoyada por el Banco Mundial, busca incentivar el uso de estufas que usan menos leña y que, además, tienen una chimenea para canalizar el humo fuera de las viviendas.
El País