Para empezar, la bicicleta es respetuosa con el medio ambiente y para continuar nos evita los molestos atascos. Además, ¿sabíais que con un pedaleo diario de 30 minutos y a ritmo tranquilo podemos llegar a perder hasta 230 calorías? Al beneficio de perder peso, cabe sumar que nuestros músculos se fortalecerán y que si vamos a trabajar en bicicleta, haremos ejercicio sin ocupar tiempo de nuestros momentos de ocio.

¿Qué más se puede pedir? Ahora, sólo falta que tomemos mayor conciencia de las virtudes de la bicicleta, tal y como sucede en otros países europeos. Los líderes son Holanda y Finlandia, donde un 18% y 17% de sus ciudadanos respectivamente, utilizan la bici de manera habitual.

Aunque en España no llegamos hasta tales porcentajes, el uso de la bicicleta está aumentando considerablemente motivado no sólo por las ventajas que os comentábamos anteriormente, sino también por la complicada situación económica en la que nos encontramos. “La crisis ha hecho que muchos ciudadanos hayan sustituido el coche por otros medios de transporte más sostenibles en todos los sentidos“, ha explicado el director general de Nielsen España y Portugal, Gustavo Núñez.

Una situación que ha provocado que un 17% de los españoles estén dispuestos a compartir o alquilar su bicicleta y que en el 29% de los hogares de nuestro país haya, al menos, una bicicleta.

Ahora, sólo falta que no se utilicen únicamente para los momentos de ocio y que nuestra concienciación vaya acompañada de la creación de más carriles bici y de un mayor respeto de los conductores de los vehículos hacia los ciclistas. Todo ello acompañado de la creación de espacios para guardar las bicicletas y, así, evitar los robos. Mientras esperamos a que se tomen todas estas medidas, sólo nos queda decir…. ¡Feliz día Europeo de la Bicicleta a todas!

Fuente: Nosotras

Una cosa son los años que revela nuestro DNI y otra, muy distinta, es nuestra edad biológica o “molecular”, que es la que tiene realmente nuestro organismo. En ese punto se detuvieron los científicos de la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos, quienes detectaron factores ambientales que aceleran el proceso de envejecimiento. Son cinco:

* Tabaco

El humo del cigarrillo es, probablemente, el gerontógeno más importante. Está relacionado con el cáncer, pero también con la aterosclerosis, la fibrosis pulmonar, y otras enfermedades asociadas con la edad. Todo esto se ha detectado, incluso, en fumadores pasivos: aquellos que solo están expuestos al humo.

* Sol

Es el segundo agente gerontógeno más nocivo. Los rayos UV producen un daño directo en nuestro ADN. Como resultado, envejecen nuestra piel y provocan cánceres muy agresivos, como el melanoma.

* Arsénico y benceno

Ambas sustancias se asocian a una menor esperanza de vida. El arsénico (presente en las aguas subterráneas) disminuye la capacidad del ADN de autorrepararse. El benceno (que se encuentra en el humo del tabaco y las emisiones de los coches o de la industria) acorta los telómeros de las células hematopoyéticas, encargadas de formar los componentes de la sangre.

* Obesidad

Cuesta verla como un factor ambiental pero lo es, ya que depende de la alimentación y el estilo de vida. Tener exceso de peso corporal está relacionado con problemas ligados al envejecimiento como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares o el cáncer.

* Estrés

Aunque no es una sustancia concreta, figura en esta lista porque influye en el envejecimiento prematuro. Un poco de estrés es bueno, pero en exceso no lo es: disminuye las defensas, provoca enfermedades cardiovasculares y produce un impacto negativo en la memoria.

“La edad biológica o molecular difiere entre las personas, en parte por su exposición a los ´gerontógenos´ como, por ejemplo, los factores ambientales que afectan el envejecimiento”, explicó Norman Sharpless, autor del estudio que fue publicado en la revista Trends in Molecular Medicine. “Creemos que analizar a los gerontógenos va a beneficiar el estudio del envejecimiento. Al identificarlos y evitarlos, vamos a ser capaces de influir en la esperanza de vida a nivel salud pública», concluyó.

Fuente: MuyInteresante

Hoy les hablaremos de un concepto del que quizás, la mayoría de vosotras nunca hayáis oído hablar: la propiocepción.

Ésta hace referencia a la capacidad del cuerpo de detectar el movimiento y posición de las articulaciones. Es importante en los movimientos comunes que realizamos diariamente y, especialmente, en los movimientos deportivos que requieren una coordinación especial.

Cuantas veces mientras bajábamos las escaleras nos hemos torcido el tobillo. O cuantas veces hemos corrido por un camino pedregoso y hemos pisado mal por culpa de una piedrecita o de un pequeño bache. Es un movimiento involuntario, no esperado, donde forzamos una articulación de nuestro cuerpo y que puede ocasionar una lesión (por leve que sea).

De hecho la propiocepción es un sentido que nos informa de la posición de nuestros músculos y articulaciones. Suele ser un trabajo muy bueno para recuperarnos de alguna lesión de tobillo por ejemplo pero también para tonificar, como ahora veremos.

La propiocepción la podemos trabajar encima de plataformas inestables y eso obliga al cuerpo a reajustar y rectificar su posición de forma automática dotando así al cuerpo de unas habilidades que en el día a día de los entrenamientos o en nuestra vida cotidiana le servirán para evitar lesiones.

Este trabajo de propiocepción nos ayuda a fortalecer la musculatura de las piernas. Los tobillos, los soleos, los gemelos, los tibiales, pero también los músculos de la cadera. Así pues, si sois de las que estáis en baja forma, este tipo de trabajo os puede ir de perlas para trabajar la fuerza de tren inferior.

Estos ejercicios de propiocepción se basan en el equilibrio, obligando así al cuerpo a trabajar de una forma conjunta y obligándole continuamente a reequilibrarse. Los podemos trabajar solos sin material, con un compañero, con un bosu, con una fitball… Tenemos mucha variedad.

Con hacer un trabajo puramente de equilibrio eso ya nos ayudará a evitar sustos cuando entrenemos o para evitar esguinces en cualquier situación cotidiana y si además queremos tonificar un poco (y somos de los que nos da pereza hacer pesas), haciendo algunos de estos ejercicios podremos endurecer nuestro tren inferior de una forma funcional y seguramente más divertida.

Fuente: Nosotras