Practicar sexo en lugares como la ducha, el coche o sobre una mesa, pongamos por caso, puede llegar a ser algo novedoso que dispare nuestra adrenalina, pero antes de lanzarse a lo loco conviene tener en cuenta una serie de peligros que no siempre resultan evidentes.

En efecto, la novedad siempre es un elemento de atracción para el sexo, pero que algo sea emocionante no evita que pueda suponer algún tipo de riesgo para la salud física de la pareja. En concreto, según un estudio realizado por la compañía de seguros Medical Insurance, hay ambientes que no son precisamente ideales para mantener tórridos encuentros.

Aunque parezca de lo más inocente, las relaciones sexuales en las escaleras, la ducha, el auto, una mesa o silla entrañan riesgos, concluye el informe. Se trata de cinco lugares que conllevan una serie de peligros no siempre fáciles de adivinar, concluye el estudio.

Evitarlos o ser precavido

Evidentemente, si nos abstenemos de practicar sexo en ellos no habrá problema alguno, pero también es posible conocer los riesgos para así minimizar los posibles percances. Así, en relación a las escaleras, por ejemplo, podemos perder el equilibrio o golpearnos contra un escalón en alguna parte del cuerpo, por lo que deberíamos tener esto en cuenta a la hora de elegir una u otra postura, pongamos por caso.

Lo mismo sucede con las mesas y sillas, pues las primeras pecan de poca resistencia a menudo, llegando a romperse en ocasiones, y lo mismo nos sucedería con una silla. En ambos casos producen lesiones de espalda, cadera, etc.

Elegir el coche para tener sexo también conlleva sus riesgos, sobre todo si lo aparcamos en lugares aislados donde puedan atracarnos, y no digamos ya si el coche está en marcha. Por lo demás, su interior tampoco es un espacio ideal para mantenernos libres de golpes.

Por último, la ducha también merece una mención en esta lista por ser un lugar muy socorrido para darle vidilla al sexo, pero su reducido espacio y la presencia de agua jabonosa nos pueden hacer resbalar y caer. Por lo tanto, en este caso mejor evitarlo -¿Y si probamos en el suelo?- o ser precavidos, por muy pocas migas que haga la pasión con la precaución.

Fuente: SL

Hacer cosas nuevas, tener sexo con un desconocido, el morbo de un sexo obligado o con más de una persona del sexo opuesto, incluso con alguien del mismo, son algunas de las fantasías sexuales femeninas más comunes.

Los sueños eróticos de las mujeres, ya se tengan durmiendo o en vigilia, no sólo cumplen una función liberadora y psicológicamente placentera. Además, según confirman distintas investigaciones, las mujeres fantaseadoras también tienen una mayor capacidad para tener relaciones sexuales satisfactorias, incluyendo unos orgasmos más intensos.

Es más, tanto hombres como mujeres fantasean durante el coito (alrededor del 71 por ciento), y en lo que respecta a ellas, suelen imaginar que su pareja sea otro hombre o que se encuentra en un contexto erótico distinto, siendo también habitual tenerlas durante la masturbación. Sin embargo, la mayor parte de las fantasías se tienen durante el resto del tiempo.

Soñar despiertas

Sin duda, en cualquier momento puede volar la mente en busca de paraísos sexuales virtuales que complazcan a placer. Por ejemplo, se ha descubierto que durante las ensoñaciones diurnas se elaboran fantasías que expresan los sentimientos y miedos que se sienten, con escenarios más complejos y detallados, sin olvidar posibles argumentos que narran historias normalmente simples, protagonizadas por la pareja o por algún desconocido. Por contra, la influencia de Morfeo no ayuda a montar guiones demasiado historiados, al menos no suele ser la norma, si bien las pesadillas barrocas pueden llevarse la palma en muchas ocasiones.

Por último, durante la masturbación son muchas las mujeres que acostumbran a imaginar que tienen relaciones con su pareja, y lo mismo les ocurre a ellos, con un porcentaje que ronda el 80 por ciento en ambos casos. En este caso, al menos, hombres y mujeres no son tan distintos, aunque excepciones hay a punta de pala…

Fuente: Dr.Sexólogo

Siempre que no vayamos demasiado destapados, practicar sexo previene la gripe. Y no, excepto la alusión a ir ligeritos de ropa, no se trata de una broma, sino de una reciente conclusión científica.

El estudio ha sido llevado a cabo por un científico suizo, que ha conseguido probar que el sexo es una muy interesante manera de combatir el resfriado y otros virus del mejor modo, es decir, previniéndolos. Pero no sólo eso, porque también ayuda a superarlos.

¿Pero, y cómo se logra este efecto? Después de una serie de pruebas, Manfred Schedlovski, un investigador suizo de Zúrich, encontró que las denominadas células T que produce el cuerpo aumentaban, llegando a duplicarse, incluso, con el orgasmo.

Un arma para combatir virus

Con respecto a otros virus, el inmunólogo Peter Scheleicher ya concluyó con anterioridad que este tipo de células tenía capacidad de combatir procesos víricos, pues las células T “activan el mecanismo de destrucción de nuestro organismo contra las células contagiadas con distintos tipos de virus”.

En cuanto a la prevención de contagios, esta mayor cantidad de células T refuerza igualmente del sistema inmunitario, ya que unas defensas fuertes constituyen un buen arma para evitar virus, incluyendo el de la gripe. Eso sí, lo que quizás no sea tan conveniente es practicar sexo con alguien griposo si nosotros no tenemos la gripe, digo yo que entonces mejor abstenerse o, por qué no, practicar sexo en soledad, que también es otra opción.

Numerosos estudios sostienen que el sexo fortalece el sistema inmunológico (por la exposición a los microbios de la pareja, entre otras cosas) y combate la depresión, además de tener un efecto analgésico. Sobre este último, se ha hallado que el orgasmo activa regiones cerebrales implicadas en el control del dolor. Por lo tanto, aquí tienes un buen cargamento de razones para practicar sexo y evitar la cama. Aunque, paradójicamente, en estos casos encamarse tiene dos acepciones bien distintas.

Fuente: Sexólogos

Los números sorprenden y ubican a la Web como el espacio donde –por estos días- nacen, crecen y se desintegran los vínculos de pareja. Mails, sms, chat, Facebook, sitios de citas y poco contacto personal… En clave de humor, la autora describe este nuevo panorama amoroso en el que imperan las distancias, las mentiras y las trampas

Los números, al menos, sorprenden. Un 57% de los cibernautas usan la web para flirtear. Un tercio de los juicios de divorcio en Estados Unidos se inicia por ciberinfidelidad. Más del 70% de los diálogos en chatrooms se van en mensajes románticos. Más de un 40% de personas admite tener amistades románticas por Internet. Solo el 46% lo considera adulterio. El 80 % son casados que se dicen libres.

Sólo una red como Facebook te permite, de pronto, saber todo acerca de unos 700 a 1500 amigos, de los cuales no conoces (en verdad y personalmente) más que a una docena. Un estudio en Perú dice que cualquier persona tiene en la agenda de su teléfono celular al menos a otras cien, de las cuales la mitad son del sexo opuesto.

Las ventajas del amor en un click

Es bastante fácil y discreto entrar en contacto directo con alguien del sexo opuesto con ánimo romántico. Además, con sólo tocar una tecla, podés hacer desaparecer el diálogo con tu amante virtual y que parezca que hace seis horas que estás trabajando.

En todas las oficinas del mundo, la conexión a Internet se usa mas para recreación y placer del empleado que para el empleo para el que existe el sistema en la empresa. Lo sé porque los picos de vistas a mis blogs suben sideralmente de lunes a viernes y se desmoronan los fines de semana. Y es así: más de uno está esperando que llegue el lunes para poder seguir sus diálogos ardientes con una de sus novias de distintas latitudes.

Pero también trae problemitas…

Esta facilidad suprema para iniciar relaciones puede acabar en adicciones graves que ya tienen nombre, como la IAD (Internet Adiction Disorder) o la OSD (Online Sexuality Disorder). Está lleno de páginas web larguísimas que hablan de estos males y algunas, incluso, tienen unos juegos estupendos y fotos de chicas desnudas y muchachos bien dotados.

¿Cómo te das cuenta si sos adicta a las relaciones online?

-Sólo te gustan los hombres de cara cuadrada.

-No podés hablar con ningún sujeto masculino si no lo ves en un monitor.

-No entrás a ningún sitio que no diga Wi Fi en la puerta.

-Te excita más el sonido de un mensaje entrante que el de un beso.

-Das la vuelta la mesa del computadora para que nadie vea lo que escribís.

-Te sentís espantosamente sola si se corta la luz.

-No entendés a la gente cuando te habla: sólo cuando te escriben.

-Te pueden quitar cualquier cosa… ¡Menos tu MODEM!

-De tanto buscar gente del sexo opuesto en la web, acabás chateando con tu vecino, el del perro molesto y que te tira la basura en la puerta. Resultado: una relación prohibida con él porque está más a mano que el de Teherán. ¡Se ha formado una pareja!

Fuente: Clarín