El exjefe del Ejército Abdelfatah al Sisi se erigió hoy como ganador indiscutible de las elecciones presidenciales de Egipto, al obtener el 96,91 % de los votos, en una carrera en la que los pronósticos se cumplieron sin sobresaltos.

La Comisión Electoral confirmó la victoria arrolladora de Al Sisi en los comicios celebrados entre el 26 y el 28 de mayo pasado, que registraron una participación del 47,45 %, lo que supone que votaron 25,5 de los casi 54 millones de egipcios llamados a las urnas.

Un total de 23.780.104 personas apoyó a Al Sisi, un número claramente superior a los 757.511 sufragios (3,09 %) cosechados por el otro aspirante presidencial, Hamdin Sabahi.

El izquierdista se vio incluso superado por los votos nulos, que ascendieron a 1.040.608, un 4,07 % de todos los emitidos.

El presidente de la Comisión Electoral, Anuar Rashad al Asi, defendió en una rueda de prensa su decisión de ampliar de dos a tres días los comicios por las «altas temperaturas» y para permitir que los egipcios se desplazaran entre provincias para ejercer su derecho al voto.

Afirmó que la participación fue del 10 % el último día y que la mayoría de los votantes optó por acudir a las urnas a primera hora de la mañana y por la noche, si bien numerosos colegios aparecieron casi desiertos durante las tres jornadas.

La abstención estuvo motivada, entre otros, por los Hermanos Musulmanes y el movimiento juvenil 6 de Abril, contrarios al régimen salido del derrocamiento del islamista Mohamed Mursi el pasado 3 de julio a manos del Ejército.

Por otro lado, Al Asi destacó que fueron rechazados los recursos presentados contra las decisiones del comité y que no hubo «problemas significativos» que afectasen la transparencia del proceso, pese a la anulación de las votaciones en doce centros por irregularidades.

Recordó que observadores de la Unión Europea, la Unión Africana, la Liga Árabe y organizaciones locales siguieron los comicios, que la UE ya consideró que se desarrollaron «conforme a la ley», a pesar de la restricción existente de libertades y derechos.

El contexto es, además, opuesto al de junio de hace dos años, cuando Mursi se impuso al ex primer ministro Ahmed Shafiq al obtener 13,2 millones de votos (51,73 %) en unas elecciones con un 51,85 % de participación.

Si entonces los partidarios del islamista saltaron de sus asientos para celebrar su victoria en medio de la división que se vivía en el mismo lugar donde se anunciaron los resultados, esta vez una marea de personas se lanzó a bailar en el escenario y corear lemas como «Viva Egipto», mientras sonaban canciones patrióticas.

«Esto es una demostración para el resto del mundo», afirmó a Efe Mahmud Abu Sayed, trabajador del comité electoral que aseguró, sin tapujos, que festejaría el triunfo de Al Sisi en la cairota plaza de Tahrir, adonde se dirigió una multitud de personas con banderas y retratos del exmilitar.

También agradeció la actitud de los egipcios y de su contrincante, al tiempo que pidió la unidad del pueblo para salir de la crisis.

Al Sisi recibió rápidamente la felicitación del rey saudí, Abdalá bin Abdelaziz, que convocó una conferencia de donantes para ayudar a Egipto a superar las dificultades económicas.

Arabia Saudí es una de las monarquías del Golfo -junto a Emiratos y Kuwait- que más ha apoyado política y financieramente a las nuevas autoridades egipcias desde la caída de Mursi y los Hermanos Musulmanes.

Otros países árabes como Jordania o Marruecos también felicitaron a Al Sisi, que dentro de Egipto fue saludado por la máxima autoridad musulmana del país, el muftí Shauqi Alam, y el papa copto (cristiano), Teodoro II, dos figuras que ya lo acompañaron cuando depuso a Mursi hace justo once meses.

Fuente: EFE

Don Juan Carlos y Don Felipe coincidieron este martes por primera vez en un acto oficial después de que este lunes el Rey comunicase a los españoles su decisión de abdicar en favor de su hijo. Ninguno de los dos hizo declaraciones a pesar de la gran expectación que suscitaron.

El Rey, valiéndose de un bastón, y el futuro Felipe VI llegaron juntos en el mismo vehículo hasta la lonja del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (Madrid), donde el capítulo de la Real Orden de San Hermenegildo había previsto una reunión extraordinaria con motivo de los 200 años de su creación.

La orden fue instituida por Fernando VII tras la Guerra de la Independencia, para premiar conductas militares ejemplares, reconocimiento que también se prevé para este martes. De forma paralela a esta ceremonia castrense, en el Palacio de la Moncloa se estaba reuniendo el Consejo de Ministros extraordinario para aprobar una Ley Orgánica que regulará el proceso de sucesión que se ha abierto este lunes.

El acto militar se desarrolló en medio de una gran expectación, con más de 200 medios de comunicación acreditados y la presencia de muchos curiosos que vitoreaban al Rey, visiblemente emocionado, y a su heredero, el futuro Felipe VI, con un semblante menos relajado. No acudían juntos a este acto desde hace un lustro. [Así estamos contando el acto y todo lo relacionado con la abdicación del Monarca, en directo]

Tras el saludo de ambos a las autoridades, la Guardia Real y una representación de todos los ejércitos les presentaron honores. Asimismo, tuvo lugar el homenaje a los caídos mientras la popular ‘Patrulla Águila’ cruzaba el cielo de la sierra madrileña dejando una estela con los colores de la enseña nacional.

Posteriormente, ya en el interior del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, estaba prevista una ceremonia privada de entregar de las placas de reconocimiento y se ofició un acto religioso presidido por el arzobispo castrense, Juan del Río. A continuación, según la agenda establecida, caballeros y damas de la orden se encierran en la sala capitular del Monasterio para participar en la citada reunión castrense.

Sin discursos

Ni Don Juan Carlos ni Don Felipe han pronunciado un discurso, hecho que se producirá este miércoles. Según la agenda de la Casa Real, Don Felipe participa en Navarra en los actos de entrega del Premio Príncipe de Viana y don Juan Carlos hará lo propio en Madrid con el Premio Reino de España a la trayectoria empresarial.

Por la tarde, si no hay cambios, el Rey acudirá al palco real de la plaza de toros de Las Ventas de Madrid, que acoge la corrida de la Beneficencia. Al abandonar la tribuna, para acceder al Monasterio, el Rey agradeció de forma cariñosa el aplauso del público que acudió a las inmediaciones del monasterio soportando una meteorología veraniega.

Fuente: ABC