Ecosistemas propios y hasta santuarios son apenas dos de sus grandes atractivos. México, Brasil y Chile son algunos países de la región que disfrutan de estas fascinantes grutas. Ve las imágenes
Uno de los sitios escondidos tras las rocas más fascinantes del mundo es la Gruta de Hang Son Doong, en Vietnam. Es la cueva más grande del planeta, con alrededor de nueve kilómetros de longitud, 200 metros de ancho y 150 metros de altura. Fue presentada al público en febrero de 2009 por un grupo de científicos británicos y está repleta de maravillas incluidos ecosistemas aislados, sistemas climáticos, formaciones geológicas y hasta un río.
No muy lejos de allí se encuentran las Cuevas de Batu, en Malasia. Ubicadas en el distrito de Gombak, son el atractivo turístico más importante de la capital del país, Kuala Lumpur, y dentro de ellas hay un colorido templo y santuario hindú, considerado como uno de los más populares y grandes fuera de la India. Su principal atractivo es la gran estatua del Dios Hindú que se encuentra en la entrada, y una escalera empanada de 272 escalones.
También en la zona del sudeste asiático se halla otro escenario fascinante. Es el de la Cueva de la Flauta de Caña, ubicada a cinco kilómetros al noroeste de la ciudad china de Guilin, en la región autónoma Zhuang de Guangxi. Con unos 240 metros de largo, está llena de espectaculares estalactitas y estalagmitas y recibe su nombre por los juncos que crecen en la entrada, con los que se pueden hacer flautas.
Otra joya de la naturaleza no conocida por muchos son las cuevas de hielo del volcán Mutnovsky, en el sur de la península rusa de Kamchatka. Se forman por las corrientes de aguas termales que fluyen desde los manantiales situados en la montaña y derriten el hielo a su paso. La disminución del espesor en la capa superior del glaciar provoca que se filtre la luz solar, iluminando las estructuras y dotándolas de un espectacular aire casi surrealista.
El fin del mundo también cuenta con un escenario digno de una película de Disney. Es el caso de las cuevas de Waitomo Glowworm, conocidas como «Las cuevas de luciérnagas», en la isla norte de Nueva Zelanda. Con formaciones de piedra caliza, es un complejo de cavernas subterráneas habitado por una enorme cantidad de luciérnagas que en medio de la oscuridad le otorgan un colorido mágico a la gruta que es disfrutado a pleno por los turistas que la visitan.
Europa también ostenta alguna de las cuevas más impresionantes de la Tierra. Una de ellas es la de hielo del glaciar islandés Vatnaekyudl-Vatnaekyudl, la masa congelada más grande del Viejo Continente. La superficie es de 8.300 metros cuadrados, y el promedio de espesor del hielo es de 500 metros. Los sectores más hermosos de este glaciar se hallan en su parte sur.
La Cueva de Algarve, en el extremo sur de Portugal, es otra de las tantas atracciones turísticas para quienes deseen visitar el Viejo Continente. Conformada por piedra caliza, al estar rodeada por agua sólo se puede acceder a ella a través de lanchas. A raíz de la solubilidad relativa de la roca en el agua puede verse expuesta a cambios.
América Latina es otra de las regiones que guarda algunas de las grutas más espectaculares del planeta. Y sin dudas la Cueva de los Cristales Gigantes en el pueblo mexicano de Naica, estado norteño de Chihuahua, es una de ellas. Descubierta en el año 2000 y con temperaturas que pueden superar los 50ºC y una humedad relativa del 98%, en su interior se acumulan estructuras cristalinas de yeso que podrían tener hasta un millón de años de antigüedad y que superan los 10 metros de longitud y el metro de ancho. Por sus condiciones inhóspitas, el lugar está cerrado al público.
Como la nación más extensa de Sudamérica, Brasil también posee algunos rincones de ensueño dentro de su territorio y la vastedad del estado de Mato Grosso del Sur es una zona propicia para albergar a uno de ellos. Con una profundidad de 70 metros y deslumbrantes estalactitas formadas por la acción del agua a través de los años, la Gruta del Lago Azul produce un efecto mágico cuando los rayos del sol penetran dentro de la misma y tiñen sus paredes de azul.
En otro de los denominados «fines del mundo», la Patagonia chilena, se halla la última de las reliquias naturales escondidas que abarca este recorrido. Son las denominadas «Cuevas de Mármol», declaradas santuarios y ubicadas en la costa del Lago General Carrera. El oleaje del lago ha erosionado y pulido la piedra caliza, formando estructuras de mármol que adquirieron diferentes colores según su contenido de impurezas. Algunas de sus sinuosas rocas están sumergidas a más de 10 metros de profundidad, y el kayak es uno de los vehículos utilizados para explorar el deslumbrante lugar.
Fuente: Infobae
