«A los venezolanos le cae la noche de la dictadura», comentó el abogado boliviano Javier El-Hage, director jurídico de Human Rights Foundation, en las escaleras de la Alcaldía de Nueva York al mediodía del martes.
Tras nueve días de inactividad, la protesta de la comunidad venezolana en Nueva York escaló ayer a un nuevo nivel, al trasladarse a las puertas del ayuntamiento de la ciudad, buscando «apoyo y solidaridad» de los políticos locales, encabezados por el recién nombrado Bill de Blasio, el primer alcalde demócrata en los últimos veinte años.
Pero no fue así. El alcalde fue visto por algunos de los primeros manifestantes a un costado del City Hall Park. «Bienvenidos», se le escuchó decir, mientras apuraba el paso rumbo a su oficina. Poco más de un hora después, nuevamente pasó a un lado, saliendo del edificio rodeado de guardaespaldas, sin decir nada, aunque claramente volteó a mirar la protesta y las banderas venezolanas.
Si bien la agenda de un ayuntamiento es mayormente local, el grupo, convocado por el Centro Cívico Venezolano (CCV) y SOS Venezuela NY, esperaba que De Blasio se manifestara ante la reciente detención y destitución de los alcaldes Enzo Scarano y Daniel Ceballos en Venezuela y la inhabilitación de la diputada María Corina Machado por visitar la sede de la OEA en Washington.
Además, durante su campaña electoral De Blasio fue muy crítico de los abusos policiales y el uso desmedido de la fuerza, algo que en Venezuela está siendo denunciado con muchos registros de video y fotos. Sin embargo, el alcalde no ha fijado posición al respecto, como sí lo han hecho muchos otros políticos estadounidenses, tanto demócratas como republicanos.
Aún sin que De Blasio se haya manifestado, «el objetivo de llamar a atención se cumplió», comentó Andrés Prince, presidente del CCV, al tiempo que agradeció el apoyo logístico dado por Daniel Droom, concejal de Queens por el partido demócrata. Como siguiente paso tienen previsto dirigir una carta explicando la situación en Venezuela a todos los concejales de la ciudad y al propio De Blasio.
El cargo de alcalde de Nueva York es considerado el segundo puesto de elección popular más importante de EEUU, sólo superado por la presidencia del país. Durante la campaña electoral del año pasado, los críticos acusaron a De Blasio de simpatizar con los sandinistas de Nicaragua y de pasar su luna de miel en Cuba, y le recordaron que siendo concejal en 2002 le había dado «la bienvenida» a Nueva York al cuestionado dictador de Zimbabwe, Robert Mugabe, lo que luego él mismo admitió había sido un «error» por el que se sentía «avergonzado».
Durante la jornada del martes, varios de los presentes hablaron para explicar su presencia en la protesta, venezolanos y de otras nacionaliades, como el chino James S. Li y el peruano dominicano Yonel Letellier Sosa, de la Asociación de Líderes Latinoamericanos, con sede en Queens.
«Los acontecimientos en las últimas semanas han creado una situación de proporciones catastróficas (..) que afectará a todos los venezolanos en todos los niveles», destacó Letellier, al leer una carta pública dirigida a Nicolás Maduro.
Agencias