“Los hombres siempre quieren sexo, así que no hay que esforzarse en iniciarlo”, dicen muchas mujeres. “Ellas nunca quieren sexo, así que hay que insistirles”, opinan muchos hombres. Si bien es cierto que la frecuencia sexual varía como cualquier otro aspecto de las relaciones de pareja, no hay por qué permitir que el sexo caiga en los esquemas (reales o imaginarios) de quién debe iniciar el sexo.

Por ejemplo, el hecho de que uno de los dos pase un periodo de inapetencia relacionado con el estrés, alguna enfermedad o preocupación no significa que no le gusta el sexo. Encender y mantener la llama de la pasión es una labor de ambos, así como ambos disfrutan del sexo. Tomar la iniciativa cuando de hacer el amor se trata no debe estar condicionado al género. Pensar que es labor de ellos no sólo limita la plenitud sexual de las mujeres sino que puede volverse aburrido.

Cómo

Si eres de las que está acostumbrada a responder a la iniciativa sexual de su pareja, pero quieres hacer algo al respecto puede que te preocupe cómo iniciarlo. En el momento en que sientas deseos de tener sexo con tu pareja no los reprimas, ni esperes a que él te busque para tratar de suplirlos. Un mensaje de texto sugestivo, una llamada en la que expreses lo guapo que te parece él, lo bien que la pasaron la última noche que estuvieron juntos o incluso un beso apasionado puede poner la bola a rodar.

Cuándo

No hay momento específico para expresarle a tu pareja tu deseo sexual. Aún si están en medio de una comida familiar, puedes susurrarle al oído que no puedes esperar a llegar a casa para que estén los dos solos en su cama. El sexo y sus impulsos se presentan cuando quieren y es sano que los aproveches.

La cantidad de sexo que satisface a cada individuo es tan variada como el número de personas que existen. Mientras que algunas se contentan con tener sexo una vez a la semana, hay otras que desearían poder tener sexo todo el día. ¿Cómo saber entonces cuál es la cantidad idónea de sexo semanal que debe tener una pareja?

Esta respuesta puede ser un poco compleja, ya que de nuevo, se trata de las preferencias sexuales de cada individuo. Cuando de hacer el amor se trata, lo fundamental debe ser el disfrute del acto, la compenetración con la pareja, el flujo de adrenalina y sus consecuentes efectos positivos. Si comienzas a determinar exactamente el número de veces que tú y tu pareja deben tener sexo, estarás quitándole la mitad de la diversión. Sin embargo, si tu pareja o tú se están sitiendo insatisfechas sexualmente, es una situación que deben mediar y resolver de la mejor manera.

Ayer en comparación con hoy: Es normal que con el pasar del tiempo, la llegada de los hijos y el manejo del diario vivir, las parejas disminuyan la constancia con la que tienen sexo. Sin embargo, si han pasado de tener sexo dos veces al día a una vez al mes, estamos hablando de una disminución drástica en la cual deberán trabajar. Recuerda que sin el elemento erótico o pasional, tu relación de pareja se reducirá a ser únicamente una amistad o un trato entre conocidos.

Su libido y la tuya: Tal y como tú y tu pareja son personas distintas, así mismo puede ser su nivel de deseo sexual. Si eres tú quien sientes que no estás recibiendo la cantidad de sexo que requieres, no esperes siempre a que sea él quien dé el primer paso, sedúcelo e incítalo a que la pasión entre ustedes aumente. Si por otro lado tiendes a rechazar a tu pareja cada vez que él te busca para hacer el amor, piensa por qué lo haces e intenta ser más abierta a la posibilidad de explorar con él los caminos de la pasión. El sexo no es un regalo que le estás dando a él, sino un elemento de placer que disfrutan ambos.

No se valen excusas: Tras una larga jornada laboral puede que lo menos que quieras hacer al llegar a casa sea tener una escena de sexo salvaje, y no tienes por qué. El sexo no tiene por qué ser siempre intenso, largo o agotador. Ten en cuenta que masturbar a tu pareja, compartir el sexo oral, intercambiar un masaje erótico o acariciarse y besarse mutuamente es otra forma de explorar el erotismo y alcanzar un orgasmo.

Redescúbranse: Sólo porque llevan una buena temporada juntos no significa que no puedan jugar a ser extraños. Puedes hacer como que tienes un amorío con un extraño que en realidad es él, ponerle citas clandestinas en un hotel y esperarlo allí con ropa interior sexy. Si eres tú quien está aburrida, piensa qué es lo que necesitas para avivar la pasión, tal vez necesitas de más romance, unas vacaciones sin los niños o un poco más de atención de su parte.

Qué hay en tu mente: Ten en cuenta que si tu pareja o tú están pasando por algún tipo de crisis laboral, se sienten deprimidos o frustrados con algo en sus vidas, o tienen algún otro tipo de preocupación, pueden no estar muy dispuestos a hacer el amor. Esta es una situación que se debe conversar con mucho respeto y sin presiones.

Finalmente son tú y tu pareja quienes determinan la frecuencia con la que tienen relaciones sexuales; sin embargo, no subestimes la conversación (o en su defecto un traje ceñido y una copa de buen vino) como arma de seducción.

Consoladores, vibradores, bolas chinas, los juguetes sexuales son cada vez menos un tabú entre las mujeres. Según estadísticas de la compañía de juguetes para adultos Adam & Eve publicadas en el Huffingtonpost, en Estados Unidos se invierten alrededor de $15 mil millones de dólares en juguetes sexuales al año y el 44% de las mujeres entre 18 y 60 años han usado uno. Bien sea que ya tengas un juguete sexual, o el tema te genere interés, compartimos contigo 6 de los beneficios que te dan:

-Conocerte: Experimentar con diferentes juguetes sexuales (o sólo con tu favorito) te permite conocer tu cuerpo, sus respuestas y sus puntos sensibles. No existe forma de que puedas decirle a tu pareja lo que te gusta sexualmente si tú misma no lo sabes. Conocerte es algo que te debes a ti misma.

-Lograr orgasmos: Es como cualquier rutina de ejercicios, al principio puede parecer complicada pero mientras más entrenas, mayores resultados ves. Por ende, mientras más orgasmos logres, más fácil te será alcanzarlos cada vez, por ti misma o con tu pareja. Sobre todo si eres de las mujeres a las que les cuesta alcanzar un orgasmo, dedícate mucho tiempo a explorarte con tus juguetes y verás que se te hará cada vez más sencillo.

-Evitan que “metas la pata”: En muchas ocasiones nuestro deseo sexual le gana a nuestra razón y optamos por tener relaciones sexuales fugaces en momentos de debilidad (por ejemplo, si hemos acabado una relación recientemente). En este caso contar con un juguete sexual es maravilloso. Antes de salir a cometer un error, encárgate tú misma de complacer tus deseos sexuales en casa.

-Te mantienen activa: Si tienes una libido más alta que tu pareja, si no tienes sexo con la regularidad que quisieras o si eres soltera, un juguete sexual es la alternativa perfecta para mantenerte activa sexualmente. Incluso si estás tratando de avivar las cosas con tu pareja, comenzar por ti misma te dará mucha gasolina para tomar la iniciativa.

-Te libera de dolores: Simple, los orgasmos reducen el estrés, alivian los dolores de cabeza, mejoran el sueño y disminuyen los dolores en la parte baja de la espalda. La próxima vez que no te sientas genial, visita a tu vibrador.

-Mejora tu vida sexual de pareja: Ante la queja de algunos hombres que se sienten intimidados de que sus parejas tengan juguetes sexuales, la respuesta es la creatividad. Los juguetes sexuales mejoran el desempeño durante el sexo oral, permiten los juegos de control y pueden ser usados para aumentar las sensaciones de los cuerpos de ambos.

¿A quién no le encanta recibir un buen masaje después de un día agitado? Además de liberarnos de las tensiones, los masajes representan una excusa perfecta para fortalecer la intimidad en la pareja. Sin embargo, cuando de sexo se trata, estamos llevando este concepto a un plano muy diferente. Después de todo, ¿qué puede ser más delicioso que la combinación de relajación y sensualidad? Te enseñamos cómo dar un masaje erótico.

Prepara el ambiente:

Uno de los objetivos del masaje es relajarse, pero no es el único ni el principal. Cuando de masajes eróticos se trata, buscamos elevar la libido y reavivar el erotismo en todo el cuerpo. Lo más importante es contar con un ambiente donde haya cero distracciones: apaga los teléfonos, olvídate de la televisión e ignora la puerta.

Escoge un buen aceite, idealmente para masajes como el Kama Sutra Massage Oil, que tenga una consistencia grasa pero ligera que permita que tus manos se deslicen bien.

Para tener en cuenta:

Recuerda mantener el contacto con la piel de tu pareja todo el tiempo. Si te detienes o retiras tus manos por más de unos segundos, el cuerpo se enfriará.

-Se trata de estimular todas las zonas de su cuerpo, idealmente alternando las zonas erógenas con otras que no lo son.

-Empieza tocando sus partes menos activas: cabeza, manos, espalda, pies, etc. Hazlo sin prisa y concentrando tu energía en cubrir todo su cuerpo.

-No cedas a sus impulsos, excítalo poco a poco y verás que el resultado final será maravilloso.

-Dale tu toque particular al masaje: combina besos, mimos y caricias con el toque de tus manos.

El plato fuerte:

Una vez hayas masajeado todas las zonas de su cuerpo, es hora de dirigir tu atención a sus genitales. Esparce el aceite desde su pelvis hasta la zona del escroto y aplica mayor presión en la base de la pelvis.

Los movimientos pueden ser varios: sostén su pene con una mano mientras lo masajeas con la otra, masajea la punta en movimientos circulares, realiza movimientos rápidos hacia arriba y hacia abajo.

Haz del masaje algo que ambos disfruten, llévalo al límite de su placer antes de ceder ante su deseo y pasarán una velada que ambos recordarán.

El sexo anal, que formaba parte de los territorios prohibidos para muchas parejas, ha ido ganándose un creciente lugar en los paraísos de la popularidad. Sin embargo, no hay que suponer que solo porque muchos lo estén involucrando dentro de su rutina en la cama es fácil de asumir. Experimentar con esta opción es llevar el sexo a otro nivel, completamente.

Primero que todo como mujer tu primera experiencia con el sexo anal puede determinar si lo amas o lo odias. No hay aguas tibias al respecto. Muchas mujeres han experimentado con el sexo oral con dos resultados: placer o dolor. Si fue doloroso, es muy probable que no quieras volverlo a intentar, si fue placentero igual se debe ser cuidadoso cada vez para que la experiencia sea la misma o mejor.

Si estás dispuesta a experimentar con el sexo anal, la paciencia y la práctica serán tus mejores armas. Ensaya distintas posiciones, ten a la mano tu lubricante favorito y haz de la experiencia algo divertido y cómodo. Una vez descubras lo que amas y odias del sexo anal, estarás llevando tu placer a otro nivel.

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Se siente bien

El sexo anal puede ser una de las experiencias más placenteras que hayas tenido. Es una sensación muy distinta al sexo regular. Él no estará en tu vagina, aun así estará adentro tuyo, esta sensación foránea puede ser difícil de manejar al principio, pero aun así te causará curiosidad. El sexo anal le permite a tu pareja usar sus manos para jugar con tu clítoris, senos y otras partes de tu cuerpo. Es posible tener un orgasmo anal.

Que el sexo no es sexo si no hay penetración, es una de las percepciones erróneas que aún existen en muchas de nuestras mentes. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la sexualidad humana abarca tanto el coito como el erotismo, la intimidad y el placer, por lo que no se ve únicamente reducida a la penetración. La práctica del “petting” te permite alcanzar el orgasmo sin penetración, lo cual no es sólo posible sino satisfactorio.

El “petting” deriva del verbo en inglés “to pet” (acariciar, mimar o consentir en referencia a la mascota) nos sugiere que nos concentremos en lo que solemos llamar “juego previo”. Los besos, las caricias, la masturbación mutua y los abrazos son elementos no sólo fundamentales, sino que por sí solos pueden lograr hacernos llegar al éxtasis sexual.

El “petting” es algo que no se aprende, si no se hace, se practica y se dirige entre dos. Si llevas tiempo con tu pareja, conoces todo lo que lo excita y lo lleva a sentir un placer intenso, estás en el punto adecuado para practicar este tipo de sexo. Si recién comienzas a explorar su cuerpo y él el tuyo, el “petting” te dará una excelente oportunidad de exploración.

¿Cómo practicar el “petting”?

Una vez convencidos y dispuestos, es importante que tú y tu pareja se comuniquen respecto a lo que les gusta; muchas cosas ya las sabrán por experiencia, pero no está de más esculcarse el gusto. De ahí, la imaginación es el único límite: desde los besos, hasta los masajes sensuales, pasando por el sexo oral y la masturbación, todo lo que no sea penetración se vale.

Si lo quieren llevar más allá, pueden incluir escenas románticas, juguetes sexuales, lubricantes, disfraces y juegos de rol, todo con miras al placer mutuo.