Alcanzar el orgasmo con mayor o menor facilidad depende de la mujer. Pero hay lugares, parejas y momentos en los que la mente no nos permite concentrarnos lo bastante como para alcanzar el placer absoluto
Aunque por lo general el imaginario popular, las películas, las novelas, y las series nos hacen pensar que el orgasmo es la cosa más sencilla de lograr, la realidad es una prueba de justo todo lo contrario. Esto aumenta la frustración de muchas mujeres que son incapaces de llegar al clímax absoluto, por que además de no lograr el placer, se sienten culpables por ello. Y es que si aquello se ve tan fácil de conseguir para el resto del mundo, entonces ¿Por qué no llego al orgasmo? Hoy en nuestro blog vamos a intentar poner un poco de realismo en lo que parece algo tan sencillo. Pero que no lo es tanto.
En realidad, aunque evidentemente el orgasmo se alcanza por la estimulación física, depende más de nuestra mente de lo que pensamos. Muchas mujeres son capaces de sentir orgasmos en sueños sin siquiera rozarse. Sin embargo, pocas o ninguna han logrado un orgasmo placentero sin tener la mente en blanco, o al menos libre de pensamientos negativos y preocupaciones durante el acto sexual, la masturbación o el simple roce de sus parejas. Así que quizás cuando no alcanzas el orgasmo, no hay nada que no funcione en tu cuerpo, ni tampoco en el de tu pareja, el problema está justo dónde no buscabas: en tu cabeza.
Lógicamente, hay también problemas asociados a lo físico, enfermedades que pueden influir a la hora de alcanzar el orgasmo y un montón de variables más que podrían estar detrás del problema. Sin embargo, como todo ello requiere del análisis de un especialista, que te recomendamos si llevas sufriendo mucho tiempo este problema visites cuanto antes; de no ser el caso, quizás es hora de darse una buena terapia antiestrés y empezar de cero. Para ello, procura buscar un sitio para tu próximo encuentro en el que la magia te haga desconectar por completo. En el que nada de lo que hay en el entorno te recuerde los problemas cotidianos del día a día. En el que te sientas tú, viva, con ganas de sentirte y de sentir a tu pareja. Esto es solo el comienzo.
Además del lugar elegido, para tener un orgasmo cuando no se alcanzan por problemas que tenemos en la cabeza y a los que no paramos de darles vueltas, el tiempo también juega en nuestra contra. Relájate. Deja que los preliminares sean los que marquen el ritmo. No importa si necesitas más. No importa si acompañas la velada de una buena conversación. De unas frutas para amenizar el ambiente o de una buena copa de champagne. Lo que importa es que te olvides del mundo. Y te concentres solo en ti.
Fuente: Centromujer.es