Antonio Ledezma, alcalde Metropolitano de Caracas, tiene 46 años de lucha política. Ha sido opositor al Gobierno en los últimos 15 años y ha formado parte de los aciertos y desaciertos de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
También ha tenido la capacidad de reinventarse para no perder vigencia, el ejemplo de ello se concretó en 2008 cuando derrotó la hegemonía del chavismo en el despacho de Caracas. Considera que actualmente la Unidad debe escuchar a todos sus miembros y, ante el debate de las diferencias internas, asegura que es válido que las haya, porque defiende que la Mesa es una instancia diversa.
Recomienda al liderazgo opositor luchar constantemente sin perder la capacidad de escuchar a todos, ser tolerante con las ideas de los demás y desarrollar la capacidad de cuidar las experiencias sin dejar de asimilar las innovaciones.
De su experiencia personal, Ledezma le sugiere a sus colegas políticos no perder el ánimo, “porque un líder no debe nunca ver agotada su voluntad, debe estar en la capacidad de dominar la ansiedad y las euforias”, así como “no convertir las ambiciones en obsesiones, porque cuando se convierte una ambición natural en una obsesión eso es diabólico, pernicioso, dañino, y nocivo“. En la Unidad, entonces, cree que es necesario poner de manifiesto “nuestra disposición a sacrificar incluso aspiraciones personales en aras de que prospere“.
−¿Cómo ve el panorama de la Mesa de la Unidad en los próximos meses?
−La Unidad tiene planteado un gran desafío. Tengo la firme esperanza de que sabrá asumir el compromiso que tiene con el país, esto no es retórica, estas palabras obedecen a una firme convicción de que hoy más que nunca la unidad es indispensable, los problemas del país son tan grandes, las dificultades son tan inmensas que solo trabajando unidos, con una estrategia, con una organización, con una agenda de lucha que tenga contenido programático se puede salir exitoso de este gran compromiso.
−¿Cómo debe ser la nueva estructura de la MUD? ¿Qué voces se deben escuchar?
−La necesidad de una estructura obedece a que hay que darle conducción a este esfuerzo, un pueblo sin conducción corre el riesgo de malbaratar su sacrificio. Con respecto a las voces la MUD no puede sufrir de sordera, no puede dejar de escuchar todas las entonaciones, por eso cuando hablamos de una estructura que conduzca a este proceso tiene que ser flexible.
Desde el mismo 8 de diciembre dije que la Mesa tendría que abrir sus puertas a todos los sectores de la vida nacional que quieran coadyuvar en la tarea de defender la democracia venezolana, no solamente a los partidos políticos. Esa es la MUD que yo me imagino, dinámica, que le ofrezca al país una estructura donde no solo nos aboquemos al tema electoral sino también al tema de la lucha social como lo he venido señalando los últimos días.
Esto no quiere decir tampoco que la MUD ha estado de espaldas a las aspiraciones que tiene el país de superar este trauma que representa este largo Gobierno de 15 años. No nos olvidemos de que la Mesa presentó a consideración del país un documento denominado “100 soluciones para Venezuela”, no nos olvidemos de que los que aspiraban a la candidatura presidencial en el 2012 suscribieron un documento programático en el cual se asumían compromisos expresados en líneas maestras, en líneas subrayadas, sobre lo que teníamos que hacer para la recuperación de la economía, de la infraestructura del país y también para ayudar a la gente a salir de la pobreza.
−¿Cómo ve el comportamiento de la oposición en los últimos 15 años?
−Ha sido una lucha de resistencia, porque este es un Gobierno sin duda alguna autoritario, que reprime, que además es intolerante, un Gobierno al que le molesta la disidencia y por eso a los que discrepamos se nos persigue, se nos asedia, se nos amenaza y se nos agrede. Han sido 15 años de lucha, participando en las asambleas de ciudadanos, haciendo huelgas de hambre, corriendo todo tipo de riesgos de lo cual no nos arrepentimos sino, por el contrario, nos sentimos orgullosos como personas, como seres humanos de seguir cumpliendo esta tarea al lado del pueblo venezolano.
Creo que hubo una etapa en la que le faltó conducción al proceso, lo que el Gobierno llama el golpe del 11 de abril no fue sino una gran movilización que ha marcado hito en la historia del continente, porque en muchas partes del mundo se registra como un acontecimiento extraordinario, el desplazamiento de más de un millón de personas por las autopistas y calles de la ciudad de Caracas, recordemos el desenlace de la renuncia del presidente fallecido y luego un grupo que desbarató con los pies lo que esa multitud hizo con las manos, allí falló la conducción de esa lucha.
Hay quienes pensamos que algunas individualidades actuaron a espaldas del sueño de esa multitud que lo que buscaba era un cambio de timón en el país. Luego la lucha de oposición ha tenido un zigzagueo que es precisamente lo que ha querido evitar la MUD, por eso es que reitero que necesitamos una estrategia para definir en qué términos vamos a dar la lucha para no improvisar, para no ser víctimas de la ansiedad.
−¿Entonces, qué tiene que haber en la MUD?
−Que haya una organización, que haya una estructura que canalice las inquietudes de los sectores del país, los jóvenes, los estudiantes, los trabajadores, las mujeres, los profesionales, todas esas personas que exclaman en la calle ¡hasta cuándo aguantamos esto!, de la gente que no quiere resignarse a vivir en una cola o a ser expectadora de unas cadenas invasivas, como esas que viene haciendo el Gobierno en los últimos 15 años. Pero además de estrategia y organización, contenido, objetivos, saber qué es lo que queremos y hacia dónde queremos conducir al país. Los pueblos y los países que salen adelante son los que saben cuál es el destino que quieren labrar con sus luchas en el presente.
−¿Considera que ya Ramón Guillermo Aveledo cumplió su ciclo como secretario ejecutivo de la MUD?
−Es un hombre que está en plenitud de condiciones. ¿Cómo lo vamos a mandar a retiro? Además, él no ha sido otra cosa sino instrumentista, resolvemos todos los que estamos en la MUD. Aquí no podemos hacer el papel de motolitos, de tirar la piedra y esconder la mano. Todos somos responsables de lo que se ha decidido en la MUD y hay que asumir responsabilidades. Cuando uno plantea que se hagan actualizaciones de la Mesa no es para desmontarla, sino para adecuarla a esta nueva etapa.
Si se diera el caso, ¿estaría dispuesto a asumir el cargo de Aveledo dentro de la MUD?
−No. Aquí no está planteado sustituir a Ramón Guillermo, además yo soy alcalde Metropolitano, soy un soldado de la Unidad a tiempo completo, soy unitario de la cabeza a los pies.
−¿Actualmente dentro de la oposición hay algo parecido a ese pequeño grupo que hubo el 11 de abril de 2002, que motorizó el fracaso de la movilización ciudadana?
−No. Lo que siempre va a haber es gente reclamando ser escuchada y si en algo tenemos que diferenciarnos de los que están al frente del Gobierno actual es de la intolerancia. Nosotros tenemos que escuchar y hablar con la gente, tomar en cuenta las opiniones de la gente.
La Unidad es una diversidad, como lo hemos venido diciendo muchas veces, por eso aquí hay distintos puntos de vista. Cuando fuimos a Miraflores los alcaldes opositores, cada quien quería expresar su punto de vista, hubo una línea política en cuanto al planteamiento que nosotros hicimos, pero así es la Unidad: plural, diversa.
Hay gente que se angustia, y no dejan de tener razón, cuando a veces le subimos el volumen y los decibeles a la manera como expresamos nuestros puntos de vista, por eso hago un llamado a que seamos prudentes porque hay mucho en juego y la Unidad es como un frasco de cristal que si se nos escapa de las manos puede causarle un gran daño al país.
−¿Qué contenido observa en el discurso chavista, que les permite mantener seguidores 15 años después?
−Es un discurso engañoso, pero que se apoya mucho en la difusión mediática. Este es un Gobierno que tiene una capacidad inventiva para cambiarle el nombre a las misiones, a sus tácticas gubernamentales, para venderle a la gente todos los días la idea de que es hoy cuando se está comenzando el mandato, que ya tiene 15 años. Cuando ellos cuestionan al pasado hacen una manipulación propagandística para que la gente no se percate de que el pasado lo representa, por ejemplo, Nicolás Maduro.
Creo que el gran apoyo del Gobierno es la invasión mediática, es un Gobierno que se le mete obligado a la gente en su casa, que viene mediatizando los instrumentos de comunicación del país, cada vez son más los medios controlados y los periódicos enflaquecidos, tenemos unos medios impresos con menos posibilidades de difundir las cosas que están sucediendo en Venezuela o de divulgar las posiciones que nosotros queremos tener frente al país.
−En la asamblea de ciudadanos que organizó Voluntar Popular y la Movida Parlamentaria se habló de la posibilidad de activar el artículo 350 de la Constitución, que establece la desobediencia civil. Esto se parece a la época más radical de la oposición. ¿Cuáles son los riesgos de esto que plantea una parte de la oposición?
Cuando uno está en un debate libre esas proposiciones no pueden representar un riesgo, son proposiciones. Ahora, esto no es nuevo, tengo 15 años participando en asambleas y durante ese tiempo he visto pancartas con esos mensajes: la marcha sin retorno, el 350, el 333, la renuncia, el referendo consultivo, el revocatorio, el referendo constitucional.
Cada quien tiene su manera de matar los piojos, cada quien marca sus pasos. La Unidad es un grupo que baila al compás de una partitura, pero en ella cada quien tiene su manera particular de bailar: hay unos que bailan pegado, unos que bailan más sueltos, unos que dan dos vueltas y unos que son más expresivos, eso es natural en un movimiento plural como el nuestro.
Por eso es importante la estrategia y que no haya juegos adelantados, que no nos descalifiquemos unos a otros por el hecho de que alguien tenga un punto de vista que defender, respetemos ese punto de vista pero construyamos entre todos una visión unitaria.
−Hay quienes piensan que estos encuentros de diálogo con el Gobierno son para quitarse culpas. ¿Cómo va eso? ¿Ha servido para algo realmente?
−Cada quien tiene su manera de interpretar esos encuentros, para mí no es más que un diálogo administrativo porque en cualquier parte del mundo sería normal que un Gobierno nacional hable con los alcaldes y gobernadores.
Eso es moneda corriente en cualquier parte del mundo donde las instituciones funcionen adecuadamente, pero como aquí tenemos una crisis institucional, eso es una noticia bomba, pero repito, ese no es el diálogo político que necesita el país para establecer una convivencia, para que avancemos a la verdadera estabilidad política, para la solución de la crisis institucional que hemos venido denunciando.
¿Cómo se niega Capriles, por ejemplo, a ir a una reunión con los alcaldes de Miranda para hablar del tema de la seguridad? No puede negarse, por el contrario, fue uno de los primeros que planteó que había que luchar juntos para acabar con el problema de la violencia.
Fuente: Tal Cual