El racionamiento de divisas que promete el Ejecutivo a través del nuevo sistema cambiario, sumado a un posible estancamiento del gasto público y a un escenario inflacionario, podría alejar desde ya la meta de crecimiento económico que estableció el Gobierno para 2014.
Mientras que en el presupuesto nacional se dispuso que el Producto Interno Bruto (PIB) se incrementaría este año 4%, los pronósticos de organismos multilaterales para Venezuela no son alentadores; y firmas consultoras nacionales, incluso, se atreven a vaticinar una caída de la economía nacional.
Tanto la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Academia Nacional de Ciencias Económicas estiman que el país solo crecerá 1%, un incremento que para algunos expertos es poco significativo en una economía como la venezolana, pero además se queda corto ante el posible comportamiento que tendrá Latinoamérica en general, previsto en 3,2%.
“Si no se toman medidas económicas en la dirección correcta el crecimiento se verá afectado”, advirtió Luis Zambrano Sequin, vicepresidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas.
“Los desequilibrios actuales de la economía en materia fiscal, monetaria y cambiaria impiden que la economía pueda crecer de forma sostenida. Este año, en el mejor de los casos, progresará 1%, muy por debajo de la tasa de crecimiento poblacional; será la economía de la región que crezca menos”, agregó.
En efecto, el desarrollo que pronosticó la Cepal para Venezuela se sustentaba en que el Ejecutivo decretara una devaluación al comenzar este año, pero esta medida no se tomó y el Gobierno decidió mantener la misma tasa de cambio.
“Para 2014 se proyecta un crecimiento de 1%, como resultado de un leve repunte de la actividad económica de los sectores dependientes de insumos importados, después de un posible ajuste cambiario a principios del año”, indicó el organismo regional en su informe sobre Venezuela.
Y, de hecho, en esa perspectiva coinciden bancos de inversión internacionales como Barclays Capital , o consultoras de la región como Latin Focus, los cuales proyectan para el país un estancamiento en su economía: estiman que el crecimiento no pasará de 0,5%.
Incluso, firmas nacionales como Econométrica se atreven a prever una caída de 2,6%, mientras que otras como Ecoanalítica, también pronostican un panorama negativo al respecto, aunque de menos magnitud.
“Proyectamos una caída de 1%, pues observamos que a pesar de que el Gobierno pueda ir aplicando una devaluación, a través de traspasos al Sicad , se van a mantener las restricciones de divisas a sectores que son claves en la generación de crecimiento económico”, indicó Asdrúbal Oliveros, economista y director de la firma consultora Ecoanalítica.
El experto señala que también afectará la restricción de divisas, pues a los a sectores claves para el crecimiento como la manufactura, sobre todo en el área de alimentos o automotriz, tendrán más disminuidos el acceso a los dólares, mientras que al sector público, cuyo comportamiento en la producción ha sido lento, será el que obtenga mayores cantidades de moneda extranjera.
Inflación indetenible
La meta del crecimiento económico no es la única que se aleja, sino también la de la inflación . El Gobierno determinó en el presupuesto para este año que el rápido incremento de los precios de bienes y servicios descendería a por lo menos 28%; sin embargo, por ahora, las proyecciones de los multilaterales, de entidades financieras extranjeras como JPMorgan, o de firmas nacionales no bajan de 50% al pronosticar la inflación para este año.
Y en este escenario también influye el hecho de que Venezuela no pueda acudir al financiamiento externo por el alto rendimiento que debe pagar, explica el experto en capitales Alfredo Bozo, director de la firma Solfin Valores. El especialista explica que mientras el país tenga que endeudarse a costos tan altos en los mercados internacionales, el Ejecutivo seguirá financiándose internamente, sobre todo ante el Banco Central de Venezuela, estimulando así la demanda de bienes y divisas y presionando aún más la inflación .
La percepción que hay en los mercados internacionales es que los desequilibrios económicos están deteriorando la capacidad de pago del país, debido al debilitamiento de las reservas internacionales. Y esto se refleja en la caída en los precios de los bonos de deuda venezolana, señala Bozo.
“Esto afecta más de lo que se cree la dinámica de la economía nacional. Al bajar los títulos y subir el rendimiento le sale más caro a Venezuela buscar financiamiento en dólares en estos mercados”, explicó Bozo.
Fuente: Emen