No existe una manera segura de prevenir el cáncer de seno, pero existen algunas cosas que todas las mujeres pueden hacer que podrían reducir el riesgo, o en caso de que el cáncer suceda, podrían favorecer las probabilidades de detectar la enfermedad en sus etapas iniciales cuando es más tratable.
El peso corporal, la actividad física y la alimentación tienen una relación con el cáncer de seno, por lo que existen partes en las que usted podría influir tomando acción.
Tanto un peso corporal aumentado como subir de peso en la edad adulta están asociados a un riesgo mayor del cáncer de seno después de la menopausia. El consumo de bebidas con alcohol también incrementa el riesgo de desarrollar cáncer de seno. Incluso el consumo a niveles bajos se ha asociado con un incremento en el riesgo.
Muchos estudios han mostrado que la actividad física de moderada a vigorosa se ha asociado a un riesgo menor de desarrollar cáncer de seno.
Una dieta que sea rica en verduras, frutas, aves, pescado y productos lácteos que sean bajos en grasa también se ha asociado a una reducción del riesgo para el cáncer de seno en algunos estudios. Pero aún no hay certeza sobre cuáles verduras, frutas u otros alimentos en particular pueden reducir este riesgo. La mayoría de los estudios no ha encontrado que la disminución en el consumo de grasa imponga un efecto considerable en el riesgo de desarrollar cáncer de seno.
Por ahora, la mejor recomendación sobre dieta y actividad física para posiblemente reducir el riesgo de cáncer de seno consiste en:
Realizar una actividad física intencional de forma consistente.
Reducir la cantidad del peso que aumente durante toda su vida, limitando sus calorías y ejercitándose habitualmente.
Limitar o eliminar el consumo de bebidas que contengan alcohol.
Para más información, lea nuestro documento Guías de la Sociedad Americana Contra El Cáncer sobre nutrición y actividad física para la prevención del cáncer.
Las mujeres que optan por amamantar a sus bebés al menos varios meses también pueden obtener un beneficio adicional al reducir el riesgo de cáncer de seno.
Además, se evita aumentar el riesgo si no se usa terapia hormonal después de la menopausia.
Actualmente no está claro si los químicos en el ambiente que tienen propiedades parecidas al estrógeno (tal como aquellos encontrados en algunas botellas de plásticos o ciertos cosméticos y productos del cuidado personal) aumentan o no el riesgo de cáncer de seno. Si existe un riesgo aumentado, probablemente es muy pequeño. Aun así, las mujeres que estén preocupadas por este riesgo pueden optar por evitar los productos que contienen estas sustancias cuando sea posible.
Detección temprana del cáncer de seno
Además de los cambios en el estilo de vida, la acción más importante que una mujer puede tomar es seguir las guías de detección temprana de la Sociedad Americana Contra El Cáncer (explicadas en la sección “¿Se puede detectar el cáncer de seno en sus primeras etapas?”. La detección temprana no previene el cáncer de seno, pero puede ayudar a detectar el cáncer cuando hay mayores probabilidades de que el tratamiento sea exitoso.
Para mujeres que tienen o pueden tener un riesgo aumentado
Si usted es una mujer con riesgo aumentado para el cáncer de seno (por ejemplo, debido a antecedentes familiares significativos, una mutación genética conocida del gen BRCA, o si ha tenido carcinoma ductal in situ, carcinoma lobulillar in situ, o biopsias que han mostrado cambios precancerosos) es posible que haya algunas medidas que pueda tomar para reducir sus probabilidades de cáncer de seno. Antes de decidir cuáles de éstas, si acaso alguna, pueden ser apropiadas para usted, hable con su médico para entender su riesgo y en cuánto podría reducirlo con cualquiera de estos métodos.
Pruebas genéticas para las mutaciones genéticas BRCA
Muchas mujeres pueden tener familiares con cáncer de seno, pero en la mayoría de los casos, esto no se debe a las mutaciones genéticas BRCA. Las pruebas genéticas para estas mutaciones pueden ser costosas y los resultados a menudo no son claros. Estas pruebas pueden tener una amplia gama de consecuencias que necesitan ser consideradas. Se deben hacer solamente cuando existe una sospecha razonable de que una mutación puede estar presente.
Diferentes grupos conformados por expertos ofrecen recomendaciones distintas sobre quién debe ser considerado para someterse a las pruebas genéticas.
Por ejemplo, la U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF) cuenta con guías dirigidas a mujeres sin un historial de cáncer. La USPSTF recomienda que las mujeres con un riesgo aumentado de tener una mutación genética BRCA en función de un historial familiar de cáncer de seno, ovario, trompa de Falopio y/o cáncer peritoneal primario deban ser referidas a un profesional en genética para determinar sobre las pruebas. El profesional en genética puede evaluar el riesgo aún más, hablar sobre las ventajas y desventajas de las pruebas si la mujer presenta un riesgo elevado (esto se conoce como asesoría genética), y coordinar las pruebas en caso de que la paciente desee proceder. Es importante saber que las mutaciones genéticas BRCA no son comunes, y que solo una fracción pequeña de las mujeres con un historial familiar de cáncer de seno deberá ser referida para asesoría y pruebas genéticas.
Otros grupos médicos ofrecen guías que incluyen a mujeres con cáncer. Por ejemplo, las guías de la National Comprehensive Cancer Network recomienda referir a las mujeres de 60 años o menos que tienen el cáncer de seno triple negativo para la asesoría y pruebas genéticas.
Si está considerando someterse a pruebas genéticas, se recomienda enfáticamente que hable primero con un consejero genético, una enfermera o un médico calificado para que interprete y le explique los resultados de estas pruebas. Es muy importante que entienda lo que las pruebas genéticas pueden y no pueden indicar, y considerar cuidadosamente las ventajas y los riesgos de las pruebas genéticas antes de someterse a ellas. Las pruebas son costosas y puede que no sean cubiertas por algunos planes de seguro médico.
La mayoría de los grandes centros de atención contra el cáncer emplea a un asesor en genética quien evaluará su riesgo de portar un gen BRCA mutado, explicará los riesgos y beneficios de las pruebas, y contactará a su compañía de seguro para saber si la prueba está cubierta por su plan médico.
Fuente:cancer.org