Luego de seis años esperando justicia, el padre de la estrella de fútbol de la NFL Sean Taylor, finalmente le habló directamente al joven asesino que irrumpió en el hogar de su hijo en Palmetto Bay en busca de dinero.
“Un joven que quiso tomar atajos tomó esos atajos – y le quitó la vida a un hombre”, sido Pedro Taylor, viendo severamente a Eric Rivera Jr., quien permanecía sentado a algunos pies de distancia en la mesa de la defensa en la sala de la corte de Miami-Dade.
Al patriarca Taylor, jefe de la policía de Florida City, no le faltaron palabras para describir la cruda y visceral experiencia de lidiar con la muerte de su hijo.
Horas después de que su hijo muriera, recordó Pedro Taylor, él regresó al pasillo ensangrentado donde la policía asegura que Rivera le disparó en la ingle a la estrella de los Washington Redskins.
«Yo limpié hasta el último rastro de sangre de mi hijo», dijo Pedro Taylor.
Las palabras de Taylor tenían un peso emocional durante una audiencia el jueves que finalmente le trajo justicia a la familia del asesinado ex defensa de la Universidad de Miami y de la preparatoria Gulliver.
Un juez de Miami-Dade sentenció a Rivera, encontrado culpable en noviembre, a 57.5 años en prisión por el asesinato y entrada forzosa que paralizó al sur de la Florida.
Eso significa que Rivera, de 23 años, probablemente no saldría de prisión hasta poco después de su cumpleaños número 70, ya que recibiría crédito por los seis años que pasó en prisión esperando a su juicio.
La sentencia fue la culminación de seis años de procedimientos legales vigilados muy de cerca, para Rivera, el sospechoso del dispararle a la víctima, quien tenia sólo 17 años cuando en el momento del homicidio.
Los fiscales dijeron que Rivera le disparo y mató a Taylor cuando Rivera y otros cuatro compañeros – que creían que la estrella de fútbol no se encontraba en casa – entraron a la fuerza en la casa de Palmetto Bay con intenciones de robar dinero de la habitación principal en noviembre del 2007. Taylor, quien dormía junto a su novia y su joven hija, sorprendió al grupo justo cuando Rivera pateó la puerta de la recamara, dijeron las autoridades.
La que era entonces la novia de Sean Taylor, Jackie García, recordó su vida «mágica» con su gran amor desde la escuela secundaria. La hija de ambos, también llamada Jackie, tiene ahora 6 años de edad.
«Todos los días de «padre e hija» del colegio, mi hija tiene un asiento vacío a su lado… por culpa del Sr. Rivera», escribió García en una carta leída al juez en voz alta, al tiempo que la joven madre permanecía sentada al fondo de la sala, con su cara postrada sobre sus manos.
El mismo Rivera, quien en algún momento enfrentó hasta cadena perpetua, ofreció un corto testimonio de arrepentimiento.
«Voy a tener que vivir con las consecuencias y lamento sinceramente su pérdida… Lo siento», dijo él.
Rivera, quien confesó a los detectives de homicidio en una declaración grabada en video, fue inicialmente acusado de homicidio en primer grado.
Pero durante el otoño pasado, el jurado – que deliberó durante 16 horas en el transcurso de cuatro días – no pudo ponerse de acuerdo unánimemente sobre si Rivera había apretado el gatillo. En vez de eso, Rivera fue encontrado culpable de homicidio en segundo grado sin el uso de un arma de fuego, y de entrada forzosa con arma.
Durante el juicio de 11 días, el jurado escuchó que Rivera y sus cuatro amigos atravesaron Alligátor Alley con intención de apoderarse de los miles de dólares en efectivo que pensaban que Taylor guardaba en su casa de Old Cutler Road. Uno de los hombres había asistido a una fiesta de cumpleaños allí para la hermana de Taylor – y vio cuando ella abrió un regaló de $10,000 y lo guardó en su cartera nueva.
Los fiscales también hablaron de una carta que Rivera escribió en la cárcel a un primo, pidiéndole que presionara a testigos claves de cambiar sus testimonios. Los registros de teléfonos celulares le hicieron seguimiento a los teléfonos de los individuos del grupo desde West Cosa hasta el área cercana al hogar de Taylor.
Y las huellas de unos zapatos Nike encontradas en la escena – incluyendo la de la patada a la puerta de la recamara principal – coincidían con los zapatos que Rivera dijo que usó esa noche.
Sin embargo, Rivera tomó el estrado en defensa propia, e insistió que los detectives de Miami-Dade lo cohesionaron para que confesara el asesinato. El alegó que sólo acompañó a los demás en el viaje y que nunca entró en la residencia de Taylor.
«Es un criminal sofisticado y manipulativo. No hay ninguna buena razón para creer que va a cambiar», dijo el fiscal de Miami-Dade Reid Rubin al juez el jueves.
La sentencia de Rivera no fue de ningún modo suave y el juez al determinar la sentencia en prisión.
En junio del 2012, la Corte Suprema de Justicia de los EE.UU. prohibió las sentencias automáticas a cadena perpetua sin la posibilidad de libertad condicional para menores de edad culpables de homicidio. El dictamen no prohíbe que se sentencie a cadena perpetua sin libertad condicional en esos casos, pero los jueces deben tomar en consideración la edad del defendido.
Hace mucho tiempo, la Florida en efecto abolió el sistema de libertad condicional, y a pesar de los dictámenes de la corte, los legisladores del estado se han rehusado a cambiar las leyes de sentencia para menores de edad.
Si bien la condena de Rivera de un crimen de menor grado no acarreaba una sentencia obligatoria de cadena perpetua aun antes del dictamen de la Corte Suprema, el juez Dennos Murphy le dijo a los abogados que mantendría la posibilidad en mente.
Y el jueves, los abogados y la familia de Rivera hablaron acerca de su buen comportamiento cuando creció como un joven jugador de fútbol en Ft. Myers y cómo ha madurado desde que está en prisión.
«No creo que fuese apropiado que lo sentenciaran a cadena perpetua siendo un menor de edad» dijo su abogado Chris Brown, luego de la audiencia de sentencia. «Pero esperábamos una sentencia menos severa».
Fuente:Nuevo Herald