La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América–Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) y el acuerdo energético Petrocaribe profundizan la integración porque han aceptado las particularidades de cada país miembro, sostuvo el secretario general de la organización, Bernardo Álvarez.
“Lo importante es seguir avanzado y uno de los pasos en esa dirección es la conformación de una zona económica que permita crear mecanismos de desarrollo conjunto en los sectores productivos, financieros, turísticos, sociales, culturales e incluso en la salud, capacitación y formación”, planteó.
Venezuela ha permanecido de espaldas al Caribe y la creación de ALBA-TCP y el acuerdo energético Petrocaribe han dado el vuelo a la política exterior venezolana respecto a esa región vecina.
“Nuestro país ha jugado un papel primordial hacia la consolidación de un eje de desarrollo económico y social en la región”, recalcó.
Petróleos de Venezuela (Pdvsa) suministra 103 mil barriles de hidrocarburos por día a la región mediante la alianza energética de Petrocaribe que va más allá de suplir con crudo sino que se está configurando como “una gran alianza de unión entre los pueblos”.
Impacto social
El secretario general del ALBA-TCP miró en perspectiva la II cumbre de este bloque regional que se realizó en Caracas entre el 16 y el martes 17 de diciembre.
“Es un paso más hacia la consolidación de la alianza.
El proyecto de erradicación de la pobreza que ahí se planteó es muestras de esta nueva visión de la integración, pero no solo eso, debo resaltar la decisión de ir al encuentro con el Mercosur, aprovechando que Venezuela tiene la presidencia pro témpore de ese boque regional”, argumentó.
“La meta es avanzar en nuevos proyectos que fortalezcan la zona ALBA-Petrocaribe e ir al encuentro con otros bloques como el Mercosur. Se ha logrado una alianza energética de significación para la región. Este convenio de cooperación ayudó a reducir el impacto de la crisis mundial. Venezuela les ofrece suministro seguro y además ha creado una capacidad de almacenamiento de hidrocarburos”, comentó.
En la cumbre de Caracas se trató también la importancia de la interconectividad, mediante la conexión aérea que permita un transporte más fluido, temas de los que seguramente se evaluarán sus avances en la próxima cumbre que se celebrará en La Habana, en enero, a propósito de la reunión de los países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Una zona económica con esas características constituye un paso que ofrece unas perspectivas de un gran potencial. “Se trata de buscar un espacio económico que a la vez tenga una reafirmación de lo social. El ALBA surge como una reacción a las políticas neoliberales y ha tenido una repercusión en el ámbito mundial”, agregó.
América Latina ha realizado un esfuerzo por bajar los índices de pobreza y hambre, pero todavía existen 10 millones de personas que están subalimentadas.
“Un caso dramático es Haití y se agudizó después del devastador terremoto. El promedio en la región es 7%, pero en el país de Alexandre Pétion llega a 20% el índice la personas subalimentadas”, se lamentó.
Lo social es un eje clave de la integración de ALBA y se está avanzando en un modelo económico que sea la expresión de esa visión solidaria. “Petrocaribe reafirma esa dirección que se van consolidando con el paso de tiempo, pero en ningún momento esto significa que Venezuela esté regalando su petróleo”, aclaró.
Nueva estructura
Otra expresión de esta nueva visión de integración es el Sistema de Compensación Regional (sucre) y el Banco del ALBA, una institución financiera que está funcionando, fundamentalmente apoyando los proyectos de los países miembros. “Algunas iniciativas que han presentado las empresas mixtas que se formaron dentro de Petrocaribe están siendo respaldadas con recursos de esa entidad”, recordó.
El secretario ejecutivo del ALBA dijo que entre los pasos que se van dando en la configuración de una zona económica están los proyectos estructurantes para la región, como el turismo y la agricultura.
El también presidente de PDV Caribe sostuvo que el acercamiento entre ALBA y Petrocaribe surge de una manera natural, porque existen elementos afines y buscan una “integración humana, complementaria a favor de los pueblos y no sea capitalista”.
“Las trasnacionales y los bancos integraron al mundo, pero esa no es la unión que queremos, lo que se persigue es una que respete la soberanía de los pueblos y que permite el desarrollo de las capacidades productivas. Para lograr este desafío es necesario un espectro amplio que se puede concretar con ALBA-Petrocaribe-Mercosur-Caricom”, planteó.
En la II Cumbre ALBA-Petrocaribe se decidió establecer grupo permanente de países que van a identificar todas las áreas concretas de trabajo, el cual va a ser coordinado por el presidente del Ecuador, Rafael Correa.
“Este es un gran desafío porque este esquema de integración supone cambiar las prioridades que no se consideran en otros bloques regionales que existen en el mundo”, aseveró Álvarez.
Sostenible en el largo plazo
Álvarez aseguró que este nuevo esquema de integración es sostenible en el tiempo, porque “hay más gobiernos progresistas en la región y se han ido fortaleciendo”.
“Prevalece un interés de ir acercándose. La II Cumbre fue la expresión de ese acercamiento y un reconocimiento al comandante Hugo Chávez; por eso se hizo en el Cuartel de La Montaña”, arguyó.
Venezuela ha sido muy respetuosa con la realidad histórica de los países del Caribe, fundamentalmente los que son miembros de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth); por eso Álvarez considera que esta alianza debe estar bien vista por Reino Unido.
“La ALBA es un mecanismo de diálogo y de encuentro de los pueblos hacia la unión, política y económica, pero sin dejar de tener esa frescura y capacidad para reaccionar contra las estructuras burocráticas reaccionarias. Creo que debe mantener esa dosis de rebeldía que la ha caracterizado”, dijo.
Comentó que la alianza “ha tenido éxito porque ha sido rebelde. Lo que buscamos es que en su acta constitutiva que se presentó a los miembros, se ha planteado ese aspecto”.
Tratado constitutivo
Otro de los aspectos que le pareció importante de la II Cumbre es que se consensuó el texto preliminar para el tratado constitutivo del ALBA. “Presentamos el borrador del bloque; formalizar la organización es fundamental para desarrollar los mandatos fijados en las distintas cumbres realizadas por el organismo regional. Faltan algunos ajustes pera estamos avanzando en el tema”, apuntó.
El acta constitutiva se elaboró para cumplir con el trámite legal que revista de constitucionalidad la alianza y que permita desarrollar la capacidad de ejecutar los mandatos establecidos en Consejo presidencial como en el ministerial, adujo.
Álvarez recordó que el documento es producto de la iniciativa conjunta entre los coordinadores nacionales de los Gobiernos integrantes del organismo, quienes trabajaron a lo largo de tres meses para reunir la realidad política de la región.
Su articulado respeta las directrices de sus fundadores; por eso se estimula la creación de mecanismos que aprovechen las ventajas cooperativas de los países miembros y donde corrijan sus asimetrías mediante fondos compensatorios.
“Es un texto necesario para fortalecer la alianza, tal como lo había solicitado los jefes de Estado. Constituye una prioridad y lo interesante es que se fundamenta en una realidad ya existente. Se trata de formalizar o que ya existe y darle personalidad jurídica”, manifestó.
Integración educativa
Álvarez mencionó además que en el encuentro se planteó la necesidad de crear mecanismos de cooperación para fortalecer la educación pública. “Son iniciativas que buscan contrarrestar la influencia estadounidense que perjudica a los pueblos de la región latinoamericana”.
Comentó que hay países de la región que poseen universidades privadas financiadas por Estados Unidos que carecen de una visión incluyente. “Muchos jóvenes no tienen acceso a esos institutos pro os costos elevados”, acotó.
Para contrarrestar esa realidad, Álvarez recordó que los países miembros decidieron firmar un acuerdo para la creación de una zona universitaria Petrocaribe que abarque las áreas de turismo, intercambio agrícola, transporte, comercio, entre otras.
“Son áreas que tienen un enorme potencial por sus inmensos recursos. Sus posibilidades de desarrollo se pierden de vista y esta universidad pueden contribuir en la construcción de ese gran sueño de un mundo mejor, pluripolar”, apuntó.
Zanjar diferencias
Otro de los aspectos que Álvarez no quiso pasar por alto -y que se trató en la II Cumbre Extraordinaria de la ALBA-TCP y el acuerdo energético Petrocaribe- fue el acercamiento entre República Dominicana y Haití.
Fue una oportunidad para plantear las diferencias y buscar soluciones a los problemas comunes que afectan las relaciones de ambos países, indicó, aunque no quiso adelantar criterios sobre las posibles soluciones, porque son ambas naciones las que se tienen que poner de acuerdo en un clima de entendimiento.
Los gobiernos de República Dominicana y Haití acordaron crear una comisión de alto nivel para abordar los distintos asuntos de la agenda bilateral, en la que Venezuela actúa como observador junto con Naciones Unidas, la Unión Europea y la Comunidad del Caribe.
Un bloque de más de 113 millones de habitantes
La zona de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), creada en 2004, agrupa a Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Dominica, Santa Lucía, Ecuador, San Vicente y Las Granadinas y Antigua y Barbuda.
Con motivo de la celebración de II Cumbre Extraordinaria de la ALBA-TCP y el acuerdo energético Petrocaribe, el primer ministro de San Cristóbal y Nieves, Denzil Douglas, envió una solicitud formal para ingresar, la cual está siendo evaluada por los países miembros; el secretario general de ALBA-TCP, Bernardo Álvarez, cree que existen altas probabilidades de que sea aceptada la propuesta de ese país caribeño.
La alianza energética Petrocaribe está integrada por 18 países que se han ido incorporando progresivamente: Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y Las Granadinas, Surinam y Venezuela.
ALBA-Petrocaribe incorpora a 113 millones de habitantes de Caribe oriental, Antillas mayores, Centroamérica y Suramérica. La unión de esas naciones abarca una extensión de 7 millones de kilómetros cuadrados, cuya mayor extensión está formada por agua, recalcó Álvarez.
ALBA es el mecanismo de integración regional que se complementa con la cooperación económica de Petrocaribe, gracias al aporte que ha hecho Venezuela por mantener en el mercado precios justos del petróleo, expresó el secretario general del bloque regional.
Álvarez recordó que Petrocaribe surgió de la necesidad de buscar un esquema de financiamiento hacia los países vecinos, con facilidades de pago a corto plazo, que les permitiera la diversificación de su economía y posteriormente impulsar en la región proyectos conjuntos.
La idea de apoyar económicamente a países de menores recursos surgió del comandante Hugo Chávez como parte de su visión integracionista, de desarrollo conjunto y equitativo, para favorecer así la cooperación y complementariedad entre los países que constituyen una potencia económica latinoamericana, recordó.
Petrocaribe ha sido una experiencia exitosa la cual ha permitido que importantes países del entorno no hayan quebrado, que puedan manejar el financiamiento a corto plazo y a su vez contar con suministros y participar en procesos de inversión, recordó.
“Cuando se firmó ese acuerdo energético de Caracas, Chávez dijo que no podía ser con grandes condiciones, por lo que se fundamentaría en la solidaridad, complementariedad y ayuda mutua y hoy mantenemos ese legado”, concluyó.
Fuente: Correo del Orinoco
