Los lugares públicos son una elección un tanto riesgosa, pero a la vez excitante. Una vez que se descubre el placer del sexo, las ganas por volver a vivir esta experiencia de intercambio de emociones y caricias aumenta a tal punto que las inhibiciones pueden quedar en un segundo plano, sin importar el lugar para tener un encuentro íntimo.

Para ese momento, cuando las ansias son muchas y no pueda controlar el deseo, los lugares públicos son una elección un tanto riesgosa para dar rienda suelta a su apetito sexual, pero a la vez excitante, claro si ambos están dispuestos a disfruta nuevas sensaciones.

Si eres de los que gusta vivir una sesión improvisada y ardiente llena de adrenalina, tendrás tiempo para elegir entre estos lugares que el portal De10.com presenta para un sexo fugaz:

Elevador. Esta experiencia erótica es popular en las películas y series de televisión, pero súper complicada en la vida real porque no solamente tienes que encontrar el ascensor perfecto sino que también tendrás que trabajar en tu flexibilidad, resistencia y fuerza.

Oficina. Si tienes tu propia oficina será fácil que durante la hora de la comida o después de la hora de salida, cuando ya no hay ni un alma, te encierres con esa personita a disfrutar de una sesión exprés de sexo.

Coche. Si ya no aguantan las ganas, qué mejor que aprovechar el automóvil; sólo tengan cuidado de estacionarse en un lugar poco transitado.

Hotel. Después de todo es el lugar ideal para romancear e intimar con tu pareja ya que es práctico, nadie te molesta, no tienes que hacer el aseo y tienes servicio a la habitación.

Cine. Este lugar es muy barato y siempre está disponible. Puede ser una increíble experiencia, pues es cómodo, público y probablemente nadie te vea en la oscuridad de la sala.

Boda. Se ha vuelto una práctica muy usual tener relaciones en una boda, especialmente porque se llevan a cabo en hoteles y residencias con cuartos así que, ¿por qué no aprovecharlos?

Clóset. No importa cual elijas, el punto es dejarse llevar por las emociones, sensaciones y el placer que sienten gracias a la adrenalina.

Probadores. Lo mejor de este lugar es que no hay cámaras que te puedan sorprender. Aprovecha esa oportunidad y lleva a tu galán a quitarte la ropa, el espejo hará de ese momento el más sensual.

Baño. Del cine, oficina, tienda, etc. El chiste es encontrar un sanitario solitario para dejar volar tu imaginación, pero la adrenalina se incrementa cuando empiecen a llegar personas al lugar.

Gimnasio. Vas al gym a hacer ejercicio, y el sexo ¡es ejercicio! Así que no estarías fuera de contexto. Los vestidores y baños son los mejores lugares para un sexo fugaz.

La eyaculación precoz tiene remedio casero, al menos en algunas ocasiones. Por lo tanto, si nuestro principal objetivo es durar más haciendo el amor porque tememos que vaya a haber gatillazo, quizás lo evitemos poniendo en práctica una serie de sencillos consejos.

En efecto, perder el control y tener una eyaculación rápida acaba con una relación íntima que prometía, si no toda una noche de pasión, sí un encuentro de mayor duración que no termine abruptamente. ¿Pero, cómo lograrlo?

Dejar atrás nervios y obsesiones es lo primero que debemos hacer. Está comprobado que la ansiedad es una de las causas psicológicas de la eyaculación precoz, por lo que relajarse y cambiar nuestro chip mental (entender que el sexo va más allá del coito) puede ayudarnos a conseguirlo. Por lo tanto, tener claro que la estimulación sexual es una fuente de placer y no sólo siempre ha de venir del coito hará que concibamos la erección como algo no fundamental para que el encuentro sea un éxito.

La mujer arriba

Una vez reducida esta presión mental, mediante éste sistema u cualquier otro, podemos recurrir a algunas posturas sexuales como más favorables para controlar mejor el pene, es decir, evitar la ansiedad y el exceso de excitación. Se recomienda que la mujer esté arriba para retardar la eyaculación, así como la del perrito o la posición de la cuchara.

Así, el fin de todas ellas es reducir la sensibilidad del pene y prolongar el coito, por lo que también se recomienda detenerse unos instantes cuando se vea que el placer se dispara, respirar hondo (sin exageraciones) y seguir con caricias y besos u otro tipo de excitación que no se base en la penetración.

Técnicas sencillas para durar más haciendo el amor

Otra manera de seguir haciendo el amor si el pene deja de estar erecto o se eyacula antes de tiempo es continuar, sin hacer un drama de lo ocurrido. Todo lo contrario, siguiendo con la idea de que el sexo va más allá del coito, si no hay penetración o deja de haberla, el hombre puede buscar el orgasmo de ella prescindiendo de la misma.

Por suerte, la mayoría de las las mujeres pueden alcanzar el orgasmo con caricias en el clítoris o mediante el sexo oral. En este caso, además de ser una técnica interesante tras una eyaculación precoz, igualmente se convierte en una opción para practicar antes del coito si buscamos un primer orgasmo femenino. Así, pase luego lo que pase, el encuentro siempre habrá sido un éxito y reduciremos la tensión de no poder dar satisfacción a nuestra pareja.

¿Sentados, mujer arriba, hombre arriba, de pie, penetración por detrás, la típica postura del Misionero? Si algo está claro en esto de elegir la mejor postura para hacer el amor es la subjetividad de la cuestión. En efecto, para gustos los colores, y para posiciones mejores, las preferencias de cada pareja.

Aun así, siempre hay algunas posturas que pueden catalogarse de especialmente placenteras, al margen de que luego resulten mejor o peor por un sinfín de motivos. Por lo tanto, si de satisfacción se trata, sugerimos una serie de posiciones que permiten controlar la profundidad y la intensidad sin descuidar las caricias.

Además de preferirse una u otra, el simple hecho de cambiar de postura también resulta excitante, por lo que variar y practicar distintas posibilidades es un modo de facilitar el orgasmo a hombres y mujeres, indistintamente. El simple hecho de aventurarse, de ir probando, nos acerca a tener una vida sexual más satisfactoria.

Sencillez y control

No es necesario hacer equilibrismos, ni mucho menos, para sentir un placer máximo entre las sábanas. Hacer el amor tumbados en posición horizontal, con el hombre encima de la mujer (postura del Misionero) o ambos ladeados, posibilita controlar el ritmo, que será más fuerte si elevando ella las piernas y apoyándolas en él.

Se trata de una postura perfecta para controlar movimientos, en la que el cara a cara permite una compenetración emocional gracias a las miradas, las caricias, los susurros y los besos.

Otra opción es que la mujer se ponga boca abajo, con el hombre encima, igual que en el Misionero, lográndose mayor placer femenino al frotar más las paredes de la vagina. Si, además, se estimula el clítoris, el placer se multiplicará.

Con ambos sentados, ella encima de él, que tendrá las piernas estiradas, tenemos una postura en la que el mando lo lleva ella en cuanto a intensidad, ritmo y profundidad, si bien los dos dan y reciben caricias y besos.

Si el hombre se sitúa tras ella, los dos de costado, el placer de los amantes será casi a la carta, pues están controlando ambos. Un truco: al abrir las piernas, la penetración se intensifica, y al bajarlas y cerrarlas, pene y vagina experimentan una presión muy placentera. Tras la penetración, la mujer tiene libertad de movimientos para alcanzar el clímax antes o después.

Ellas también piensan en momentos eróticos que las harían llegar al orgasmo con mayor facilidad aunque sean difíciles de realizar. ¿Tener sexo en público? ¿Ser una dominatrix? te citamos cuáles son las fantasías sexuales que casi toda mujer quisiera cumplir, quizás tú puedas sorprenderla con alguna de estas ‘propuestas indecentes’.

Siempre dicen que entender a una mujer es difícil, pero en el sexo, con mucha práctica, puedes llegar a descubrir qué le gusta y qué no. Basados en estudios y encuestas, aquí te contamos cuáles son sus fantasías más comunes:

1. Ser la ‘dominante en la cama’

En muchos casos, ellas quieren ser las que ‘lleven las riendas’. Tratar a los hombres con insultos y darles órdenes despectivamente. Asume, un poquito de dolor podría gustarte.

2. Ser la ‘sumisa’ en la cama

Ellas también confesaron querer ser tratadas con rudeza mientras tienen sexo. Incluso, no se negarían al uso de juguetes para atarlas o esposarlas.

3. Convertirse en prostituta o ‘stripper’ por un día

Esta es la principal fantasía de las mujeres que realmente no tienen un buen sexo real y lo que imaginan es ser una experta en dar placer. Fantasean con ‘soltarse las trenzas’.

4. Tener sexo ‘como en las películas’

Mucho erotismo mezclado con romanticismo, ellas quieren vivir escenas como en las películas. Pétalos de rosa, velas y hasta crema chantilly serían propicios para satisfacer esta fantasía. Púlete, no seas flojo.

5. Ser parte de un ‘trío’

Dos hombres y ella. Un hombre, una mujer y ella. Con ambas combinaciones las mujeres se sentirían cómodas. Compartir toques y roces es lo que necesitan para excitarse mucho.

6. Hacerlo en un lugar público

Quisieran ser poseídas o poseerte en el baño de una discoteca, en el gimnasio, en la playa. El placer radica en observar y ser observada. El morbo de que podrían descubrirla las excita mucho, incluso quisieran tener sexo mientras que algún vecino las mire secretamente.

7. Tener relaciones sexuales en algún medio de transporte

Aquí la idea es hacerlo en un lugar prohibido, y tener que hacerlo rápido antes que alguien ‘se de cuenta’.

8. Tener sexo con un desconocido

Al igual que los hombres, ellas fantasean con una estrella de la televisión o con el compañero guapo del trabajo. Se queda como fantasía porque no planean hacerlo de verdad. Al menos las encuestadas.

9. Hacer con su pareja cosas que nunca han hecho

Lo crean o no, ellas tienen fantasías con su propia pareja pero en diferentes situaciones. Tener sexo con el enamorado, novio o esposo cumpliendo algunas de las anteriores fantasías, por ejemplo. Incluso pueden interpretar roles, ella la policía, tú el delincuente, etcétera.

Estas son las más comunes fantasías que pasan por la mente de tu chica. Y si tienes tus propias fantasías que quisieras cumplir, primero cuéntale una que no sea tan fuerte, observa cómo reacciona y luego recién se las vas contando, una a una, las más exigentes. Ahora que lo sabes ¿qué vas a hacer? o mejor dicho ¿cuál vas a hacer?