El índice de delitos en el Zulia este año disminuyó un 21 por ciento, según Jairo Ramírez, secretario de Seguridad y Orden Público, desde la sala de prensa del Palacio de Gobierno ayer a las 11.02 de la mañana. Las extorsiones en el estado bajaron un 97.5 por ciento a raíz del cierre de la cárcel de Sabaneta el pasado 19 de septiembre. Los homicidios tuvieron una reducción del 19.4 por ciento. La cifra sigue siendo alta, con mil 202 asesinatos, y aún no se acaba el año.

En el año 2012 la cifra de delitos generales era de 11 mil 800 y este año es de nueve mil 424. La tasa de criminalidad bajó 67 puntos, pues el año anterior, por cada 100 mil habitantes, fue de 301, y ahora, en el 2013, es de 234. La función del Plan Patria Segura en el Zulia ha dado sus frutos, aseguró Ramírez.

Unas 210 personas han quedado detenidas por el delito de homicidio en lo que va de año. La tasa de homicidios en el 2012 por cada 100 mil habitantes fue de 37 y este año es de 30. Hubo una reducción de siete puntos. Ramírez explicó que en el 2008 hubo cinco secuestros en un día. Ese año se registraron 99 plagios en total. Según Ramírez, este año van 10 secuestros, pero en los registros del diario La Verdad van 13 ciudadanos que permanecieron -y todavía Elvis Omer Chacín (46) está- en cautiverio.

En cuento al robo y hurto de vehículos, las autoridades anunciaron que hubo una reducción del 31 por ciento. El año pasado se registraron seis mil 530 y en 2013 se redujo a cuatro mil 506; es decir, unos dos mil 24 vehículos menos robados y hurtados. Desde el desalojo de la Cárcel Nacional de Maracaibo, el delito de extorsión decayó, pues bajó un 97.5 por ciento. Hasta septiembre de este año hubo 401 casos y a partir de allí solo 10 denuncias se han registrado. En el 2012, entre el Grupo Antiextorsión y Secuestro (Gaes) y la Policía científica recibieron 746 casos y este año atendieron 411.

Los robos genéricos se redujeron en un 34 por ciento, las agresiones personales, un 14, y el delito de violación, un 24. En el 2012 hubo 109 y este año se percibieron 83. Los efectivos de la Policía científica este año lograron desmantelar 733 bandas criminales. El año anterior desarticularon 298.

“Cuando tomamos el control de la seguridad nos encontramos con que bandas organizadas de delincuentes tenían el terriotrio repartido con complacencia y complicidad de funcionarios policiales. Eso nos llevó a realizar planes extraordinarios de seguridad por lo que algunos de esos grupos se desplazaron a otros municipios, pero la Policía científica y el Sebín tienen grupos especiales detrás de esos delincuentes”, aseguró Ramírez ayer.

La Cañada

Jairo Ramírez manifestó que en los municipios La Cañada de Urdaneta y Miranda se han infiltrado comisiones de la Guardia Nacional y de la Policía científica para combatir las mafias que hacen vida en esas zonas. Heberto Alfonso, jefe del CICPC, reveló que ya tienen información contundente para comenzar a desarticular esas bandas que tienen aterrada a la población cañadera.

Tanto Ramírez como Alfonso aseguraron que pronto se verán los resultados del trabajo de inteligencia que se está realizando. El secretario de Seguridad y Orden Pública destacó que para el 2014 el Plan de Patrullaje Inteligente será ampliado. Ampliarán el recurso humano y los recursos para tener a los efectivos cuidando las calles.

Cifras

9.424 es la cifra de delitos en general que maneja la Secretaría.

1.202 asesinatos se registraron en Zulia hasta ayer en la mañana.

411 casos de extorsión registra la región. En 2012 hubo 746.

733 bandas criminales han desmantelado desde enero.

4.506 vehículos han hurtado y robado hasta ayer.

Fuente: La verdad

Medio cuerpo quedó en la carretera y la otra mitad sobre la acera. El charco de sangre se extendió hasta la entrada de la casa sin número, de la avenida 97 del Barrio Obrero, parroquia Venancio Pulgar. A Kevin Jesús Velásquez, de 20 años, le dispararon ayer al menos seis veces entre la cara y el pecho, según lo describió un oficial de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) que resguardaba la escena del crimen.

Los testigos, tres residentes del sector que se negaron a dar su identidad, coincidieron en que, a las 5.30 de la tarde, dos hombres, delgados y con gorra, montados en una moto le llegaron de frente a Velásquez y el parrillero le vació el arma. El joven cayó boca arriba, balbuceaba sangre, mientras sus homicidas escapaban y los averiguadores corrían al interior de sus viviendas.

Los uniformados revisaron el cuerpo y tenía la cartera, el celular y otras pertenencias. Un joven se les acercó a los funcionarios para reconocer el cuerpo. Se cercioró de que era su primo a quien habían asesinado. Refirió que no tenía problemas con nadie y que vivía en el barrio Guaicaipuro con sus padres, que lo atacaron cuando regresaba del trabajo. Otro muchacho comentó, entre dientes, en un grupo de averiguadores que era «la tercera vez que lo intentaban matar». La primera fue por Guaicaipuro y la segunda en la Curva de Molina.

Dos tías de Velásquez levantaron la sábana floreada que una vecina coloco sobre el cadáver. No lloraron. Se sentaron en la acera con un centenar de curiosos alrededor que no se movían, a pesar de la oscuridad, para ver al muerto. Conversaron en voz baja con los inspectores de la Policía científica que elaboraron el informe del deceso. Ellas serían las únicas declarantes, porque los lugareños se negaron a colaborar por temor a que las bandas que azotan el barrio los agredan «por sapos».

«Aquí uno no se puede poner cómico. Todo se sabe y quienes dominan la zona saben quién es cada quién. Pa’ acá no entra la Policía si no es a levantar a un muerto».

Vecino. Anónimo

Fuente: La verdad

Un comerciante de 29 años de edad fue asesinado de varios disparos la tarde del pasado miércoles tras ser interceptado por antisociales que pretendían despojarlo de una camioneta que conducía por un sector del municipio Diego Ibarra del estado Carabobo.

Las autoridades identificaron a la víctima como Rodrigo Antonio Márquez Flores cuyo cadáver fue localizado en las adyacencias de la estación Mariara donde se construye parte del tramo ferrocarrilero La Encrucijada-Puerto Cabello.

Versiones policiales indican que el infortunado comerciante se desplazaba en una camioneta marca Ford, modelo Ecosport, de color blanca cuando unos delincuentes lo abordaron y obligaron a detener la marcha. Sin embargo, Márquez Flores intentó huir y sus victimarios le dispararon. Los homicidas huyeron sin lograr su objetivo.

Detectives del Eje de Homicidios de Carabobo encargados de las pesquisas correspondientes colectaron varias conchas de bala y ordenaron el traslado del cadáver a la morgue del Hospital Central de Valencia. Trabajadores del ferrocarril Ezequiel Zamora denunciaron que en la zona se producen frecuentes asaltos debido a la falta de patrullaje policial. Las autoridades identificaron a varias bandas de antisociales que operan en el sector.

Fuente: ÚN

Un hombre fue ultimado la mañana de ayer, en el sector El Seuce de la urbanización Paraíso del Tuy en Santa Lucía, municipio Paz Castillo. El infortunado quedó identificado por la policía científica local como Nelson Andrés Valentín Castro, de 36 años, quien era habitante de la zona.

De acuerdo a lo relatado por familiares a los funcionarios, la víctima se desplazaba por la zona cuando un antisocial lo abordó. A punta de pistola lo conminó hasta la quebrada llamada Río Seuce, donde le disparos y huyó corriendo. Valentín Castro falleció en el sitio. Presentó un tiro en el estomago y otro en el escapular izquierdo. Laboraba como obrero en la jurisdicción.

Pesquisas comentaron que el infortunado tenía registro policial por porte ilícito de arma de fuego, según expediente I-614.411 del 04 de octubre de 2010 ante la Subdelegación de Ocumare. Estuvo preso durante dos años, en el Centro Penitenciario de El Rodeo, por robo a mano armada.

Bajo la presunta venganza, los detectives ahondan en el caso. Notificaron a la Fiscalía. Entrevistan a familiares. Identificado. Por un tatuaje en la pierna izquierda y un lunar en la espalda, familiares reconocieron el cadáver localizado a la altura de la urbanización Jardines de Betania, en la autopista Perimetral Charallave-Ocumare, en Tomás Lander, la tarde del pasado lunes.

El fallecido se llamaba Charlis Albert Patiño Patiño, de 26 años, quien era vigilante en una empresa de seguridad en Las Mercedes de Caracas. “Albert salió a las 8 pm del sábado y no lo vimos más. Lo buscamos en hospitales y lo encontramos en la morgue. Tenía vario tiros y puñaladas; se ensañaron contra él. Vivía en Betania 1 de Ocumare. Dejó tres hijos”, comentaron los deudos.

Fuente: ÚN

Para Cricelia Maracay, la muerte de su hijo sigue siendo una pesadilla, no solo porque por casi tres años ha debido soportar su repentina partida, sino porque con impotencia observa que aún no hay culpables y que todo indica que el crimen del funcionario de la Guardia Nacional puede quedar impune.

Aseguró que seguirá luchando para que esto no ocurra. Sabe que, de lograrlo, su hijo no volverá a la vida, pero considera que su alma y la de su familia tendrán un poco de paz, un respiro.

“A mi hijo, Harold José Molina Maracay, lo exhumaron hace como año y medio. Por el Táchira estuvieron presentes representantes de la Fiscalía que lleva el caso y un funcionario de la policía científica, el resto de la comisión lo integraban médicos forenses y especialistas del estado Anzoátegui, donde reposan sus restos. Y resulta tan extraño que en ese nuevo reconocimiento no le hallaron los orificios de bala, que se supone tenía en sus piernas, de acuerdo con la autopsia que le hicieron en San Cristóbal. Es decir, siguen saliendo irregularidades en este hecho”, relató Cricelia Maracay.

Dijo contundentemente que las investigaciones sobre la muerte de su hijo, quien era sargento mayor de segunda, se estancaron y que en realidad nadie averigua nada.

“El 6 de abril de 2014 se cumplirán tres años del asesinato. Yo he acudido a todas las instancias habidas y por haber, y ninguna me ha dado respuesta. En la Asamblea Nacional, en la Comandancia General de la Guardia Nacional, en el Ministerio Público, se comprometieron a investigar, pero en realidad no lo han hecho”, dijo.

A la fecha, aún mantiene la hipótesis de que a su hijo lo “vendieron” sus propios compañeros, dos específicamente, que junto con él integraban una comisión que enviaron a la zona boscosa de Guabinas para inspeccionar algunas irregularidades que allí se estaban cometiendo.

“Yo todavía pienso que fueron sus mismos compañeros. Mi hijo era demasiado recto, demasiado estricto, y nunca se prestó a la corrupción o al soborno. Yo estuve en La Fría, luego de que apareció el cadáver, y algunos contactos allí me dijeron que él sabía cosas relacionadas con el contrabando, con las que no estaba de acuerdo. El jefe del Core-1, para ese momento, lo cambió para el Centro Penitenciario de Occidente, CPO, pero de inmediato se retractó, quedó sin efecto esa orden; le dijo que volviera otra vez a la zona norte del Táchira, adscrito al Destacamento 13. Ahí fue cuando le hicieron lo que le hicieron”.

La desconsolada madre nunca ha estado conforme con la explicación que las autoridades le dieron sobre la muerte de su hijo. “Quisieron darme otra versión, pero no me convencieron, y así se los dije. Él apenas tenía 4 meses en esa zona, pero en ese tiempo se enteró de muchas cosas. Para mí, sus dos compañeros lo entregaron, pero ellos nunca fueron investigados. Ahora los tienen trabajando en la frontera. Ellos saben lo que le pasó a Harold, pero nunca van a hablar”.

Tras cuatro días de estar desaparecido, el 10 de abril de 2012, hallaron el cadáver del militar de 38 años de edad, aparentemente abaleado. El 6 de ese mes estaba de comisión en un área boscosa de Guabinas, en el municipio García de Hevia.

Según sus compañeros, Molina Maracay, ese día se internó solo en la zona, al escuchar el sonido de una sierra y, presumiendo que se trataba de aserradores ilegales, fue a inspeccionar. No lo volvieron a ver.

Pero sí dijeron que, al cabo de unos pocos minutos, escucharon sus gritos y un supuesto disparo. Que corrieron en su auxilio, pero no lo encontraron. La búsqueda posterior, en la que participaron entre 150 y 200 hombres de distintos organismos de seguridad, solo dio frutos cuatro días después. El cadáver descompuesto del militar fue localizado en un lugar, donde se supone que ya había sido revisado. Situación que creó en su familia mucha suspicacia.

Tenía signos de torturas, también le apreciaron heridas cortantes, una en el cuello, que hizo creer que lo habían degollado. Pero más tarde se dijo que lo ultimaron a golpes. Estaba semidesnudo. Allí mismo hallaron su armamento y documentos personales. La explicación que dieron las autoridades en ese momento con respecto a la posible autoría del hecho, tenía que ver con los grupos paramilitares que operan en esa zona; luego señalaron a la guerrilla, y posteriormente culparon a los contrabandistas.

Tras haber recusado al fiscal anterior que conocía la causa, y habiendo sido asignado el fiscal primero del Ministerio Público, Jairo Escalante, Cricelia reitera que aún mantiene la esperanza en él, en que este sí logre la justicia que tanto ambicionan los deudos de Harold José.

Fuente: La Nación