Culpa, ira, decepción, tristeza, desesperanza. Eso son sólo algunos de los sentimientos que experimentan los padres cuando les gritan a sus hijos y que, por cierto, no son nada agradables. A pesar de esto, son pocos los que deciden cambiar, quizás porque no saben exactamente qué hacer y cómo hacerlo para tener éxito.
En enero de 2012, una madre de cuatro niños menores de seis años se aburrió de esa realidad y quiso tomar cartas en el asunto, proponiéndose un desafío y plasmando todos los detalles de éste en el blog “The Orange Rhino challenge”. Allí cuenta que cuando una persona que trabajaba en su casa la halló gritándoles totalmente fuera de sí a sus hijos, se sintió mortificada, por lo que les prometió que pasaría 365 días sin levantar la voz.
“Para comenzar, decidí mantener un blog público que me ayudara a mantenerme en la tarea”, relata, y explica que eligió el nombre de “Orange Rhino”, porque los rinocerontes son animales tranquilos, pero que reaccionan cuando los provocan, y porque el naranjo es un color cálido.
Posteriormente, la mujer identificó las reglas de su desafío:
1.- Su voz debía mantenerse entre los niveles 0-4, considerados amigables (0 correspondía a su nivel de voz habitual, y 4 a uno al borde del grito, suficiente como para que los niños dejaran lo que estaban haciendo).
2.- Si llegaba a gritar, debía regresar al día 0.
3.- En caso de emergencia o que los niños estuvieran en peligro, podía alzar la voz hasta un nivel 6 para captar su atención. Este tono equivale a un grito propiamente tal y algunos signos de haberlo usado son lágrimas en los ojos de los niños o portazos.
4.- Si alguna vez utilizaba un nivel 7 -el que describe como totalmente intencional, y lleno de maldad, nocividad e histeria- debía volver al día -2.
La madre también se impuso una regla general: si ponía en duda el tono utilizado, quería decir que no fue un buen tono y que, por lo tanto, era inaceptable.
Una vez claras las normas de su desafío, “Orange Rhino” -ella en ningún momento da a conocer su verdadero nombre- comenzó con su desafío, cuyo día de término era el 6 de febrero pasado. Y lo cumplió. De hecho, en grandes letras de color naranjo avisa en su blog que ya lleva más de 400 días sin levantarles la voz a sus hijos. ¿Quieres saber cómo lo logró? A continuación el camino que “Orange Rhino” recorrió para dejar de gritarles a sus niños:
Paso 1 Reconoce que necesitas cambiar; decídete y comprométete totalmente a hacerlo: la madre reconoce que modificar un mal hábito es en realidad un gran trabajo, que requiere muchísima energía y concentración. Por esto, ella decidió tomárselo en serio y hacerlo su prioridad. “Creí en él (el desafío) y en mí misma, y me prometí que haría lo fuera para tener éxito”, comenta en su blog.
Paso 2 Establece un objetivo: la mujer aconseja que éste no sea demasiado vago ni tampoco abrumador, pero sí motivacional y medible. “Escoge una meta que te ayude a gritar menos y fomentar la confianza”, alienta, y propone algunas alternativas a los 365 días: pueden ser 30 días sin gritar, 30 horas de acostarse sin levantar la voz, una semana, etc.
Paso 3 Comparte tu objetivo, para poder rendir cuentas: ”Orange Rhino” aconseja contarles a familiares y amigos sobre la propuesta, para que ésta sea “real” y no sólo una idea. “Sí, fue difícil admitir que gritaba demasiado, pero sabía que era importante tener un grupo de personas a quienes rendir cuentas y compartir mis progresos”, señala.
Paso 4 Crea una red de apoyo: elige a quienes te darán su respaldo para que puedas sobrevivir al desafío. Según la madre, deben ser cuatro tipos de personas:
1.- Aquellas a quienes puedes llamar cuando tengas ganas de renunciar y que siempre te dirán que no lo hagas, que puedes seguir adelante y que lo estás haciendo de maravilla.
2.- Aquellas a quienes puedes escribir cuando sientes que necesitas gritar y que sabes que te contestarán rápido con un “no lo hagas”.
3.- Tus propios hijos, quienes cuando se den cuenta de que estás a punto de gritar, te lo harán notar enseguida.
4.- Una comunidad de Facebook, donde puedas encontrar consejos, estímulo en los días malos y refuerzo en los días buenos.
Paso 5 Identifica qué cosas, actitudes, etc. gatillan tus gritos: la mujer sostiene que esto ayuda para que elabores un sistema de alarma mental, identifiques los problemas pequeños, adquieras conciencia de ti misma y crees un plan de medidas preventivas.
Paso 6 Comienza lentamente a practicar: como es difícil dejar de gritar de un día para otro, “Orange Rhino” recomienda seguir haciéndolo pero lejos de los niños (en el baño, en el dormitorio con la puerta cerrada, etc.). Luego señala que es posible reemplazar los gritos por sonidos, silbidos o cualquier cosa que venga a tu voz. “La clave aquí es repetir y aceptar que ‘no siempre puedo controlar las acciones de mis hijos, pero SIEMPRE puedo controlar mi reacción’”.
Paso 7 Continúa practicando: luego de sobrevivir a la primera etapa de no gritar frente a tus hijos o reemplazar los gritos por otros sonidos, podrás darte cuenta de que tienes el control sobre ti misma para no levantar la voz. Así que, debes seguir trabajando hasta encontrar tu ritmo.
Paso 8 Mantén tu meta siempre presente: haz lo que sea necesario para recordar la promesa que hiciste. En su blog, “Orange Rhino” cuenta que para lograrlo llenó su casa de adornos de color naranjo, vestía ropa del mismo tono, ponía mensajes, etc.
Paso 9 Si gritas, persevera en tu desafío: la madre reconoce que debió recomenzar su reto en varias ocasiones, lo que la hizo sentirse desalentada. Sin embargo, comenzó a recordarse a sí misma que todo era un proceso y que tomaría tiempo. “Dejé de ser tan dura conmigo misma y cuando gritaba, me perdonaba, le ofrecía disculpas a mis hijos y prometía seguir intentándolo”, relata.
Paso 10 Celebra cuando tengas éxito: la idea es que seas creativa y que cada vez que no grites, hagas algo para celebrar: levantar los puños en señal de triunfo, publicarlo en Facebook, llevar un calendario e ir tachando los días en que no has gritado, etc.
Paso 11 Deja de gritar, comienza a pensar y continúa en calma: el consejo de “Orange Rhino” es que cuando sientas que quieres gritar, cierres tu boca, aprietes tus manos y cuentes hasta 10. También que analices qué te hizo querer levantar la voz, qué puede calmarte y cómo puedes proceder. Luego, continúa en calma.
Paso 12 Recuerda que no estás sola: ”Muchos creen en ti y están allí para ayudarte”, asegura la bloguera.