1.- El momento del sexo
Los juegos previos son la antesala al gran evento, pero no significa que sean menos importantes. “Se divertirán más si lo conviertes en un juego sexual y se enfocan en la exploración y el placer. No sólo se trata de alcanzar el clímax”, dice Beverly Whipple, coautora de “El punto G y otros descubrimientos de la sexualidad humana”. La mayor queja de las mujeres es la falta de creatividad sexual y el mal uso de las manos. La clave es que, antes del sexo, él te lleve cerca al clímax usando sus manos. Esto asegurará el orgasmo durante la relación sexual. Para ello, él deberá jugar con las caricias.
2 .- Foco
La pasión es la mejor manera de liberar los deseos sexuales de una mujer: Él debe estar entregado al momento, sin distracciones. La señal más poderosa que el hombre puede mandar viene de sus labios ya que los gemidos y la respiración de nuestra pareja nos lleva al punto de ebullición. Todo lo que salga de su boca, en especial las palabras, son muy excitantes. El contacto visual también es muy importante. Está científicamente probado que las mujeres que divagan y fantasean son sexualmente más activas… y creativas. Aunque ellos se enfocan en el clímax (ya sea el nuestro o el de él), nosotras fantaseamos.
3.- Trátame suavemente
Esta palabra es el código que las mujeres damos a nuestra pareja para que esté más atento (y sensible) a nuestras señales. Mientras más poderoso sea el punto erógeno en nuestro cuerpo, más suave debe ser la caricia por su parte. El contacto clitorial, en particular, se siente brusco sin un “calentamiento” adecuado. Si nosotras inhalamos o saltamos en lugar de gemir cuando su mano está en esa zona, entonces él va por el camino equivocado.
No hay nada peor que tu pareja sea torpe y directo cuando te toca. Duele y es muy incómodo, y ellos no saben eso porque ellos quieren lo contrario. Es esencial que él estimule la zona erógena de manera indirecta. Mientras lo hace, debe prestar atención y guiarse por las señales que la mujer da. Para que sea la caricia perfecta, él debe acariciar alrededor de la zona erógena y no ir directo al clítoris como si fuera un timbre.
4.- Llegar no es la única meta
La desesperación que tienen ellos por alcanzar el clímax mata nuestro deseo sexual. Un estudio demostró que el estrés por el desempeño sexual afecta la excitación femenina. Cuando el hombre pregunta, ¿Estás cerca? O ¿Ya llegaste? Nos distraemos y sentimos una presión totalmente innecesaria. Si él está esperando que alcancemos el orgasmo a través de la penetración, quizá es mejor que él termine primero y no se aguante media hora más. Las mujeres no tenemos orgasmos cada vez que tenemos un encuentro sexual, sabemos que no es culpa de nuestra pareja y nos sigue encantando el sexo, sin orgasmo en el menú. Si tú no llegas, él puede usar sus manos o labios para darte placer.
5. La penetración no es el fin
Sólo una de cinco mujeres tiene un orgasmo a través de la penetración. Las mujeres más jóvenes quieren que sus parejas vayan más lento y usen más sus manos y labios. Si no quieres que él esté media hora debajo tuyo, dile que no vaya tan rápido porque de esa manera nunca alcanzarás el orgasmo. En lugar de acelerarse, él debe disminuir la velocidad.
6.- Suspenso
Cuando estamos cerca a la cima del placer, dile que se aleje por unos minutos, pero que siga besándote y acariciándote en distintas partes del cuerpo. Que repita esta acción varias veces, hasta llevarte al punto máximo. Este truco puede mejorar nuestro orgasmo de manera sorprendente ya que el suspenso aumenta el nivel de excitación a nivel psicológico. Recuerden: la mitad de las mujeres no llegan al orgasmo a través de la penetración.
7.- Zonas hot
Los hombres van directo al objetivo: el orgasmo. Lo que está bien. Pero no olvidemos que el punto G y el clítoris no son las únicas zonas claves. Una investigación reciente sobre la anatomía humana, dice que el clítoris, la vagina y la uretra están interconectados. Para un resultado explosivo él deberá acariciar distintos puntos y saber leer tus señales y ver los resultados. Invítalo a explorar todas las zonas especiales de tu cuerpo.
8.- Palabras lindas y lencería
Antes, durante y después, las palabras bonitas siempre son bienvenidas. Queremos que nuestra pareja exprese lo que siente, lo que le gustó y que nos haga sentir sexys. Para nosotras, nuestro cuerpo y cómo nos sentimos en él, es trascendental para el sexo. Estudios revelaron que a las mujeres les gusta recibir halagos por el trasero, ojos y pechos: en ese orden. Quizá ellos no le dan mucha importancia a la lencería, pero vestirla es “un estado mental”. Dile a tu pareja que te deje la lencería puesta y tengan una sesión de besos.
9.- No siempre listas
Solo porque estemos lubricadas no significa que estemos listas para el sexo. El momento clave viene una vez que se alcanza una fase de excitación llamada “tentación uterina”. Es esta etapa el útero deja espacio y la vagina crece hasta un centímetro y medio.
10.- El ambiente
Tener un entorno agradable con velas y sábanas suaves es muy importante, pero no es lo único. La temperatura del espacio en que se produzca el el encuentro sexual debe ser la adecuada: si la mujer esta cómoda y relajada, es más probable que alcance el orgasmo. Además, como las mujeres son más susceptibles a las distracciones externas, como ruidos, olores u otras cosas, hay que evitarlos.
Fuente: Agencias