Daniel Osorio trabaja como mensajero. Todos los meses realiza el cambio de aceite a su motocicleta Suzuki HJ 150. Pero las ganancias que obtiene para cubrir sus gastos no le han permitido invertir en accesorios para estar más protegido sobre dos ruedas.

Si un motociclista quiere viajar seguro en su vehículo, además de invertir en el mantenimiento de la unidad de transporte, debe destinar más de 8.000 bolívares para contar con una chaqueta de seguridad que le resguarde la parte superior del cuerpo y comprar un casco que le proteja completamente la cabeza.

Uno de los cascos con estas características, con precio más accesible, es el semi integral. Su valor puede variar entre 2.200 y 3.500 bolívares.

Hace dos meses Osorio se compró un casco que le costó 800 bolívares. Aunque es más seguro que el modelo conocido como Sandoval, que es utilizado por la mayoría de mototaxistas y motociclistas, este tipo de casco no le permite cubrir sus oídos y el material no le garantiza que pudiera evitar un traumatismo craneoencefálico, en caso de tener un accidente. Sin embargo, al igual que los motociclistas promedio que circulan por la ciudad, no tiene recursos para invertir en un dispositivo menos vulnerable, ni en accesorios para estar más protegido.

En las tiendas de motocicletas el modelo Sandoval es el que más se vende, pues tal y como lo argumentan los vendedores, los conductores los buscan para evadir multas. Ese modelo es similar a una gorra y su precio oscila entre 300 y 380 bolívares. Una versión parecida fue adaptada para cascos para niños, pero el accesorio es igual de inseguro.

Seguridad vs costos. En el mercado existen chaquetas que protegen hombros, codos, pectoral y espalda. No obstante, la mayoría de los conductores de dos ruedas se abstienen de utilizarlas por lo costosas que son; un abrigo con estas características cuesta aproximadamente 5.000 bolívares.

Basta con pararse en cualquier arteria vial de Caracas, o inclusive acampar debajo de un puente mientras llueve, para constatar que pocos motociclistas cuentan con todos los accesorios que les prevén seguridad.

Oscar Gutiérrez, mensajero de una empresa, considera que utilizar una chaqueta de protección lo podría exponer a la inseguridad: “Esas chaquetas pueden llegar a costar más de 10.000 bolívares. Si me pongo una, el hampa me va a llegar para robarme”.

La percepción de Gutiérrez es la misma que tienen la mayoría de los motorizados. Los más precavidos utilizan chaquetas impermeables para protegerse de la lluvia y el humo. Otros adquieren abrigos fluorescentes que tienen reflectores, pero al igual que los cascos más económicos, no les garantizan su integridad física.

Problema de salud pública

Especialistas advierten que los accidentes con motorizados representan un problema de salud pública. Giovanni Provenza, residente del área de Traumatología del Hospital Periférico de Coche, considera basado en los casos que atiende, que se deben aplicar políticas públicas de prevención para que disminuyan este tipo de accidentes.

Explicó que muchos de los casos que se atienden de pacientes lesionados, luego de tener un accidente con una motocicleta, son definidos como politraumatismos: “Uno de los más comunes son los traumatismos craneoencefálicos, que son muy graves porque son en la cabeza. También atendemos fracturas abiertas, y en esos casos no tenemos que tratar únicamente la fractura, sino también las infecciones”.

Provenza advirtió que estos accidentes traen consecuencias irreparables en los pacientes: “Por más que los doctores los atiendan bien, a la mayoría de los hospitales no llegan suficientes recursos para darles la atención que necesitan”.

Fuente EN

La Oficina de Control de Actuaciones Policiales de la Policía Nacional inició una investigación contra seis oficiales de ese organismo que fueron grabados mientras disparaban en un terreno baldío.

Fuentes de la institución indicaron que la autenticidad del video fue constatada y que los agentes fueron plenamente identificados. Se trata de seis patrulleros asignados a la parroquia La Vega.

El proceso disciplinario se inició el viernes, una vez que se tuvo conocimiento de la situación. Para ese momento el video, cuya difusión comenzó el fin de semana, no había sido divulgado a través de Youtube.

Las imágenes fueron captadas con un teléfono celular. La grabación más conocida dura 78 segundos en la que aparecen los oficiales caminando al lado de una patrulla Hylux mientras toman turnos disparando sus pistolas reglamentarias hacia una zona enmontada.

A pocos metros del lugar hay un tanque de agua. Las entrevistas realizadas a los agentes indican que ese terreno está en la parte alta de La Vega, cerca de la Carretera Negra.

“Ya están plenamente identificados y se encuentran a las órdenes del comando”, indicó una fuente del organismo, que pidió anonimato.

Otra fuente señaló que los oficiales habrían transgredido varias normas internas. Entre ellas, hubo un uso imprudente de las pistolas al cruzarse por la línea de fuego de quienes disparaban. Uno de ellos, además, sopló el cañón de su arma una vez finalizados los disparos y corrió el riesgo de una lesión.

En este momento, el proceso contra los oficiales está en la fase de descargo. Es el lapso en el que ellos podrán indicar cuáles serían las circunstancias atenuantes de la falta, según lo dispuesto en el Estatuto de la Función Policial.

Hasta ayer la Fiscalía no había fijado posición sobre el contenido de esta grabación. No obstante, la Ley para el Desarme y el Control de Armas y Municiones establece que el uso de armas orgánicas –las utilizadas por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, los cuerpos de policía, órganos, e instituciones etc. con fines distintos a la legítima defensa–, tiene una pena máxima de ocho años de prisión. Igualmente, está establecida una sanción penal por la descarga de armas en lugares habitados.

Fuente EN

Las enfermedades endémicas en Venezuela continúan afectando a gran cantidad de personas. De acuerdo con el Boletín Epidemiológico Semanal número 35, correspondiente al período entre el 25 y el 31 de agosto, los casos de malaria y dengue superaron los registros del mismo lapso del año 2012.

Al finalizar ese mes se reportaron 1.007 nuevos casos de malaria. El acumulado subió a 54.381 registros. En la misma semana de 2012 hubo 29.614 enfermos. La mayor cantidad de casos transmitidos por la picada del mosquito Anopheles se encuentran en Bolívar, donde hubo 48.418 afectados; seguido por Amazonas, donde hubo 4.657 reportes. Los registros de enfermedades que recoge el boletín del Ministerio de Salud no están completos. En Bolívar, por ejemplo, sólo 541 centros, equivalentes a 57, 49% de los 941 existentes, enviaron sus reportes a la Dirección de Epidemiología. En Amazonas, sólo 48,98% de los establecimientos hizo reportes, es decir, 72 de los 147 que hay.

El dengue infectó a 1.109 personas adicionales en una semana. El acumulado del año se ubicó en 32.670. En la misma semana del año 2012 se registraron 24.817 casos.

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