Un sexagenario asesinó a su hija de 24 años a quién le disparó en dos oportunidades con una escopeta para luego suicidarse en un hecho que se registró el fin de semana en la parroquia Chirgua del municipio Bejuma, en la zona occidental del estado Carabobo, informaron fuentes policiales. La víctima del suceso fue Dilia Mendoza, quien recibió disparos en la cabeza y el abdomen. El homicida-suicida es Yonny Mendoza.

El hecho ocurrió en el interior de la vivienda de Mendoza, en Chirgua aproximadamente a las 4 de la madrugada del domingo. Funcionarios del Cicpc informaron que el victimario se encontraba en compañía de su esposa e hija cuando surgió una discusión que culminó en el homicidio-suicidio. Trascendió que la esposa de Mendoza, al ver que el altercado se salió de control y que su esposo tomó el arma de fuego, salió de la vivienda para protegerse.

Una comisión del Cicpc se trasladó al lugar del suceso y practicó las pesquisas de rigor y efectuó el levantamiento de los cadáveres. Fueron 13, incluyendo estas dos, las muertes violentas registradas el fin de semana en Carabobo, siete de ellas en Valencia.

Fuente: EU

Versiones policiales confirmaron que Jenderson Arellano (32), Maikel Meneses (32) y Endry Jordani Gutiérrez Contreras (27) fueron los tres fallecidos hallados calcinados, dentro un vehículo Chevrolet Aveo, que fue incendiado la madrugada del domingo en la calle Santa Inés en el sector Caño Amarillo, en Caracas.

Las víctimas estaban desaparecidas desde horas del mediodía del sábado. Los hombres al parecer perdieron la conciencia en el vehículo y posteriormente fueron quemados vivos.

La autopsia reveló que las víctimas habrían fallecido por un edema cerebral producto de intoxicación por gases durante el incendio del vehículo. Además estaban maniatados.

Los forenses determinaron que ninguno de los cadáveres presentaba heridas por arma de fuego.

Los secuestradores les exigieron a los plagiados una suma que ellos mismos se encargaron de reunir. A los familiares nunca se les exigió ninguna suma. Aun se desconoce como obtuvieron el dinero.

Arellano se comunicó con su familia y les indicó que un amigo se acercaría hasta su casa para buscar su moto Suzuki DR 650, y que la llevaría hasta la estación de servicio ubicada en La Silsa, donde se la entregarían a Maikel Meneses. Jenderson Arellano nunca le comunicó a sus familiares que estaba secuestrado.

Meneses se presentó a la reunión y recibió la moto. Este fue dejado en el lugar por unos sujetos quienes manejaban un vehículo color rojo. Luego Maikel se retiró del lugar a bordo de la motocicleta con rumbo desconocido.

Maikel Armando Meneses (34) tenía 11 años trabajando como empleado administrativo en Casa Militar. Jenderson Arellano (32) laboraba en la comandancia de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en El Paraíso, como bordador de los uniformes militares. Mientras que Endry Jordani Gutiérrez Contreras (27) trabajaba como escolta en la Alcaldía de Caracas. Endry y Jenderson vivían en Brisas de Propátria y eran amigos desde la infancia. Maikel vivía en El Amparo, Catia, y tenía amistad con Arellano.

Los cuerpos de Endry Gutiérrez y Maikel Meneses fueron entregados a sus deudos en la morgue y posteriormente fueron velados en la funeraria La Fe, ubicada en Catia.

El cuerpo de Arellano permanecía hasta ayer en la medicatura de Bello Monte, ya que, su familia estaba solventando algunos trámites legales.

Asimismo el director del Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), comisario José Gregorio Sierralta, anunció que tienen identificada a la banda que actuó en el triple homicidio pero se negó a ofrecer mayores detalles, ya que afirmó que adelantar alguna pista podría entorpecer los avances de la investigación. Prometió ofrecer datos en los próximos días.

Fuente: EU

Ayer se realizó la audiencia del Ministerio Público a Carlos Brito, funcionario de la Guardia Nacional Bolivariana, adscrito a la tercera compañía del Destacamento 47 en Carora, quien fue enviado a la cárcel de Coro, estado Falcón, por presuntamente haber asesinado junto a su esposa a su propio hijo, de 8 meses de gestación.

Al parecer, Brito tenía tiempo saliendo con Emily Rodríguez, de 18 años, la joven quedó embarazada pero él no le hizo más caso para evitar problemas con su pareja, quien se enteró de lo sucedido. El viernes el funcionario, oriundo de Barquisimeto, le envió unos mensajes de texto a la joven diciéndole que la quería ver; ella accedió pero antes le comentó a una amiga acerca del encuentro.

Ese día el hombre estaba de guardia, por lo cual le informó al efectivo de inspección que iba a hacer «una vuelta”, salió del comando, tomó un taxi, fue a buscar a su esposa, después juntos y bajo amenazas de muerte, le robaron el carro al conductor, de ahí se encontraron con la víctima, quien al montarse en la parte delantera, se percató que atrás estaba la pareja del uniformado y ésta intentó asfixiarla con una bolsa y de inmediato la pasaron a la parte trasera.

En ese momento, Rodríguez envió tres mensajes que decían: Me secuestró; me llevan vía a Aregue y en el último aseguraba que la iban a matar. Durante el camino y hasta el destino final, ambas personas golpearon a la joven hasta acabar con la vida de la niña que tenía ocho meses de gestación. Brito intentó degollarla pero ella sólo se desmayó.

Posteriormente él dejó a la esposa en el hotel y se fue al comando. Minutos después los familiares de la víctima llegaron a la sede de la GNB a denunciar el hecho, pero el mismo efectivo que la había golpeado, desmintió lo sucedido. Al día siguiente el grupo de denunciantes decidió ir hacia la vía Aregue como decía el mensaje.

Un perro la consiguió

El sábado en la mañana, cuando se encontraban por el sector del hallazgo, escucharon los ladridos de un perro. Era el mismo que estuvo con Emily Rodríguez desde el día anterior. La auxiliaron y llevaron a un centro asistencial donde le agarraron 19 puntos en el cuello, aunque lamentablemente perdió a su hija.

Luego volvieron a la GNB, esta vez con una tía de la joven, esposa de un sargento y exigió ser atendida. Contaron lo que pasó, y al revisar el listado de salida, efectivamente, Brito no estaba al momento que le tocaba hacer la ronda de patrullaje motorizado, sino que informó que estaría «haciendo una vuelta”. Revisaron el celular de la joven, que no se lo quitaron, y ahí estaban los mensajes que el funcionario le envió.

También la denuncia del taxista fue clave, quien reconoció al uniformado y su mujer, como los autores del robo de su vehículo, por lo cual el mismo sábado detuvieron al hombre, y como su esposa notaba que no respondía el celular, decidió ir al comando a saber lo sucedido, donde la capturaron de inmediato.

fuente: El Impulso

María Lucena lleva cuarenta años viviendo en la calle San Juan del sector Amparo en la parroquia Cacique Mara de Maracaibo. La ama de casa que vive frente al cementerio Sagrado Corazón de Jesús, comentó que en los últimos años la inseguridad se ha incrementado tanto, al punto de no poder tener tranquilidad a la hora de salir de su casa.

“En este cementerio rondan las fechorías, esto es una cuna de delincuentes. Aquí a cualquier hora del día se puede observar como los delincuentes profanan las tumbas de los muertos. Ya nos acostumbramos a ver urnas expuestas casi que fuera del cementerio. Las autoridades deben ponerle freno a esta situación, pero por aquí ni una patrulla pasa”.

Nerio Acevedo, dirigente comunitario manifestó que además del incremento de la inseguridad existen otros problemas como la falta de recolección de basura y la ausencia de alumbrado por las calles del sector.

“Hay muchos huelepegas a toda hora del día, aquí no podemos salir después de las 5 de la tarde porque exponemos nuestra vida. Estas calles permanecen a oscuras incluyendo los espacios del cementerio, lo que permite que los delincuentes hagan lo que les parezca. Otro problema que presentamos es la falta de recolección de basura. No es posible que tengamos que pasar semanas sin que el camión de la basura recoja los desechos”.

Acompañando a la comunidad en su reclamo, Juan Pablo Guanipa concejal de Maracaibo, solicitó a las autoridades municipales y regionales hacerle frente a esta grave situación.

“Primero que todo las autoridades municipales deben entender que tienen que echarle una mano a los espacios del cementerio Corazón de Jesús, subir el bahareque para que los delincuentes no se lo salten, colocar vigilancia permanente y garantizar la seguridad a la comunidad aledaña. Así mismo señores de Corpoelec, deben garantizar la iluminación en calles y avenidas de toda la ciudad”.

Guanipa exhortó a las comunidades a trabajar en conjunto para exigir de manera organizada atención a los entes gubernamentales. “Cuando el problema es de la comunidad todos deben estar unidos, para que el gobierno entienda que hay un pueblo que quiere atención, que requieren sean solventados sus problemas”.

Fuente: CaraoteDigital