La ancla del noticiero estelar de Globovisión, Gladys Rodríguez, anunció su dimisión al canal de la Alta Florida, informó la periodista a través de su cuenta de Twitter @RodriguezGladys.
La dimisión de Rodríguez se conoce cuatro días después de la renuncia del conductor del programa «Aló, Ciudadano» Leopoldo Castillo, y de la supuesta prohibición de la entrada a la televisora del otro ancla del noticiero estelar, Román Lozinski, quien se habría negado a conducir el programa el viernes.
En los últimos meses, varios altos cargos y periodistas de Globovisión han rechazado la nueva línea editorial del canal y denuncian veto contra dirigentes de la oposición en la pantalla.
Así también lo hizo María Elena Lavaud, quien también confirmó su renuncia al canal a través de su cuenta @melavaud.
El periodista y ancla del noticiero nocturno, Román Lozinski, informó también a través de su cuenta en la red de microblogging que había presentado su renuncia al canal. Y agregó que «me voy con la serenidad de que en todo momento hice lo correcto».
Lozkinski también precisó que una de las conductoras del programa matutino «Mujeres en todo», Maria Isabel Párraga también habría puesto su renuncia ante la directiva.
Estas renuncias se suman a otros espacios han salido de Globovisión como «Radar de los Barrios» de Jesús «Chuo» Torrealba; «Tocando Fondo» de Ana Karina Villalba; «Yo Prometo» de Nitu Pérez Osuna y «Buenas Noches» de Francisco «Kico» Bautista, Carla Angola y Roland Carreño.
Con todo pesar, acabo de ratificar la renuncia que presenté a Globovisión ayer lunes. Lamentablemente no es posible un acuerdo.
— ROMAN LOZINSKI (@RLOZINSKI) August 20, 2013
Agradezco los mensajes recibidos desde el viernes hasta hoy. Necesitaba pensar con la cabeza fría y agotar todas las vías posibles.
— ROMAN LOZINSKI (@RLOZINSKI) August 20, 2013
Mi decisión del viernes respondió a un momento de profundo pesar producto de un grupo de decisiones que no quiero acompañar
— ROMAN LOZINSKI (@RLOZINSKI) August 20, 2013
Renunciaron hoy @melavaud y @laparraga Quienes nos vamos hoy no somos más dignos que quienes se quedan ni menos de los que se fueron
— ROMAN LOZINSKI (@RLOZINSKI) August 20, 2013
Quiero agradecer las muestras de solidaridad. Centenares de mensajes se han recibido en apoyo. Palabras de aliento acompañamiento y cariño
— ROMAN LOZINSKI (@RLOZINSKI) August 20, 2013
Regresando a Vzla presento formalmente mi renuncia a Globovisión. Ya la adelanté en una carta que envié al dueño Raul Gorrin.
— Gladys Rodríguez (@RodriguezGladys) August 20, 2013
Lea el comunicado de Román Lozinski
A la opinión pública.
Comienzo lamentando que quienes trabajamos en los medios de comunicación seamos noticia.
Quiero agradecer las muestras de solidaridad. Centenares de mensajes se han recibido en apoyo. Palabras de aliento, acompañamiento y cariño. Son excepción solo unos pocos que se aproximan con insultos generalmente desde el anonimato.
Los medios locales y al menos una decena de internacionales han mostrado su interés en conocer más de este lamentable, triste y bochornoso episodio que ha representado mi salida de Globovision.
Aprovecho la coyuntura para aclarar dos puntos:
– No caigamos en el error de creer que existe una vara para medir la dignidad. Quienes nos vamos hoy no somos menos dignos que los que se fueron antes, ni más que los que se quedan, por el contrario, se traga grueso en aras de mantener lo más aséptico posible cada espacio. Con esto paso a lo segundo…
– Pedir respeto por quienes aún permanecen en el canal. Cada uno desde su espacio es un pequeño muro de contención.
Mis 8 años en en el canal los divido en tres etapas. El inicio duro y exigente de las madrugadas cuando aquel programa se grababa a las 4 am para lo que me desperté cada día de lunes a viernes por año y medio a las 2:45 am. Valió la pena, me colaron en un espacio virgen y terminó siendo mi trampolín.
Luego vino el segundo espacio a las 9:30 am, sin abandonar el primero pero pasando a transmitir ambos en vivo, y de ahí mi paso a la emisión de las 9 pm junto a Gladys Rodríguez.
Con casi toda gerencia se puede tener diferencias, con la anterior las tuve, pero en ese tiempo pude hacer cosas interesantes: el programa Carrera Presidencial con los candidatos de la Unidad a las primarias, varias entrevistas a Henrique Capriles, transmisiones en directo, madrugadas de plantón informativo. Hice amigos, muchos amigos. Grandes compañeros me llevo en un saco que esta gerencia no puede parar en la puerta. No hay prohibición que pueda con la fidelidad de los amigos cuando se encuentran en valores y principios. Compraron al canal, no a su gente.
Así como en el pasado a la gente de Globovisión se le negó la entrada a la fuente oficial, este fin de semana la nueva Globovisión me negaba a mí la entrada a la que fue como mi casa. Quizás el miedo sea el mismo. El miedo del gobierno a la vieja Globovisión es el miedo de la nueva Globovisión a la verdad, a la disidencia, a pensar distinto. El miedo a enfrentarse a un periodismo serio, no a la propaganda.
El lunes pude entrar, pero la carta existió y en privado me ofrecieron sus disculpas.
Muchas alertas se encendieron con la venta del canal. Con el paso del tiempo se daban campanadas de alarma por diferentes motivos. La semana pasada hubo varias.
Luego vino lo de Chúo Torrealba. Y aquí me detengo. Soy de la opinión de que la solidaridad es primero con el televidente, con el ciudadano, con servir de megáfono a las necesidades, penurias y carencias de la gente llana. Con ella se es fiel a la solidaridad con los principios de libertad de expresión y de defensa de los espacios.
A usted podía gustarle o no Buenas Noches, Yo Prometo, Radar de los Barrios, Del Dicho al Hecho o Tocando Fondo, pero eso nada tiene un ver con acompañar la salida de cualquiera de esos programas. No se puede ser espectador de la censura.
Sostuve que había que defender los espacios y eso hice en todo momento desde que asumió la nueva directiva. Ante los más recientes acontecimientos la sensación es que no tengo qué defender. No me arrepiento, lo haría exactamente igual una vez más.
Me queda solo la incertidumbre que viene con el desempleo, pero la serenidad de saber que en todo momento hice lo correcto.
Fuente: ÚN