Las iglesias «saqueadas o incendiadas, cuando no totalmente destruidas» son 40, refirió el padre Rafic Greiche, vocero de los obispos católicos de Egipto. Entre ellas, diez son católicas y 30 ortodoxas (protestantes y greco-ortodoxas).
El imán de la mezquita de Al Azhar en El Cairo, el principal centro teológico sunnita, condenó este viernes «con fuerza» el ataque en el curso de su sermón, y apuntó también contra las «persecuciones contra los coptos».
Pero la preocupación sigue siendo altísima: «Todavía necesitamos que todos los egipcios suban la voz en defensa nuestra -dijo el obispo copto católico de Assiut, monseñor Kyrillos William Samaan-. En caso contrario, nos tocará a nosotros pagar el precio de la democratización».
Se trata de un nuevo sentimiento de alarma en la ya crítica situación de Egipto para los cristianos del país. «Es absurdo -protestó monseñor William-, los islámicos están desahogando contra nosotros su rabia, pero los cristianos no fueron los únicos en manifestarse» contra el presidente Mohamed Mursi, destituido por los militares. «Al menos 33 millones de egipcios pidieron su renuncia», subrayó.
La comunidad cristiana, formada por unos 13 millones de coptos (la mayor minoría del mundo árabe-musulmán), 300.000 católicos y 250.000 protestantes, en estas horas teme quedar en el ojo de la tormenta islámica, como objetivo vulnerable en el conflicto entre los Hermanos Musulmanes y el Ejército.
La Hermandad, al parecer, destruyó también el Monasterio del Buen Pastor, varios negocios cristianos y una librería de la organización protestante Bible Society. Por su parte, las autoridades decidieron cerrar a los turistas el monasterio de Santa Catalina y el pie del Monte Sinaí, una de las principales atracciones para los visitantes en el mar Rojo.
El camino de reconciliación, para el padre Greiche, se muestra todo en subida. «Lamento deber decir -afirmó a Radio Vaticana- que no será fácil conseguirlo, porque los Hermanos Musulmanes y todos los partidos musulmanes no se están empeñando en la búsqueda de una solución política».
«La gente quiere un Egipto pacífico, mientras un pequeño grupo está difundiendo la violencia y el terror hasta en los más pequeños pueblos del Alto Egipto».
El jueves en el Angelus, durante la Fiesta de la Asunción, el Papa lanzó un llamado por la paz, el diálogo y la reconciliación en la «querida tierra de Egipto». Su llamado tuvo un amplio eco en el país, según el vocero católico: «La gente, los católicos, pero también los ortodoxos y hasta los musulmanes, apenas el Papa terminó de hablar en el Angelus, publicaron sus palabras por doquier, en los diarios y sitios web, como si todos hubieran estado esperando que el pontífice hablara».
Por otra parte, durante los atentados -subrayó el obispo de Assiut- muchos musulmanes se alinearon con los coptos, intentando defenderlos de la violencia. «Esto -afirmó- es el verdadero Egipto: cristianos y musulmanes unidos».
Fuente: Agencias
