La Corte de Casación pronunciará este jueves su veredicto final sobre el ‘caso Mediaset’, por el que el exprimer ministro y magnate de las comunicaciones Silvio Berlusconi corre el riesgo de ser condenado a la cárcel y quedar inahibilitado a ejercer cargos públicos.
Una sentencia así podría marcar el fin de la carrera política del líder que ha marcado la vida de Italia en los últimos veinte años. La decisión del tribunal, que será definitiva, será comunicada este jueves en las horas de la tarde, anunció el magistrado encargado del caso, Antonio Esposito. El Tribunal Supremo deberá confirmar o no la condena a Berlusconi a 4 años de cárcel por fraude fiscal en la adquisición de derechos televisivos para su imperio audiovisual Mediaset y a cinco años de inhabilitación a ejercer cargos públicos.
Los abogados del tres veces primer ministro y fundador de una de las mayores fortunas de Europa intentaron durante la audiencia del miércoles convencer a los cinco magistrados de la corte de que el magnate no dirigía su imperio cuando se cometió la irregularidad, entre 2000 y 2003, y que por lo tanto no había cometido algún delito.
Según el célebre penalista Franco Coppi, contratado para la ocasión, Berlusconi tenía que ser absuelto ya en el primer juicio y pidió que sean anuladas las condenas pronunciadas por las dos instancias. «Como todo el mundo sabe, Berlusconi se dedica a la política desde 1994 y no maneja las riendas de sus empresas desde entonces», aseguró Coppi.
Según la prensa, se barajan varias posibilidades, entre ellas que la corte absuelva a Berlusconi o que decida que el proceso se repita. También existe la opción de que confirme la condena a un año de cárcel, que de todos modos no tiene que cumplir por razones de edad, y que le rebaje el plazo de inhabilitación para ejercer cargo público.
Berlusconi encara sentencia definitiva
Es la primera vez que Berlusconi enfrenta una situación judicial tan difícil. Si bien ha protagonizado numerosos líos judiciales, siempre se había salvado gracias a prescripciones, despenalizaciones o suspensiones de los procesos.
El Tribunal de Milán (norte de Italia), que confirmó en mayo pasado en segunda instancia la condena a cuatro años de cárcel del exprimer ministro italiano por fraude fiscal por el caso Mediaset, se la rebajó a un año gracias a una amnistía.
Berlusconi, de 76 años, fue juzgado por aumentar artificialmente el precio de los derechos de difusión de filmes, comprados por sociedades pantalla de su propiedad y vendidos a su imperio audiovisual Mediaset, un sistema que permitía al grupo reducir los beneficios en Italia y pagar menos impuestos. Se calcula que el fisco dejó de recibir unos 7 millones de euros.
El multimillonario político, actual senador, no será encarcelado debido a la edad pero su inhabilitación a todo cargo público puede generar una crisis política inédita. Nadie se atreve a apostar sobre el veredicto de la corte, que debate la causa desde hace dos días y cuyas decisiones no pueden ser impugnadas.
‘Il Cavaliere’ de todos modos no perderá automáticamente su escaño de parlamentario, ya que ello debe ser autorizado con un voto secreto por todo el Senado.
La posible confirmación de la condena genera mucho nerviosismo entre la clase política italiana, en un momento particular tras el pacto alcanzado en abril entre las dos mayores formaciones, el Pueblo de la Libertad (PDL) de Berlusconi y el Partido Democrático (PD, izquierda) para sacar al país de la crisis económica y social que atraviesa tras unas elecciones ajustadas, que no dieron un vencedor claro. Según el editorialista del diario La Stampa, «nadie tiene la capacidad de prever las consecuencias de una condena» al líder indiscutible de la derecha.
Por su parte, Berlusconi mantiene una inusual prudencia, ha evitado desacreditar a los magistrados como hace de costumbre y ha repetido en varias ocasiones que no piensa retirar el apoyo al gobierno de coalición si es condenado. El proceso contra Berlusconi por el ‘caso Mediaset’ se inició hace casi siete años y fue suspendido en varias ocasiones. ‘Il Cavaliere’, como suele ser llamado, se ha enfrentado a más de treinta procesos penales en los últimos 30 años. Entre los casos más conocidos figura el de la Logia masónica P-2, por el que fue sentenciado en la década de los 80 a prisión y posteriormente amnistiado y el de la joven marroquí Ruby, por el que fue condenado el pasado 24 de junio en primera instancia a siete años de cárcel por prostitución de menor y abuso de poder, una sentencia severa, a la que tiene la posibilidad en dos ocasiones de recurrir.
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