Probar para matar la curiosidad. Probar para aprender. Probar para darle rienda suelta a la imaginación. En esta sección voy a echarte un cuentico de cosas que he probado y que me gustaron (o no), de cosas que quiero probar (y el por qué) y de cosas que, definitivamente, nadie debería hacer por más “arriesgados” que sean.
Porque el sexo es disfrutar con los sentidos, no digas que no si no lo has probado.
JUGUETE SEXUAL: CON ALICIA LO QUE ELLA QUIERA
Cuando alguien dice vibradores, solemos pensar en balitas, monocromáticas y aburridas o en el extremo: aparatos que parecen sacados de Matrix Reloaded. Las cosas no tienen por qué ser así. Tener un vibrador es, quizás, tan importante como que todas las mujeres tengan un vestido negro en su closet: debe servirte para el día, para la noche, cómodo pero debe gustarte tanto para sacarle el jugo con la variedad de sus usos.
¿Mi favorito? El vibrador del Cheshire Cat de la serie de vibradores “Alicia en el País de las Maravillas”. ¿Por qué? Porque es mi libro favorito, porque es fucsia, porque los espirales son divinos, tiene 10 velocidades distintas para que lo uses como quieras y, además, tiene luces que parpadean. No, no es un carro tunning, es un vibrador.
Mi consejo para cuando gasten dinero en un vibrador: tienen que enamorarse de él. Los vibradores son costosos y éste no fue la excepción. La economía del país no está para que gastes un montón de dinero en algo que no vas a usar porque no hace el trabajo bien, no te gusta o es demasiado grande para llevarlo a donde quieras. El Cheshire Cat de la serie de vibradores de “Alicia en el País de las Maravillas” cumple todos mis requisitos y se consigue en un conocido centro comercial de la ciudad. Si no quieres éste, hay otros modelos. Del alguno terminan enamoradas.
POSICIÓN SEXUAL: MISIONERO, ¿SOLO PARA ABURRIDOS?
Por años, la Iglesia Católica solo “permitía” tener sexo en esa posición, como que si luego de tener el mejor orgasmo de tu vida haciéndolo en 4 ibas a ir a decirle al cura del pueblo, ¿no? El caso es que, aunque todo el mundo haga o practique hacer bebés como le dé la gana, la posición del misionero quedó un pelo estigmatizada como aburrida o floja.
En mi opinión, el misionero (mujer acostada, hombre encima de ella durante la penetración) es una posición que se presta para mucho: mientras eres penetrada, puedes ver a la cara a tu pareja y hay pocas cosas más excitantes que ver las expresiones de placer que le causa tu cuerpo a él. Además, si abres muy bien tus piernas y las abrazas a su cadera usando tu pelvis para ejercer presión, su pene puede penetrarte mucho más profundo, generando más placer para él y para ti. Por último, debemos admitir que ese sexo suavecito, de enamorados, de “te amo” y tal, no es lo mismo en 4 que en misionero.
Déjense querer, quítenle el estigma de “aburrido” y tengan el sexo más intenso, emocionalmente hablando, con este posición simplemente porque te encantará ver como, teniendo él el control, acaba y se desploma sobre ti gracias al placer que tú le acabas de dar.
CONSEJO SEXUAL: APRENDE A DILATAR
Aunque cuando pensamos en dilatar sumamos 1 + 1 y pensamos en el sexo anal, la verdad es que muchas mujeres tienen problemas para que su vagina dilate lo suficiente para la penetración. Dejando a un lado las posibles causas psicológicas de esto (que deben ser tratadas con ayuda profesional), la dilatación puede ser lograda cuando nos los proponemos con 2 truquitos.
1.- Tómalo con calma. Ya sea vaginal o anal, la dilatación requiere tiempo. Acariciar con los dedos o la lengua los labios vaginales o la entrada del ano crea pequeñas convulsiones de placer que relajan el cuerpo. Los besos y tentativas penetraciones con la punta de la lengua o de los dedos suelen relajar la entrada de la zona que queremos dilatar y, aumentando la intensidad a la distancia de penetración, nos prepararan.
2.- Lubrícate. Los lubricantes son geniales cuando de dilatación se trata. Es una suerte de aceite que no solo ayuda para facilitar el empuje del pene en la vagina o el ano, sino que (dependiendo del lubricante) también calienta la zona excitándola un poco más.
Al final, lo mejor que pueden hacer (junto a estos truquitos) es entregarse a sentir: las caricias, los roces, las pequeñas presiones y pulsaciones que sentimos cuando todo se siente divino… cuando menos se lo esperen, estarán gimiendo y sudando de placer.
SIN TABÚ
Piérdanle el miedo a lo que no conocen. Prueben (con gorrito y responsabilidad) de todo. El placer está en hacer las posibilidades suyas: escoger el vibrador que las excite tanto como llevárselo a sus oficinas y darle uso en los momentos libres; dejarse de prejuicios y etiquetas y sacarle el jugo a cada posición en la que son penetradas o penetran; buscar la excitación con técnicas que nacen luego de que conocen su cuerpo y aprenden a controlarlo para el placer.
El sexo puede ser la cosa más placentera o divertida del mundo o la cosa más aburrida y sin sabor que existe. Quizás, el truco universal es salir de nuestra zona de confort. /JM
Fuente: Planeta Urbe