El abuso de analgésicos con receta en Estados Unidos es un problema que lleva años preocupando a las autoridades sanitarias del país, una situación alarmante que hasta ahora se relacionaba más con los hombres que con las mujeres. Un nuevo estudio publicado este martes y realizado por el Centro de Prevención y Control de Enfermedades (CDC, en sus siglas en inglés) muestra que en la última década la tasa de fallecimientos por sobredosis de fármacos con receta ha aumentado con mucha más rapidez en el sexo femenino y que este incremento está vinculado con el auge del uso de estos medicamentos.
«Cada día unas 18 mujeres mueren por sobredosis de analgésicos recetados en EE UU. El abuso de estos medicamentos es un problema poco reconocido y muy peligroso para ellas. Por ejemplo, estos fármacos están involucrados en uno de cada a 10 suicidios», explican desde el CDC. En este momento, ya hay más mujeres que fallecen por el abuso de analgésicos que por cáncer de ovarios o accidentes de tráfico en EE UU, continúa el análisis federal.
Desde 1999 a 2010 -últimos datos recogidos-, las sobredosis mortales entre las mujeres se quintuplicaron -crecieron un 400%-. En cambio, entre los hombres, estos episodios se triplicaron. Aunque los resultados absolutos concluyen que fueron más varones los que padecieron por esta causa, «las mujeres están ganando terreno», han explicado desde el organismo sanitario.
En total, en estos años, 48.000 mujeres murieron por abuso de «medicinas legales». «Son cifras muy preocupantes», ha explicado Tom Frieden, director del CDC quien ha añadido que «el número de decesos está creciendo a un ritmo nunca visto antes».
Por ejemplo en 2010, más de 6.600 mujeres murieron tras ingerir grandes cantidades de medicamentos como Vicodin u OxyContin, esto representa cuatro veces más que aquellas que murieron por sobredosis de cocaína o heroína. Mientras que en 1999, 1.287 perdieron la vida por este motivo, continúa el texto
Entre las razones médicas de este aumento está, entre otras, «que las mujeres tienen una masa corporal menor que los varones, por lo que la diferencia entre una dosis terapéutica y una peligrosa es mucho más estrecha». Además, algunos estudios apuntan a que las mujeres son más propensas a padecer dolor crónico y usar con más frecuencia estos fármacos.
El informe pide un «cambio de actitud» entre los médicos que tradicionalmente han pensado que el abuso de fármacos era un problema del sexo masculino.
«Según los resultados, lo que no entendemos, es que en muchas ocasiones a las mujeres se les está recetando una dosis más alta de analgésicos y por mucho más tiempo que a los hombres», continúan las autoridades federales en el informe.
La mayoría de las mujeres que participaron en el estudio aseguraron que la razón principal de su adicción era «la naturaleza cambiante de la sociedad estadounidense». El aumento de los hogares monoparentales en EE UU ha puesto a la mujer ante una inmensa responsabilidad. Estas tienen que ser al mismo tiempo el principal sustento de la familia y cubrir las responsabilidades de ambos progenitores, continúa el estudio.
Algunas, en cambio, declararon que disfrutaban «mucho del atontamiento que les provocaba las drogas» y que les hacía capaces de desarrollar bien sus tareas cotidianas. Otras añadieron que «los subidones les hacían creer que eran hermosas, fuertes y productivas».
La tasa total de mujeres que fallecieron durante esta década por sobredosis, no solamente debido a los analgésicos, fue mayor entre aquellas que tenían entre 45 y 54 años. En 2010, 15.323 mujeres murieron por esta causa en comparación con los 23.006 hombres. Las razas con mayor tasa de mortalidad fueron los blancos y los nativos americanos.
El informe pide un «cambio de actitud» entre los médicos que tradicionalmente han pensado que el abuso de fármacos es un problema del sexo masculino. Esto significa que los facultativos «deberán contemplar la posibilidad de la adicción entre las mujeres, pensar en tratamientos alternativos para el dolor crónico no canceroso y consultar los programas estatales para el seguimiento de fármacos», concluye el estudio.
Fuente: El País