Un ataque de pánico es una respuesta del organismo a situaciones que considera de peligro, aunque no haya motivo alguno
Usted está viendo televisión, comiendo con amigos, manejando o trabajando como cualquier otro día y todo parece tranquilo.
De repente, sin que suceda nada en particular, usted empieza con taquicardia, dificultad para respirar, temblores, nerviosismo, sudoración, escalofríos, miedo a morir, miedo a perder el control o volverse loco, asfixia, mareos o desmayos, hormigueo en las manos, pies o cara, dolor en el pecho y hasta sensación de estar fuera de la realidad.
Cuatro de estas señas indican un ataque de pánico, trastorno de ansiedad en el que se tienen sentimientos de que algo malo pasará sin que haya motivos para ello.
Alberto Sánchez, psicólogo experto en el tema, conversó con La Nación.
¿Qué es un ataque de pánico?
Primero debemos entender que no es sinónimo de locura. Es una respuesta del organismo a situaciones que considera de peligro, aunque no haya motivo alguno.
«Es decir, si sufres un asalto, por ejemplo, o si vas cruzando una calle y un carro estuvo cerca de atropellarte, es normal que sientas taquicardia, falta de aire, nerviosismo, temblores, mareos y ganas de llorar, pues es la forma en la que el cuerpo reacciona y se pone en alerta para salir huyendo.
«Sin embargo, en los ataques de pánico no hay ninguna situación que los desencadena, pero el cuerpo actúa como si hubiera algo».
¿Cuáles son las posibles causas de esta condición?
En cada persona es diferente. En algunos casos hay factores hereditarios, en otros, más bien, se debe descartar primero algún tipo de enfermedad física que cause estos síntomas, en otros está relacionado con factores ambientales como cosas que se han vivido anteriormente. Por otra parte, quienes han consumido algún tipo de sustancia pueden tener estos síntomas.
¿Hay algún tipo de persona más propensa a estos ataques?
La mayor parte son mujeres entre los 20 y los 45 años, pero esto no quiere decir que no se vea en hombres o en personas de otras edades.
«Hay personas a las que solo una vez les da un ataque de pánico y no vuelven a sufrirlo. Hay otras que lo tienen de forma más constante o frecuente. En algunas personas dura solo cinco minutos, en otras puede durar 20 minutos o más».
¿Cómo podemos enfrentar un ataque de pánico?
Hay que reconocerlos. El primer signo usualmente es taquicardia y dificultad para respirar, pues el corazón bombea más sangre para entrar en estado de alerta.
«Hay que intentar calmarse, buscar un lugar tranquilo, tocar superficies: paredes, mesas o algo que le devuelva a la persona contacto con la realidad.
«También es importante no pelearnos con nosotros mismos ni tratar de controlar la situación, eso es peor, porque vamos a sentir impotencia al no poder controlarlo».
¿Cómo podemos ayudar a alguien durante un ataque?
Estar al lado de esa persona, decirle que eso es algo que va a pasar, que no se está volviendo loca o loco, que no se va a morir y que no va a sufrir un infarto. Esté a su lado hasta que todo pase.
¿Cuál es el tratamiento?
Normalmente se dan de 12 a 13 semanas de terapia y fármacos, generalmente inhibidores de la serotonina o ansiolíticos.
¿Pueden evitarse los ataques?
Eso es lo que busca el tratamiento. Muchas personas tienen miedo a un nuevo ataque y eso no ayuda. Tenemos que recuperar la confianza en nosotros mismos y no asociar estos ataques a lugares, personas o actividades en específico.
Fuente: EN