En 2007, el Gobierno retiró la concesión a RCTV y cerró el canal. Dos años después, 34 emisoras de radio corrieron la misma suerte. Un lustro más tarde, una televisora y una cadena de medios impresos fueron vendidas mediante transacciones marcadas por los rumores que indican que el Ejecutivo nacional está detrás de las negociaciones.
En poco más de 6 años numerosos estudiantes de comunicación social han visto marcada su profesionalización por el sesgo político y la reducción del mercado laboral del que aspiran a formar parte. Pese a la crisis, las universidades continúan recibiendo a jóvenes interesados en hacer que la noticia forme parte de su día a día.
Moisés Sánchez, estudiante de quinto año de Periodismo en la Universidad de los Andes, por ejemplo, cree que hay elementos que se pueden rescatar de la coyuntura política, como la lucha por la pluralidad y el acceso a la información.
“El periodismo está amenazado por la mordaza impuesta no solo por quienes nos gobiernan, sino por las políticas editoriales de los medios, que son complacientes con un sistema en el que no creen, pero del que esperan mantener la concesión. Hay una crisis, pero eso, lejos de desmotivar, debe llevar al periodista a luchar por lo que sigue: un país más plural y democrático donde el periodismo cumpla esa función de control y donde tenga acceso, como debe ser, a las fuentes sin que haya censura”, expresó.
Camila Lessire, estudiante del sexto semestre de Comunicación Social en la Universidad Central de Venezuela, aboga por la apertura de nuevos medios libres de polarización, una suerte de reinvención de la profesión.
“Tenemos las herramientas para crear medios, crear espacios. Tenemos que aprovechar la oportunidad para construir y replantear el periodismo. Se han creado muchos vicios y los jóvenes debemos ser un dique de contención para la mala praxis periodística, que ha dado prioridad al tubazo por encima de la ética y el análisis”, dijo.
Para Oriana Ramírez, quien recibirá su título de periodista en julio en la Universidad Monteávila, la crisis dejó en los jóvenes experiencias que servirán para el ejercicio de la profesión.
“Si algo podemos agradecerle a este período de conflictos es que sabemos más de política, nos formó como estudiantes, nos dio la posibilidad de analizar y saber lo que queremos”, señaló.
Las redes y el reto
La joven periodista Oriana Ramírez señala que un reto común para recién graduados y veteranos es el manejo responsable de las redes sociales. De acuerdo con los datos de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones, en el primer trimestre de 2013 había 42 usuarios de Internet en Venezuela por cada 100 habitantes, es decir, 12,6 millones de personas navegan por la autopista de la información en el país.
Ramírez recuerda que el periodista se diferencia de los llamados reporteros ciudadanos por su formación, que lo obliga a corroborar cada información recibida antes de hacerla pública.
“Hay personas que no son periodistas y se meten en el mundo de las comunicaciones. Por eso creo que las universidades deberían dar mayor relevancia a las redes sociales. Tenemos que avanzar hacia la tecnología para marcar la diferencia”, subrayó.
El estudiante de la ULA-Táchira, Moisés Sánchez, coincide con la apreciación. Aplaude que cada día más personas accedan a las redes sociales, pero son los periodistas los llamados a certificar los datos.
“Ellos no tienen el método, que es lo que adquirimos quienes estudiamos la profesión. Aquí, para que el diamante o la información adquiera brillo o sea comprensible, el periodista debe pulirla, es decir, aplicar el método de procesarla” concluyó.
La tentación de emigrar
Cinco de los diez jóvenes estudiantes de Comunicación Social, entrevistados por El Nacional sobre sus perspectivas en relación con la carrera, desean irse del país.
Gabriela León, cursante del noveno semestre de Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello, cree que pese a su aspiración de echar raíces en el extranjero, no debe alterar el compromiso con la profesión.
“Nunca vamos a estar desligados de la realidad política, siempre hay que estar en la acera de enfrente, sea quien sea el contendiente. El papel es criticar lo que no se está haciendo bien, venga de donde venga”, dijo.
Sin recursos para actualizarse
Cuatro de las 15 universidades que forman periodistas son públicas: la Universidad Central de Venezuela, la Universidad de los Andes, la Universidad del Zulia y la Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos. Estudiantes y docentes mantienen una huelga para solicitar ajustes salariales, mejores presupuestos y providencias estudiantiles.
“La beca es de 400 bolívares y la residencia estudiantil cuesta 1.800. Gasto 40 bolívares en fotocopias. En la escuela aún se trabaja con VHS y tenemos equipos de fotografía de hace 20 años”, señala Albermary Aponte estudiante ucevista.
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