El vicepresidente de EE UU, Joe Biden, aseguró este miércoles que, en su intento de estrechar la relación con Latinoamérica, su país está comprometido a mantener «conversaciones honestas» sobre temas «difíciles» como su política sobre drogas y deportaciones o el flujo de armas a la región.
Biden, que la semana pasada cerró un viaje de seis días a Brasil, Colombia y Trinidad y Tobago, recordó en un artículo de opinión en el Wall Street Journal que el Gobierno de Barack Obama se ha propuesto estrechar la relación con Latinoamérica en su segundo mandato.
«Eso va a requerir algunas conversaciones honestas, como la que tendrá lugar esta semana en la Asamblea General de la OEA (Organización de Estados Americanos) sobre la política de las drogas», escribió el vicepresidente.
«Igualmente, muchos países tienen verdaderas inquietudes sobre las armas que proceden de los EE.UU. y están enojados sobre nuestra política penal de deportación por su falta de transparencia. No evadiremos esa clase de discusiones difíciles», aseguró.
Biden reconoció además que, «en casa», Estados Unidos tiene que «reformar su sistema de inmigración», algo que «fortalecerá» su posición en el hemisferio.
«El éxito en las relaciones internacionales, como en toda relación, se basa en el respeto. Y reconocer plenamente el potencial de estas nuevas relaciones requiere tratar con respeto a la gente de otras naciones que vive dentro de nuestras fronteras», indicó.
Biden, que planea volver a viajar a la región este otoño boreal, consideró que «actualmente América Latina es una región transformada».
«Las elecciones que otrora eran excepciones ahora son mayormente la norma. En un número creciente de lugares, los conflictos entre la izquierda y la derecha han dado lugar a una gobernación pacífica y práctica», señaló.
«Y, en el proceso, la clase media de América Latina ha crecido un 50 % solamente en la última década. Según algunas estimaciones, es casi del tamaño de la de China», afirmó.
Estados Unidos cree que «la gran promesa, tanto para los estadounidenses como para nuestros vecinos, radica en una integración y apertura económica mayor», aseguró el vicepresidente.
«El proceso está más adelantado de lo que pueda sospecharse. No sólo están los EE.UU. solidificando lo que ya es una relación comercial de billones de dólares con México y Canadá, sino que también tenemos acuerdos de libre comercio que se extienden prácticamente de manera continua desde Canadá hasta Chile», apuntó.
Biden puso como ejemplo «prometedor» la Alianza del Pacífico, que integra desde hace un año a Chile, Colombia, Perú y México y en la que Estados Unidos tiene interés de entrar como miembro observador.
«Ese pacto, que incluye a cuatro de los países de más rápido crecimiento en la región, ahora tiene naciones de todo el mundo que desean participar o desempeñar una función positiva de apoyo. Nosotros somos una de esas naciones», indicó.
Los miembros de esa alianza «demuestran que el pragmatismo, y no la ideología, es el secreto del éxito», sostuvo.
Biden concluyó, además, que todas las oportunidades económicas «dependen de las protecciones democráticas y la seguridad de los ciudadanos».
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