La nueva jornada laboral entró en vigencia sin la perspectiva de que se creen nuevos puestos de trabajo en el corto plazo.
Así lo revela un recorrido hecho por Últimas Noticias, en el cual se consultó a empresarios y trabajadores del sector comercio y servicio.
Los empleadores del sector visitados indicaron que los nuevos horarios no eran tan perjudiciales para su rentabilidad si lograban rotar al personal por turnos.
Los trabajadores mostraron preocupación por la «pérdida» de por lo menos cuatro cestatickets al mes y la merma de las propinas porque se trabajan menos días.
Empleadores. José Ornelas, dueño de una pollera en Chacao, afirma que hasta que no sea «muy necesario» no se va a contratar más personal en su negocio. Con la rotación de horario que diseñaron los propietarios, la pollera puede seguir trabajando con los mismos trabajadores.
«Claro, sabemos que eso de alguna manera perjudicará la calidad del servicio, porque la atención será más lenta», reconoció Ornelas en su acento portugués. «Es un riesgo que tenemos que correr, porque no podemos contratar más personal, no se puede».
Andrés Kerese, de la Pastelería Danubio, también prefiere esperar antes de contratar más empleados. «Quiero evaluar cómo funcionamos con el personal que tenemos, y luego de dos o tres meses tomar decisiones, pero por ahora no», dice Kerese.
Propietarios de zapaterías, comerciantes de tela, areperas, socios de tiendas para damas y otros comercios medianos y pequeños consultados durante el recorrido coinciden con ese criterio.
Para Kerese, hasta que la nueva jornada de horario no esté acompañada con otro tipo de incentivos para el sector comercial, el más perjudicado será el trabajador.
«Antes la hora de almuerzo era parte de la jornada, ahora no. Antes ellos tenían que trabajar 43 horas en seis días, ahora son 40 horas en cinco días, por supuesto eso le aumentó mucho su jornada diaria», explicó Kerese.
Empleados. «Ahora nos van a quitar un cestaticket a la semana. Se pierde lo que nos dan en propina que a veces llega a 80 diarios. Uno no puede darse el lujo de perder ese dinerito», se lamenta Hipólito García, bombero de una estación de gasolina cercana al Centro Comercial San Ignacio.
«Pero bueno, al menos uno tiene dos diítas de descanso, algo es algo», confiesa.
García se da cuenta que sus ingresos ya no serán los mismos después de la entrada en vigencia de la nueva jornada laboral establecida en la Ley Orgánica del Trabajo.
Tiene claro que perderá cuatro cestatickets al mes, que no tendrá propinas por un día y que su jornada de trabajo diaria ahora será más larga.
Como él, Iris Centeno, vendedora de una zapatería en Sabana Grande, entiende que la Ley Orgánica del Trabajo quiso beneficiarlos, pero también se siente perjudicada en sus ingresos.
«Si a mí me hubiesen preguntado, les hubiera dicho que es preferible entrar más tarde al trabajo, pero trabajar todos los días. ¡Claro es más dinero!».
Aseguró que «no es que me vaya a morir por un cestaticket a la semana, pero un cestaticket es un cestaticket», dice Centeno.
El país sufre una inflación alta en alimentos que llega a 37% en los últimos 12 meses según las cifras del Banco Central de Venezuela, lo que hace que trabajadores como Centeno y García vean con poca alegría un día libre como beneficio.
Con la determinación de la nueva jornada laboral y otras normas de la LOT la alternativa de «redondearse» el sueldo «redoblándose» con trabajo en días libres y haciendo extras recurrentemente, se convierte en una posibilidad casi inexistente.
La intención expresada por los redactores de la ley apunta a la creación de nuevos puestos de trabajo.
«Lo de los días libres está bien, pero para qué uno quiere eso si lo que necesito es dinero ¿tú sabes cuantos se pierde por un día que no se recibe propina? Eso es plata», expresa Jhonny González, trabajador de una pollera en el este de Caracas, quien ve amenazados sus ingresos.
Fuente: ÚN
