En los paquetes enviados por encomienda entre familiares residenciados en diferentes estados del país ya no van regalos o recuerdos, sino medicinas embaladas junto a productos de la cesta básica. “Por mi condición de salud debo tomar de manera permanente medicamentos para la tiroides y la diabetes. Como son difíciles de conseguir, nos organizamos en diferentes estados del país para poder comprarlos. Hubo una época en que unos familiares en Valencia requerían de una fórmula específica para recién nacidos y acá en San Cristóbal pudimos comprar varios potes y enviárselos”.
Así relata Ana Chacón los métodos que han adoptado para adquirir los medicamentos cada día más escasos. Debido a que venden la cantidad mínima, van varios miembros de la familia para comprarlos, con el fin de suplir las necesidades de los parientes.
Otro grupo familiar que usa el mismo procedimiento explicó que sólo cruzan la frontera con Colombia para comprar las medicinas en caso de emergencia por el costo. Dijeron que una caja de levotiroxina para el tratamiento de la tiroides cuesta 35 bolívares en su presentación de 125 microgramos, más 60 bolívares por el envío de la encomienda, asciende a un costo total de 95 bolívares.
Esto resulta más económico que viajar a Colombia y comprar una caja del mismo medicamento que sale en 33.600 pesos, que al cambio de la moneda equivale a 420 bolívares.De acuerdo con despachadores de farmacias hay fallas de metformina para el control de peso y la diabetes, ibuprofeno, medicamentos con componentes de glicerina, anticonceptivos, antihipertensivos y antibióticos.
NUEVA ESPARTA/Hipertensos y diabético sinterrumpen tratamientos
DEXCY GUÉDEZ
Como la mitad de los fármacos que se demandan en el estado Nueva Esparta presenta fallas, los pacientes tienen que recorrer toda la isla de Margarita en busca de los remedios que requieren para someterse a los tratamiento médicos.
Rafael Silva, asesor del Colegio de Farmacéuticos de Nueva Esparta, precisó que sobre todo faltan medicamentos de tipo terapéutico para el tratamiento de las tiroides, diabetes y tensión. Rosalina Gómez requiere un tratamiento permanente con euthirox por un problema de tiroides.
Este es uno de los más escasos en la larga lista de fármacos desaparecidos de los anaqueles del mercado insular.Indicó que aunque tiene poco en existencia, tomó la previsión de salir a comprar otros estuches, pero la tarea resultó infructuosa. “Mi sobrina me trajo unas de esas pastillas desde la frontera de Brasil y esas son las que me estoy tomando y en el nombre de Dios espero que no me caigan mal”,señaló.
Marco Antonio García debe someterse a un tratamiento sin interrupciones para la diabetes, pero debido a la escasez que presentan las medicinas que toma, ha tenido que recurrir a familiares de San Cristóbal para conseguir algunas alternativas en ese estado fronterizo e, incluso, en Colombia.“Me toca pagar los fletes a las empresas de envío, pero me garantizan el tratamiento que no puedo dejar de tomar”, afirmó.
Quienes atienden las farmacias coinciden en que otros rubros que han comenzado a escasear –recientemente- son los productos para la epilepsia, que también amerita un tratamiento crónico. La existencia de anticonvulsivos puede alcanzar para dos semanas.
SUCRE/Ni vitaminas
María Iguarán
Tanto en la capital del estado Sucre, Cumaná, como en los otros 15 municipios se ha agudizado la escasez de los medicamentos y hasta de los suplementos vitamínicos en inyecciones. El desabastecimiento se incrementó con el inicio de este año porque las droguerías tardan en surtirse hasta tres semanas de algunas medicinas y sólo reparten pocas presentaciones en tabletas.
En la farmacia La Popular, localizada en la calle Bolívar y en la avenida Santa Rosa, se siente la carencia, especialmente para los pacientes diabéticos, según Natacha Fuentes, regente farmacéutico de estos locales. “A veces uno no encuentra cómo ayudar a esas personas que están buscando un medicamento desesperadamente para su bebé”.
“Tengo días buscando cremas tópicas en las farmacias y me dicen que no hay. Mi mamá, Nirza Salazar, es hipertensa y tiene problemas para conseguir el diovan. Si no lo consigue simplemente espera, porque no tenemos a nadie que nos ayude”, dijo Mileyda Quinan.
En cuanto a los que más escasean, del glucofage sólo llegan 4 cajas y tarda hasta 3 meses en aparecer, la vitamina C en ampolla y el oxinorm tiene problemas de importación, tampoco se encuentran productos regulados como el fulgram en tabletas y suspensión de 500 y 50 Mg, el aciclovir desapareció hace más de un año y el cataflan no se consigue.
A esta lista se suma la falta del salvodamar genérico, las marcas comerciales para los pacientes asmáticos y los denominados OTC (fármacos colocados en el pasillo) como el antioxidante calcinor y el uvagen que llega con frecuencia cada tres meses.
ZULIA/ Recorrer toda la ciudad
JOSÉ JAVIER MORONTA
“Mira, vengo de recorrer varias farmacias, por favor, dime que hay medicamentos para la diabetes”, es lo que frecuentemente escucha la encargada de una farmacia de Cabimas, Costa Oriental del Lago de Maracaibo. Hace poco -después de 3 meses- le llegaron 12 cajas de glucofagen de 500 miligramos que vende a 4 bolívares cada una -30 pastillas cada una- pero faltó el de 850 miligramos.
La diaformina, que también es usada por pacientes con diabetes, no se encuentra y cuando le pregunta al proveedor por la falta del producto, éste sólo se limita a responder que hay problemas. El aglumet lo vende en 9,5 bolívares la caja -5 bolívares más que el glucofage y la diaformina- y la gente lo compra porque lo necesita.
Los hipertensos sí sufren un poco más porque el medicamento más común, que es el concor, no llega con regularidad y es costoso. La caja de 2,5 miligramos, que llegó a la farmacia después de 2 meses, está en 170 bolívares mientras que el de 5 miligramos, que también está en el anaquel, se vende en 227 bolívares. Los de 1,5 y 10 miligramos no se encuentran y cuando no hay ninguno las personas compran atenolol, porque es más barato. “El consumo depende del paciente y del componente. Hay quienes toleran concor y no atenolol, y así pues.
También depende del grado de la enfermedad”, explica la encargada, que además afirma que la escasez no sólo se ve en su farmacia sino en todas las demás. Esmeralda Pérez, habitante de la parroquia Carmen Herrera de Cabimas, toma atenolol para la hipertensión porque en los módulos de Barrio Adentro se lo dan gratis. “Hay que aprovechar”, asegura.
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