A pesar de su mala reputación, la cerveza es una bebida natural que tiene un aporte calórico inferior al de cualquier otra bebida alcohólica y al de muchos otros alimentos.
¡Un vaso de jugo de cualquier fruta aporta aproximadamente las mismas calorías que un vaso de cerveza! Además, no contiene grasas ni azúcares y sí una cantidad importante de hidratos de carbono, vitaminas y proteínas; por lo que consumir un vaso al día, tanto para mujeres como para hombres, es recomendable para la salud. Aquí les dejamos algunas razones para incluirla en su dieta.
– La cerveza se fabrica con cereales malteados, principalmente cebada, agua, lúpulo, levadura y otros aditivos, para conservar sus propiedades. Sus componentes finales son: agua (90%), hidratos de carbono no fermentados (dextrinas), minerales, vitaminas, ácidos, fenoles, alcoholes, dióxido de carbono y aditivos.
– Aporta numerosas vitaminas del grupo B (tiamina, riboflavina, niacina, pirodixina, ácido fólico y folatos), además de las vitaminas A, D y E.
– Aporta una cantidad importante de la ingesta de fibra soluble recomendada, además de que ayuda a reducir el colesterol en la sangre.
– Contiene más de 30 minerales indispensables para el buen funcionamiento metabólico, incluyendo potasio, sodio, hierro, manganeso y fósforo. Por poner un ejemplo, 350 ml de cerveza contienen, para un adulto, cerca del 17% de las necesidades diarias de magnesio, 14% de fósforo y 7% de potasio.
– La cerveza es la única bebida que contiene lúpulo, un sedante suave y estimulante del apetito.
– La cerveza contiene polifenoles, un grupo de antioxidantes naturales que contribuyen a retrasar el proceso de envejecimiento y a prevenir enfermedades.
– La cerveza es alimento y es bebida. Por su alto contenido de potasio y sodio tiene efectos beneficiosos para el organismo: aporta vitaminas, hidratos de carbono y aminoácidos, pero también facilita la digestión, es diurética ya que previene la formación de cálculos y piedras en vías urinarias, y su aporte calórico no es significativo en relación con la obesidad.
– La cerveza es considerada como una fuente dietética de silicio, elemento esencial en los procesos de calcificación. Una cerveza contiene aproximadamente 36mg/l de silicio biodisponible.
– La cerveza es una bebida refrescante y alimenticia. Favorece la digestión, ya que promueve la secreción de jugos gástricos, estimula las papilas gustativas y abre el apetito.
– El consumo moderado de cerveza supone la ingesta de un buen número de nutrientes y, según expertos, tomarla a diario implica cubrir parte de las necesidades de ácido fólico (de 10% hasta un 15%), ya que la cerveza contiene de 4 a 10 microgramos de ácido fólico por cada 100g de bebida. Muy pocos alimentos excepto el hígado y algunos vegetales pueden contribuir con tal cantidad de ácido fólico, pero cuando se cocinan, el calor destruye gran cantidad de esos folatos.
– La cerveza aporta al ser humano una importante cantidad de la ingesta recomendable de fibra soluble y complementa el aporte de fibra de otros alimentos como los cereales, ricos en fibra dietética insoluble. La fibra contenida en la cerveza también contribuye a reducir el nivel de colesterol en la sangre.
El consumo de cerveza debe ser moderado y siempre por adultos. La cerveza no sustituye a ningún alimento ni tratamiento médico, sino que complementa una dieta balanceada. ¡Lo difícil es tomar sólo una!
Fuente: Actitudfem