Antes de tomar la decisión de hacerte implantes mamarios (implante de los senos) o aumentar el tamaño de tus senos, debes tener la respuesta a diferentes preguntas que te darán una idea clara sobre los riesgos y los beneficios de esta cirugía.

Si por razones estéticas o de salud debes o quieres recurrir a un implante de los senos o implantes mamarios, estoy segura que te surgirán muchas preguntas al respecto. Hay quienes te dirán, si es por razones estéticas, que no hay necesidad, hay quienes dirán que es un riego innecesario, o tal vez quienes te animen a cambiar tu apariencia. De cualquier manera, no importa lo que los demás piensen: si decides aumentar el tamaño de tus senos, debes ser tú y solamente tú la que está convencida de esta decisión. La mejor manera de hacerlo es, por supuesto, informándote.

Aquí hay una lista de algunas de las preguntas más comunes sobre los implantes de los senos:

– ¿Quién puede hacerse implantes de seno?

Cualquier mujer que quiera aumentar su tamaño por apariencia, o por razones médicas, o para corregir un defecto anatómico. Las razones médicas incluyen reconstrucción por cáncer del seno.

– ¿Qué tipos de implantes existen?

Hay dos tipos de implantes: los de silicona y los implantes salinos. Los implantes de silicona están formados por una coraza de silicona previamente rellena de gel de silicona. Por su parte, los implantes salinos también están formados por una coraza de silicona pero la diferencia radica en que la coraza se rellena de un líquido salino durante la cirugía del aumento de los senos.

– ¿Existen otras diferencias entre los implantes salinos y los implantes de silicona?

La diferencia de los materiales hace que los implantes se sientan diferente. Los de líquido salino proporcionan una consistencia más firme a los senos, y hace que no se compriman. En cambio, los de gel de silicona son más viscosos e imitan la grasa corporal, lo cual hace que se vean y se sientan más naturales.

– ¿Existe algún límite de edad para los implantes de los senos o implantes mamarios?

Si te vas a realizar implantes mamarios para verte más atractiva, es decir, por razones estéticas, debes tener 22 años o más. Esto se debe a que antes de esa edad, el tejido del seno aún se está desarrollando. Además, a esta edad tienes la madurez y puedes tomar una decisión más responsable.

– ¿Cuáles son los riesgos de tener implantes mamarios?

Los implantes del seno, tanto los salinos como los de silicona, tienen los mismos riesgos de romperse, infectarse, causar dolor, y pueden causar problemas para amamantar. También pueden causar un fenómeno que se llama “contractura capsular” que es cuando el tejido de cicatrización se endurece alrededor del implante. Otra desventaja de ambos tipos de implantes es que no duran más de 10 años, por lo cual necesitarás una nueva cirugía al cabo de ese tiempo para reemplazarlos o removerlos antes de que se rompan.

Recuerda que si decides hacerte esta cirugía, es importante que hables claramente con el cirujano para que evalúe tu caso particular. Todas las mujeres son diferentes y el cirujano analizará sus posibilidades, la calidad de su piel, y te aconsejará cuál es el mejor implante para ti y el tamaño.

Tampoco olvides que la cirugía, como cualquier otra, implica riesgos. Además, es importante que te fijes expectativas razonables para que no te decepciones si algo no resulta como esperabas.

La información es poder, así que haz todas las preguntas que tengas para tomar la mejor decisión. Y desde luego, la experiencia del cirujano, el que sea un cirujano plástico calificado, el anestesiólogo y el sitio en donde te realizas la cirugía también son importantes.

Fuente: http://voces.huffingtonpost.com

Un estudio reciente llevado a cabo por Ed O’Brien y otros científicos de la Universidad de Michigan demuestra que somos más propensos a ver «el lado bueno de las cosas».

Los investigadores realizaron encuestas a los sujetos estudiados para analizar su actitud ante la vida y así, tomar en cuenta dicha variable. Tras detectar diferentes grados de optimismo y pesimismo entre los individuos que componían la muestra, se les expusieron diferentes situaciones e inquirió sobre sus reacciones emotivas ante las mismas.

Al postular un futuro prometedor, los encuestados optimistas expresaron sentir gran felicidad con el prospecto, mientras que los pesimistas no mostraron reacción aparente. Sin embargo, al postular un futuro desesperanzador, ninguno de los dos grupos se mostró con actitud negativa, no convencidos de que se sentirían mal al respecto.

Según O’Brien, las personas suelen explicar cómo evitarían la presencia de malas posibilidades, desechando la idea de que pudiesen ocurrir. Así mismo, tienen más dificultad en explicar la ausencia de sucesos buenos a futuro, siendo más afectados por este prospecto que por el de un futuro con eventos negativos.

Por otro lado, el estudio también demuestra que los sujetos tienen una mayor dificultad en imaginar varios eventos positivos versus la posibilidad de que unos pocos les acontezcan. Al parecer, pocos eventos concisos tienen un efecto psicológico positivo mayor que muchos eventos abstractos. El mismo fenómeno ocurre cuando las personas piensan en retrospectiva, manifestando una mayor felicidad al recordar tres buenas experiencias que al solicitárseles recuerden doce.

Fuente: http://www.muyinteresante.com