El chavismo construyó ilegítimamente una poderosa maquinaria para ganar elecciones, haciendo uso de información privilegiada del Consejo Nacional Electoral y conformando un ejército de más de 110,000 agentes que tenían la tarea de salir a buscar a los electores en sus casas para obligarles a participar en los comicios, según develan documentos obtenidos por El Nuevo Herald.
La maquinaria, cuya existencia atenta contra la noción de que las elecciones son justas en Venezuela, tuvo acceso a información en tiempo real sobre la evolución de las elecciones que fue utilizada para coordinar las acciones de los operadores políticos encargados de contactar y buscar a los electores a sus casas para que votara a favor del oficialismo.
Ninguna otra organización política en Venezuela tiene acceso a la información obtenida por el sistema y el personal que la opera está conformado en muchos casos por empleados públicos que reciben remuneración del Estado para trabajar a favor de un proyecto político.
Según los documentos obtenidos por El Nuevo Herald, el chavismo reclutó al menos a 112,000 personas, buena parte de ellos vinculados con el Frente Francisco de Miranda (FFM) y con el Ministerio de las Comunas, para que participaran en “Roque 2”, una sofisticada operación organizada para incrementar la votación a favor de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del 14 de abril.
El chavismo, que partía de una base de 5.5 millones de votos duros a su favor, pretendía elevar ese total a cuando menos unos 10 millones de votos a su favor, de los 16 millones que probablemente serían emitidos durante los comicios.
Como parte de esos esfuerzos, el chavismo haciendo uso de sus militantes del FFM, salió a contactar un estimado de 3.5 millones de personas que están disfrutando de los beneficios, o se han inscrito para hacerlo, de las grandes Misiones Sociales emprendidas por el gobierno, para recordarles que fue el chavismo quien se las brindó.
Pero la etapa crucial de la operación se produjo el mismo día de las elecciones cuando miles de militantes del FFM tenían la tarea de monitorear el flujo de votantes dentro de 3,450 centros electorales y salir a buscar a las personas que reciben beneficios del Estado para que votaran a favor de Maduro.
Estos centros no fueron escogidos al azar, dijo el analista Antonio De La Cruz, quien ha estado estudiando de cerca la realidad electoral de Venezuela.
“Se trata de centros donde ellos pueden mover gente para colocar la votación a su favor. Ellos no se concentran en aquellos centros donde ellos saben que van a ganar, ni en aquellos puntos donde domina la oposición. Hicieron una prioritización para dedicar sus recursos en aquellos centros que podrían terminar de definir la elección”, dijo De La Cruz.
“Es allí donde centran la mayor parte de sus recursos y donde ejercen un control casi absoluto en la elección”, agregó.
La operación hace uso de las bases de datos del Seguro Social, del Ministerio de Poder Popular de las Comunas, de los empleados públicos y de las Misiones para ubicar a cada uno de los electores dentro de estos centros de votación.
El que esto se haga constituye una nueva manifestación de ventajismo porque se trata de información a la que ningún otro movimiento político tiene acceso.
Pero la información es crucial para las campañas electorales del chavismo. La mayoría de las personas que aparecen en estas bases de datos, dado a que reciben ayuda o algún tipo de beneficio del Estado, son blancos fáciles de la intimidación y de las operaciones de control social.
Las personas que aparecen en estas bases de datos son repartidas entre los distintos “patrulleros”, quienes tienen la tarea de cerciorarse de que fueron a votar, y en ocasiones incluso llevan los electores hasta la máquina de votación para monitorear el acto del sufragio y asegurarse de que fue a favor del oficialismo, en una práctica de “voto asistido” ampliamente denunciado por la oposición.
Pero el monitoreo sobre la asistencia de los electores es realizado dentro del mismo centro de votación, donde cada dos horas el sistema hace un seguimiento de quiénes fueron a votar y quiénes no, para que los ausentes sean contactados por cada uno de los patrulleros que les fue designado.
Este proceso de seguimiento de electores es realizado a través de miles de computadoras establecidas en los centros de votación, y los datos son incluidos en hojas de cálculo de Excel que luego alimentan el llamado sistema de Control de Procesos.
Parte de la información suministrada consiste en datos que hacen sospechar que el sistema fue alimentado directamente del sistema de votación electrónico del Consejo Nacional Electoral.
En un borrador de la hoja de Excel utilizada por el Control de Procesos, por ejemplo, aparecen celdas reservadas para incluir cortes por hora de la votación emitida a favor de la oposición y del chavismo, información a la que sólo tienen acceso las autoridades electorales.
“La gran lección de estos comicios es que desmontan el mito de que el sistema electoral venezolano es impecable. Eso es lo que el chavismo ha querido proyectar internacionalmente, pero en Venezuela se sabe bien que no lo es. En Venezuela todos sabemos que es totalmente manipulado”, dijo De la Cruz.
Fuente: Nuevo Herald