La figura del fallecido líder bolivariano y lo que todavía representa para el país, determinante en las elecciones
Exactamente 7.255. Este es el número de veces que, a día de hoy y con la campaña electoral ya cerrada, el oficialista Nicolás Maduro ha mencionado al fallecido Hugo Chávez. Aún muerto, no ha habido debate en el que no estuvieran presentes él o sus ideas, dejando claro hasta qué punto su legado sigue siendo relevante en el futuro del país.
«Chávez vive, la lucha vive», ha sido la consigna del oficialismo. «Nicolás no es Chávez», se ha empeñado en resaltar la oposición. Si leemos más allá de estas palabras, la conclusión es muy evidente: lo que Maduro y los suyos tratan de poner de relieve es que si los venezolanos les dan su voto, el 14 de abril supondrá la fecha de la continuidad de la obra chavista mientras que, como en las pasadas elecciones, para la oposición es una nueva oportunidad para liderar el cambio tras 14 años.
Venezuela ha vivido sobre estas bases generales la que ha sido una de las campañas electorales más cortas de su historia, del 2 al 11 de abril, convocadas, tal y como establece la Constitución, en el plazo de 30 días tras la muerte del presidente. Eso sí, previamente, y al contrario de lo que determina la Carta Magna, ha sido el vicepresidente Maduro el que ha tomado las riendas del país en lugar del presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.
«Mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que en ese escenario que obligaría a convocar a elecciones presidenciales ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente», afirmaba el pasado mes de diciembre Hugo Chávez. Sus palabras fueron determinantes para introducirle de lleno en la vida política venezolana.
Una vez cumplido ese escenario al que se refería el ex presidente, los mensajes de la campaña de Maduro han girado en torno a esa idea: «Todos somos Chávez», «Con Chávez y Maduro, la gente está a salvo». Con todo, Maduro se empeña en asegurar que él no es la misma persona que su predecesor, lo describe en sus actos como «su padre» y usa grabaciones en sus apariciones públicas en las que se puede ver al líder oficialista ensalzándolo como sucesor.
En otras ocasiones, ese vínculo al que tanto se aferra Maduro ha adoptado tintes sobrenaturales, como aquella afirmación que se ha hecho tan popular en la que el candidato aseguró que Chávez se le había aparecido como un «pajarito chiquitico» y lo bendijo. Con todo, él se presenta como alguien cuya única ambición es la de servir al presidente y ahora la de honrarle consolidando su socialismo bolivariano.
«A Maduro no se le ve como un auténtico líder»
Esta forma de actuar de Maduro es, según los analistas, una táctica a la que tiene que recurrir puesto que carece de la popularidad e influencia que tenía el expresidente: «Maduro era muy poco conocido el año pasado en Venezuela. Su valor por sí mismo es bajo ya que no se le ve como un auténtico líder. Sus posibilidades de victoria están ligadas a que se le percibe como un vehículo de Chávez. La gente no le vota por él en sí, sino que votan a Chávez a través de él», aseguraba a «The Guardian» Luis Vicente Leon, director de «Datanalisis».
«Liderazgo prestado»
Consciente de sus dificultades para combatir la sombra del expresidente, Henrique Capriles enfatiza que lo que posee su oponente es un «liderazgo prestado» y ha adoptado un estilo mucho más agresivo e irónico que el que empleó en la anterior cita electoral: «Yo creo que Nicolás se tragó un pajarito porque eso es lo que tiene en la cabeza», aseguró recientemente aludiendo a la revelación de Maduro.
Por otro lado, el líder de la oposición también ha centrado buena parte de sus mensajes insistiendo en la posibilidad de cambio que se presenta para los venezolanos, enfatizando la necesidad de que se convierta en un país «distinto, productivo y seguro». También ha marcado sus apariciones una denuncia según la cual un militante del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) obtuvo una clave con la que se puede acceder a las máquinas de votación.
«He tolerado muchos abusos en la anterior campaña presidencial porque pensé que era contraproducente focalizar todo en eso. Ahora creo que es imperativo romper con el constante abuso de poder que ha secuestrado todas las instituciones», denunció Capriles en uno de sus mítines.
En el exterior se han escuchado mensajes en esta línea, que denuncian además que los recursos de las campañas electorales son claramente desiguales: «Los aspectos técnicos del proceso siempre se han manejado muy bien pero, al mismo tiempo, el proceso electoral ha tenido problemas como campañas desiguales y el usos de los recursos», aseguraba a la cadena CNN Jennifer McCoy, directora del Centro Carter.
Más allá de Chávez, los dos candidatos han puesto especial interés en los que han sido los grandes protagonistas de sus campañas: la economía y la criminalidad del país, principales preocupaciones de los venezolanos. Las soluciones presentadas por ambos para gestionar estos problemas serán determinantes para el voto que, además, nos dará la respuesta que sobrevuela en el ambiente: ¿vivirá el chavismo después de Chávez?
Fuente: abc.es