L’esprit de sérieux del que hablaba Sartre o, lo que es lo mismo, la seriedad, está en pleno auge, incluso en nuestra vida sexual. En una época sexualizada por los medios, nuestro disfrute parece estar bajo control, condicionado por los resultados. Nuestras exigencias en torno al orgasmo lo único que consiguen es empobrecer nuestra sexualidad y nos impiden desarrollar una visión divertida y creativa de nuestra sensualidad. Por más de un motivo, la risa puede desempeñar un papel importante en nuestra búsqueda del erotismo. Además, ¿no se suele decir que el que hace reír a una mujer tiene más de la mitad del camino ganado…? Y si detrás de esta idea se escondiesen verdades basadas en el sentido común. Marisa Ortolan, terapeuta en psicología biodinámica y profesora de Tantra, analiza la cuestión para nosotros y nos descubre los beneficios de la risa tanto para el cuerpo, como para nuestra psique. Puede actuar de manera positiva sobre nuestra libido, despertar nuestro deseo y abrirnos nuevos caminos para el placer. ¡Unas cuantas razones para no tomarnos tan en serio nuestras relaciones sexuales!
Liberar nuestra energía sexual
Una simple carcajada y la piel se sonroja, el cuerpo se sacude, los ojos se iluminan… signos que indican que la libido está circulando libremente. “En cuanto se desata, la risa acaba con nuestras corazas musculares, que tanto obstaculizan nuestro disfrute”, explica Marisa Ortolan.
Bien protegidos detrás de nuestras corazas, formadas principalmente por nuestras neurosis, nuestros miedos y todas nuestras tensiones, estamos como atrapados, privados de nuestra energía sexual. Cuando nos reírnos, se produce una especie de apertura, un momento de gran liberación. La risa “ablanda, incluso disuelve” la coraza, dejando que la libido circule de manera natural. Para Marisa Ortolan: “la risa va a provocar una relajación orgásmica y a favorecer nuestra capacidad para sentir placer”.
Beneficios que ya nos desvelaba el doctor Henri Rubinstein, especialista del sistema nervioso. En su opinión, reír tiene un papel primordial en el cruce de las manifestaciones musculares, respiratorias, nerviosas y psíquicas del individuo. Cuando nos reímos con ganas, el corazón late tan rápido como si hubiéramos corrido los 100 metros lisos y los pulmones expulsan enormes cantidades de aire. Después del esfuerzo, el merecido descanso. Inmediatamente después, el cuerpo se abandona por completo a una relajación profunda y reparadora, similar al estado postcoital. Desde un punto de vista fisiológico, esto se debe a que las endorfinas, u opiáceos naturales del cuerpo, se difunden abundantemente en el cerebro, resultando en una profunda sensación de bienestar.
Relativizar nuestras preocupaciones
El estrés laboral, la rutina diaria y las exigencias de rendimiento que existen en torno al sexo, contribuyen a multiplicar nuestras tensiones. “Reír hará que relativicemos nuestras preocupaciones, sobre todo porque la risa nos proyecta por completo en el momento presente”, continúa Marisa Ortolan. Mientras te ríes a carcajadas, es imposible que te estreses por la reunión de mañana o por la lavadora que se estropeó ayer. La risa consigue que nos abandonemos por completo, muy positivo para nuestro control: nos ayuda a aceptar lo desconocido, tanto en lo relativo al placer como a las nuevas sugerencias eróticas, y a superar nuestros miedos. ¡Volvemos a estar a nuestra disposición y a la de los encuentros sexuales!
Acostumbrarnos a reír
Bajo las sábanas, no somos muy dados a la risa, especialmente las mujeres. A veces, condicionadas por su imagen de femme fatale, por la preocupación de hacerlo bien o por la búsqueda de profundidad en sus parejas, no piensan en reír a gusto para subir la temperatura de sus relaciones sexuales. “Los hombres, por su parte, asocian las dos cosas con más facilidad”, confiesa nuestra experta. Más propensos a las bromas picantes, a probar condones divertidos, o a hacer realidad ciertas fantasías, nos abren el camino. En lugar de ofenderse, ¿por qué no dejarse llevar por su buen humor sexual?
Hoy en día, para reírte durante tus encuentros sexuales, puedes apostar por las novedades que proponen los numerosos rincones dedicados al deseo. Los juegos sexuales y un sinfín de juguetes divertidos añadirán un toque picante al erotismo en toque de humor. ¡Este puede ser un buen comienzo!
Practicando tantra vivirás tus relaciones de manera divertida y sagrada. “En el estilo de vida tántrico, la risa es una de las puertas para abrir la mirada, tocar el corazón y llegar al orgasmo”, recuerda Marisa Ortolan. Un enfoque que, al mismo tiempo, concilia profundidad y superficialidad. // IPP
Fuente: doctissimo.es