El próximo domingo 14 de abril Venezuela celebrará una nueva elección presidencial. El ganador de los comicios asumirá una economía dependiente del petróleo y con un aparato productivo estancado.
Los datos oficiales muestran que la aplicación del denominado «Socialismo del siglo XXI» durante casi tres lustros ha tenido efectos negativos en el sector manufacturero. La industria perdió peso en su aporte a la economía.
De acuerdo a las estadísticas del Banco Central de Venezuela (BCV) la manufactura apenas representó 13,9% del Producto Interno Bruto (PIB). El dato confirma un proceso de desindustrialización ocurrido en los últimos años, ya que en 1998, año previo a la llegada de Hugo Chávez al poder, la industria suponía 17,3% del PIB.
En 2012 la manufactura apenas creció 1,8%, cifra muy por debajo del salto que tuvo el comercio, las telecomunicaciones o las instituciones financieras, sectores que no son tan importantes como la industria a la hora de crear puestos de trabajo.
La radiografía del BCV es más grave si se toma en cuenta que de los 16 subsectores de la manufactura que analiza la institución, nueve producen menos que en 1997.
Productos textiles, prendas de vestir, curtido y adobo de cueros, productos de metal, maquinaria y aparatos eléctricos, así como vehículos son algunas de esas áreas más golpeados en los últimos años.
Otro indicador que comprueba el deterioro en la producción es el de las exportaciones no petroleras. En 2012 apenas sumaron los 3.771 millones de dólares, cifra que significa un 31,79% menos que en 1998. Al detallar los datos se observa, además, que al cierre del año pasado las exportaciones no petroleras del sector privado apenas fueron de $1.575 millones.
La Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) ha alertado durante años que sin un cambio en las políticas económicas los resultados de la industria tampoco variarán. Controles de precios prolongados, trabas para obtener divisas oportunamente, escasez de materia prima e insumos, conflictividad laboral e inseguridad jurídica son algunos de los obstáculos que destacan los industriales a la hora de explicar el estancamiento del aparato productivo.
La encuesta de coyuntura del gremio, correspondiente al último trimestre de 2012, indicaba que 85% de los industriales citaba la «incertidumbre política» como el principal obstáculo para elevar la producción. La falta de divisas y la escasez de materia prima, destacada por 85% y 80% de los consultados, fueron las otras dos principales barreras.
Desde el propio BCV se advirtió recientemente al Presidente encargado, Nicolás Maduro, parte de esos problemas ante el evidente repunte de la escasez y la inflación. Por tal motivo, en un punto de cuenta se le recomendó a Maduro evaluar «el impacto que puede generar en el mercado la medida de aplicar precios sugeridos a todos los alimentos», tal y como han esgrimido algunos ministros.
Recientemente, el ex ministro de Industrias Básicas y Minería, Víctor Álvarez, expresó la necesidad de desarrollar la «industrialización socialista» y realizó una síntesis de lo ocurrido en los últimos años.
«La lección fue clara: apostar a la desaparición de la economía capitalista sin haber creado antes la nueva economía socialista es el atajo perfecto para quedar atrapados en un círculo vicioso de caída de la producción, escasez, acaparamiento, especulación, inflación, desempleo y creciente malestar social».
Señales negativas
Transcurrido un trimestre de 2013 las expectativas no son favorables. Por el contrario, las señales de la economía apuntan a una desaceleración de áreas clave como la industria de alimentos, el ensamblaje de vehículos o la fabricación de autopartes.
El caso de la industria de alimentos es emblemático. Tras acumular seis trimestres consecutivos de caída, se recuperó en el cuarto trimestre de 2012, pero los industriales han reportado dificultades en los primeros meses de 2013 para obtener materia prima, un rezago de precios que coloca a las empresas a producir a pérdida en distintos rubros y la falta de divisas para importar insumos.
El mal desempeño de este sector ha obligado al Gobierno nacional a aumentar año tras año los recursos destinados para la importación de alimentos, beneficiando así a los productores de otros países.
Por su parte, la Cámara Automotriz de Venezuela (Cavenez) informó que en el primer trimestre de este año el ensamblaje de vehículos retrocedió 51% debido a la demora en la entrega de los dólares y en la emisión de los permisos para importar el material de ensamblaje.
La Cámara de Fabricantes Venezolanos de Productos Automotores (Favenpa) ha señalado que las empresas del sector trabajan a 50% de su capacidad por los atrasos en la asignación y liquidación de divisas por parte de las autoridades.
«Las perspectivas son poco favorables, y probablemente no consideraban totalmente el impacto de las medidas adoptadas este año, que restringen aún más el acceso a las divisas y la posibilidad de ajustar precios», alertó la semana pasada Conindustria.
Fuente: El Universal