Uno de los campos de la medicina que más expectativas ha generado en los últimos años es la terapia celular: el aislamiento de células embrionarias humanas, la potencialidad de las células madre adultas y el desarrollo de la terapia génica muestra un futuro esperanzador para un importante número de enfermedades actualmente consideradas incurables. Padecimientos de la retina, parálisis, cardiopatías y diabetes, son algunas de las áreas que están siendo beneficiadas con la investigación celular.
Uno de los pioneros en este tipo de trabajo es Camillo Ricordi, director del Diabetes Research Institute de la Universidad de Miami, quien con un equipo de 140 médicos e investigadores, están trabajando en la cura de la diabetes a través del trasplante de células. Ricordi ha venido trabajando con el trasplante de un grupo de células especiales, llamadas isletas, a pacientes con diabetes tipo 1 severa. Lo que ha logrado es que en vez de trasplantar un órgano entero, se inserten las isletas en el páncreas para la inducción de la tolerancia inmune.
Hay que recordar que la diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune crónica para la que aún no existe ninguna cura. Se desarrolla por el ataque del sistema inmune contra las propias células beta del páncreas, encargadas de producir la insulina, hormona que permite que el azúcar (glucosa) ingrese en las células del cuerpo, provocando así una acumulación de glucosa en el torrente sanguíneo y todas las consecuencias dañinas para la salud que esto acarrea.
Hasta ahora Ricorti y su equipo han logrado que un 50% de los pacientes tratados de esta forma se mantengan sin insulina hasta por cinco años, un resultado similar al que se consigue con un trasplante de páncreas tradicional. El problema es que no todos califican para estos trasplantes y las células de los donantes son escasas, además de que aquellos beneficiados necesitan medicamentos por períodos prolongados contra el rechazo para que su sistema inmune no ataque a las células extrañas.
De allí que Ricorti y su equipo estén trabajando en otras investigaciones como la de crear cápsulas para proteger las células del sistema inmunológico. Están haciendo experimentos con dos materiales: un extracto de algas y la gelatina que se utiliza en la industria farmacéutica para las cápsulas.
También adelantan investigaciones sobre una nueva prueba clínica que está utilizando células de la médula ósea del donante para reemplazar el sistema inmunológico del receptor, nuevas formas para hacer llegar las drogas contra el rechazo solo a las células que lo necesitan y la utilización de células de fuentes alternativas como las progenitoras del páncreas del propio paciente, lo cual eliminaría la necesidad de trasplante y de drogas antirrechazo.
En el equipo del Instituto Diabetes Research aseguran que en cuestión de dos años pudieran estar dando la noticia del siglo en el mundo médico: la cura a la diabetes tipo 1. Todo el mundo cruza los dedos porque así sea.
IMPACTO EN NÚMEROS
La diabetes afecta actualmente a más de 285 millones de personas en el mundo y se espera que alcance los 438 millones en 2030. Solo una de cada 20 personas diabéticas tiene tipo 1, la cual se presenta más frecuentemente en jóvenes y niños. De hecho, el International Diabetes Federation calcula que hay unos 490.000 niños de menos de 15 años con diabetes tipo 1 en el mundo. De los cuales se calcula que hay entre 80 y 100.000 con necesidad urgente de asistencia.
La susceptibilidad a padecer diabetes mellitus tipo 1 parece estar asociada a factores genéticos múltiples, aunque solo el 15 ó 20% de los pacientes tienen una historia familiar positiva.
Según datos del Programa Endocrinometabólico del Ministerio de Salud, aproximadamente 6% de la población venezolana sufre de diabetes, lo cual corresponde a 1 millón 500 mil personas con el tipo 2 de esta enfermedad, asociada a la obesidad y malos hábitos alimenticios, y alrededor de 8.000 pacientes con diabetes tipo 1.
La diabetes también es la causa principal de casos de ceguera en los adultos, y más de la mitad de las amputaciones de los pies y las piernas, de 30% de los casos de enfermedades de las encías en personas mayores de 19 años, y de entre 60 y 70% de los daños en el sistema nervioso.
Asimismo, se estima que por cada venezolano que se diagnostica con diabetes, hay uno que la sufre sin saberlo. Algunos expertos señalan que la diabetes cobra la vida de un latinoamericano cada diez segundos y que, en ese mismo lapso, dos o tres personas desarrollan la enfermedad.
ROCK STAR DEL LABORATORIO
Pero, ¿quién es este hombre que trabaja con tanto afán en la investigación de la cura contra la diabetes? Camillo Ricordi, viene de una familia de músicos. Su padre era Carlo Emanuele, uno de los productores más grandes de la música italiana. Cualquiera hubiese pensado que Ricordi iba a preferir las baquetas al bisturí; pero este hombre calificado por muchas publicaciones como el ‘rock star’ del laboratorio, se consagró a la vida científica.
Hizo todos sus estudios de grado y posgrado en Milán, Italia. Luego, como profesional, se ha dedicado a la vida académica, siendo profesor de medicina. Su afán de investigar sobre trasplante celular comienza en la década de los noventa. Desde entonces ha liderado grupos de científicos sobre trasplante celular y ha venido perfeccionando el método de aislamiento de los islotes, incluso, con el invento de una máquina especial para ello que ha sido premiada por su gran aporte al mundo de la cirugía. No es su única invención, a la fecha, Ricordi ha registrado ya 11 patentes.
Actualmente se desempeña como director Científico y Académico de la Universidad de Miami Diabetes Research Institute. En la Universidad de Miami Leonard M. Miller School of Medicine, también es jefe de la División de Trasplante Celular y director del Centro de Investigación de la Diabetes. Muchos, en el mundo científico, creen que este hombre que hace caso omiso a los caminos tradicionales, fáciles y comunes, parece estar transitando la vía hacia el Premio Nobel de la Medicina. Es cuestión de tiempo, como la cura de la diabetes que él busca con tanta pasión.
SEÑALES DE ALERTA
• Emisión excesiva de orina.
• Ganas descomunales de comer.
• Pérdida de peso sin razón aparente.
• Cansancio y debilidad.
• Irritabilidad y cambios de ánimos.
• Malestar estomacal y vómitos.
• Infecciones frecuentes.
• Vista nublada.
• Rasguños que no se curan.
• Picazón en manos y pies.
• Mal aliento.
• En hombres, aparición de impotencia.
• En mujeres, ausencia de la menstruación. /JM
Fuente: Estética y salud