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Exequias de Chávez están ligadas a sitios clave del 4-F

Posted on: marzo 9th, 2013 by lina

La Academia Militar y el Museo Histórico Militar fueron cruciales en la conspiración que culminó con el alzamiento de 1992

 

Hugo Chávez, presidente de la República fallecido, reposa en su féretro con el uniforme de gala del Ejército y la boina roja de paracaidista, el cuerpo élite de combate del cual formó parte. Lo han velado en capilla ardiente en el salón principal de la Academia Militar y lo expondrán en urna de cristal en el Museo Histórico de la Fuerza Armada Nacional.

 

Las exequias se han realizado en dos escenarios de la institución armada que representan el comienzo y el fin del alzamiento del 4 de febrero de 1992. El primero fue clave en la gestación de la insurrección contra Carlos Andrés Pérez y el segundo fue el lugar de su rendición esa misma fecha.

 

La derrota militar de entonces la transformó en una victoria política al cabo de seis años, cuando llegó con votos a la jefatura del Estado, de la cual no salió definitivamente sino con su fallecimiento.

Academia Militar 2013: un ciudadano se acerca a la urna de Chávez. Le dedica el saludo que los integrantes de la FAN le dan a los oficiales superiores: pone rígida la palma de la mano derecha y la lleva a la altura de la sien.

 

El civil que acaba de hacer la venia militar puede que no recuerde un episodio ocurrido en ese lugar 31 años antes. Fue en 1982 y el presidente era apenas un teniente – a punto de ascender a capitán– que ordenó reunir en el patio a los cadetes.

 

Les dio una arenga en la que criticó la actuación de Gran Bretaña en la guerra contra Argentina por las islas Malvinas. Así fue como Florencio Porras conoció al futuro jefe del Estado. El ex gobernador de Mérida, quien participó el 4–F en el intento de golpe contra el presidente Pérez, tenía 17 años de edad.

 

“Nos decíamos: ‘Bueno, este teniente está loco, diciendo estas cosas y exponiéndose a que le llamen la atención’”, relató en una entrevista que le concedió en 2010 a José Sanz Rotz.

 

Chávez ya había ascendido a capitán cuando fue designado oficial de planta de la Academia Militar en 1984. Esa cualidad le permitió impartir un curso de historia a promociones posteriores.

 

Aprovechó su posición para conspirar y desarrollar una serie de contactos clandestinos con los militares en formación que, después, participaron en el intento de golpe de 1992 y que hoy ocupan cargos clave de poder político y castrense.

 

La academia –así lo explica el general de división retirado Fernando Ochoa Antich– sirvió como el epicentro de las células que se organizaron para captar y adoctrinar a jóvenes oficiales que se graduaron entre 1985 y 1987 en el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, cuya fundación se hizo en 1983 con el juramento del Samán de Güere (Aragua) que lideró Chávez. Las críticas a la democracia eran un patrón común.

 

En la institución, el gobernante también sacaba partido de las actividades deportivas y culturales: allí ensayó el histrionismo, que después usó como arma política. “Le gustaba actuar”, recuerda Raúl Salazar, primer ministro de la Defensa designado por Chávez.

 

El Gran Hall. Así se llama el lugar de la Academia Militar donde velan a Chávez. Otro hombre se acerca y besa dos veces el féretro del gobernante muerto.

 

Quien hizo el gesto ayer no es un venezolano y mucho menos un ciudadano común: es Mahmud Ahmadineyad, el presidente de Irán. Siempre habló de su homólogo venezolano como un aliado estratégico: la nación persa que conduce ha sido sometida a sanciones de Naciones Unidas por un programa nuclear al que le atribuyen propósitos bélicos, lo que él ha negado, como lo hizo en vida Chávez.

 

Poco debe saber el gobernante iraní sobre el salón donde reposan los restos de su aliado. Carlos Guyón, ex diputado y capitán retirado que participó en el 4-F, lo describe así: “El Gran Hall es un sitio sagrado, donde se colocan las placas de todas las promociones.

 

Los viernes a primera hora se hacen las misas para pedirle a Dios por la semana. Es un sitio casi prohibido para el cadete”.

 

Fue allí también donde el ex vicepresidente José Vicente Rangel le hizo una entrevista a Chávez en agosto de 2011. El Presidente tenía el cabello al rape y acababa de regresar de Cuba, después de los primeros tratamientos de quimioterapia contra el cáncer que luego le quitó la vida.

 

Entonces le dijo a Rangel cómo valoraba la Academia Militar: “Para mí, es un templo”. Con un video de ese diálogo transmitido en cadena nacional se iniciaron los funerales.

 

Museo Histórico Militar de Caracas: 2013. Ayer, empleados de la Corporación de Servicios Municipales de la Alcaldía de Libertador trabajaban en el mantenimiento de las áreas externas: pintaban las paredes y podaban la maleza.

 

Una compañía privada apuraba el paso para adecuar el sitio donde los restos del presidente fallecido serán exhibidos, como han dicho voceros del Gobierno, “para la eternidad”.

 

Alguna vez el lugar fue la sede del Ministerio de la Defensa, despacho gubernamental que fue mudado a Fuerte Tiuna en 1983 –como lo confirma el ex ministro Salazar– año en el que Chávez avanzaba en el reclutamiento de voluntades para sublevarse con las armas de la institución.

 

El museo fue escogido en 1992 por el entonces teniente coronel como centro de comando de los alzados del 4-F. El lugar, enclavado en la parroquia 23 de Enero, ofrece una perspectiva privilegiada sobre un punto estratégico: el Palacio de Miraflores. Chávez logró movilizar tropas del 422 Batallón Antonio Nicolás Briceño, unidad de paracaidistas acantonada en Aragua.

 

Los informes de la época del vicealmirante Elías Daniels, inspector general de las antiguas Fuerzas Armadas Nacionales, indican que 461 oficiales y tropas del batallón estuvieron involucrados en la insurrección.

 

Chávez se vio forzado a negociar la rendición aproximadamente a las 8:00 am, en medio de amenazas de un bombardeo de cazas F-16, de problemas de comunicación y del contraataque de las fuerzas leales al Gobierno.

 

Antes de abandonar el museo ordenó recoger las armas y reunió a los soldados en el patio, donde les dio un breve discurso. De allí fue conducido hasta el Ministerio de la Defensa donde se le permitió emitir la famosa declaración en vivo con el mensaje que indicaba que los objetivos de la rebelión no se habían cumplido “por ahora”.

 

Como Presidente, ordenó cambiar los propósitos de la instalación: allí funciona el Comando Nacional de la Milicia Bolivariana y en su fachada se despliegan las letras 4–F, que recuerdan la fecha en la que fue derrotado. Ya no es el cuartel de un alzado, sino la morada desde donde los seguidores del Presidente intentarán inmortalizarlo

 

¿Fuente: El Nacional

 

David Gonzalez

El fenómeno Chávez

Posted on: marzo 9th, 2013 by lina

La apoteósica despedida que le ha dado Venezuela al presidente Hugo Chávez no termina.

Millones de seguidores vestidos de rojo continúan desfilando ante su féretro. Para permitir que nadie se quede sin verlo, su familia autorizó prolongar siete días más la cámara ardiente.

Mandatarios de muchos países se hicieron presentes en la última ceremonia oficial y Time, la prestigiosa revista gringa, le dedicó su carátula. Para que siga siempre presente, la dirigencia venezolana decidió que lo embalsamaran.

El fenómeno Chávez ha conmovido al mundo. Su imagen adquirió dimensiones planetarias, pero falta ver qué pasará en Venezuela sin él.

Nicolás Maduro, elegido por Chávez como su leal sucesor, ha intentado estar a la altura, pero se ha extralimitado en oratoria y en declaraciones. Para congraciarse con las turbas chavistas, osó sugerir que el cáncer que finalmente segó la vida de Chávez fue inoculado por sus mortales enemigos, vale decir USA.

Y trajo a cuento lo que dicen de Yasser Arafat: que murió envenenado. Pero, según los científicos, la acusación de Maduro no tiene sentido, pues el cáncer no puede inocularse.

A propósito de esta enfermedad temible, Chávez tuvo que informarle a su pueblo que tenía un tumor canceroso. La manera como soportó su enfermedad fue realmente admirable. Mas su verdadero viacrucis fue mimetizado con mucho cuidado.

realidad de su situación, los pormenores de su enfermedad solo los conocieron los médicos cubanos que lo trataron, los dos hermanos Castro, Nicolás Maduro y talvez dos o tres altos funcionarios venezolanos. Pero, cuándo murió Hugo Chávez y cómo transcurrió en La Habana la última jornada del carismático mandatario, es una incógnita.

Una desinformación muy bien planeada le permitió a Nicolás Maduro manejar el declinar del mandatario, de acuerdo con su necesidad de mantener las riendas del poder.

La última vez que se vio a Chávez vivo fue abordando con cierta dificultad el avión que lo llevaría a Cuba para someterse a nuevas operaciones y tratamientos, porque el cáncer que padecía reapareció.

A partir de ese momento, Maduro asumió el manejo de la información. Sin que nadie pudiera contradecirlo, se encargó de manipular la verdadera situación de Chávez.

Amparado por un silencio sin interrupción, Maduro quiso hacer creer que unas nuevas medidas anunciadas las había tomado Chávez. No obstante la escasez de noticias, se sabía que aquel estaba entubado.

En esas condiciones, ¿cómo creerle a Maduro que Chávez seguía actuando como jefe de Estado y que había conversado con él durante cinco horas? Para Henrique Capriles, jefe de la oposición, lo que decía Maduro no podía ser cierto.

Las especulaciones sobre la salud de Chávez , que tanto irritaban a Maduro, llegaron al extremo de afirmar que había muerto en Cuba. Para desmentir dimes y diretes, se publicó una foto de Chávez, sonriente y sonrosado, en medio de dos de sus hijas, foto que quisieron actualizar poniendo en sus manos un periódico Granma del día.

Que la foto era un montaje, podía captarlo cualquiera, pues era imposible que después de dos meses de sufrimientos, sometido a graves operaciones, Chávez pudiera lucir tan rozagante.

Finalmente, Chávez descansó en paz. Sin saber si murió en La Habana, como dicen algunos, o en Caracas, como dicen el gobierno, lo cierto es que se ha convertido en un mito. Usó la riqueza petrolera para ayudarles a los pobres de su país y para ayudar a países amigos: Cuba, Bolivia, Nicaragua, Argentina.

al lado de tanta generosidad, Chávez atropelló sin contemplaciones a quienes tenían algo que perder y a quienes no compartían sus políticas

Combinaba su arrolladora simpatía con violentas y vulgares acometidas contra sus adversarios. Pero con dólares petroleros y con carisma, pudo imponerse en el continente. Como líder, dejó en pañales a su ídolo, Fidel Castro. A Chávez, un fenómeno político, el mundo le rinde pleitesía. La historia se encargará de ubicarlo.

Lucy Nieto de Samper

lucynds@gmail.com

Hugo Rafael Chávez Frias

Posted on: marzo 9th, 2013 by lina

Ha entregado su alma al creador el presidente Hugo Rafael Chávez Frías. Con la oración de la recomendación del alma, decimos: “alma cristiana, al salir de este mundo, marcha en el nombre de Dios padre Todopoderoso, que te creó; en el nombre de Jesucristo, hijo de Dios vivo, que murió por ti; en el nombre del Espíritu Santo, que sobre ti descendió”.

 

Con la Conferencia Episcopal manifestamos nuestro pesar por este hecho que enluta a la nación y expresamos la más sincera condolencia a sus padres, hermanos, hijos y demás familiares, a los poderes públicos, a sus partidarios y amigos; y a todo el pueblo venezolano, pues rigió los destinos del país. Al mismo tiempo aseguramos una piadosa oración por el eterno descanso en Dios del ciudadano presidente.

 

En los momentos más difíciles de su existencia, cuando fue sometido a prisión, y en los acontecimientos de abril 2002, tuvo la cercanía de varios obispos para garantizarle la vida, en circunstancias nada fáciles. La caridad sacerdotal estuvo por encima de cualquier discrepancia o diferencia.

 

Invitamos a todo el pueblo creyente de Venezuela a elevar en los próximos días oraciones por su eterno descanso, por el consuelo y fortaleza espiritual de los suyos.

 

La muerte es momento privilegiado para el perdón y la reconciliación. Tenemos la obligación de seguir adelante dando razón de la fe que recibimos desde el bautismo.

 

Por ello, exhortamos a todos para que estos días de duelo sirvan para buscar caminos de entendimiento y de paz para todos, de superación de todo odio o división, para que seamos constructores de la patria bonita que todos anhelamos. Será el mejor homenaje a su memoria.

 

Descanse en paz, Hugo Rafael Chávez Frías. Que vengan en su ayuda los santos de Dios; y salgan a su encuentro los ángeles del Señor.

 

Baltazar Porras

Un amanecer distinto para Venezuela

Posted on: marzo 9th, 2013 by lina

“Si un hombre fuese necesario para sostener el Estado, este Estado no debería existir, y al fin no existiría”.

 

Simón Bolívar, 20 de enero de 1830

 

Tenía una concepción binaria del mundo. Veía el mundo dividido entre amigos y enemigos, entre chavistas y “pitiyanquis”, entre patriotas y traidores. En libros y ensayos reconocí su vocación social.

 

Creo que la democracia latinoamericana no podrá consolidarse sin Gobiernos que, junto al ejercicio de las libertades y el avance de la legalidad, busquen formas efectivas y pertinentes de apoyar a los pobres y marginados, a los que no han tenido voz y apenas voto.

 

Pero una cosa es la vocación social y otra es la forma en que se practica esa vocación. Obsedido por una anacrónica admiración del modelo cubano (y por la ciega veneración de su caudillo eterno, a quien muchas veces llamó “padre”), Hugo Chávez desquició las instituciones públicas venezolanas, desvirtuó y corrompió a la compañía estatal PDVSA y protagonizó lo que quizá sea el mayor despilfarro de riqueza pública en toda la historia latinoamericana.

 

Pero siendo tan graves sus errores económicos, palidecen frente a las llagas políticas y morales que infligió a su país.

 

Chávez no solo concentró el poder: Chávez confundió —o, mejor dicho, fundió— su biografía personal con la historia venezolana. Ninguna democracia prospera ahí donde un hombre supuestamente “necesario”, imprescindible, único y providencial, reclama para sí la propiedad privada de los recursos públicos, de las instituciones públicas, del discurso público, de la verdad pública.

 

pueblo que tolera o aplaude esa delegación absoluta de poder en una persona, abdica de su libertad y se condena a sí mismo a la adolescencia cívica, porque esa delegación supone la renuncia a la responsabilidad sobre el destino propio.

 

El daño mayor es la discordia dentro de la familia venezolana. Nada me entristeció más en mis visitas a Caracas (nada, ni siquiera la escalada del crimen o el visible deterioro de la ciudad) que el odio inducido desde el micrófono del poder contra el amplio sector de la población que disentía de ese poder.

 

El odio de los discursos, de las pancartas, de los puños cerrados; el odio de los arrogantes voceros del régimen en programas de radio y televisión. El odio de las redes sociales plagadas de insultos, calumnias, mentiras, teorías conspiratorias, descalificaciones, prejuicios.

 

El odio del fanatismo ideológico y del rencor social. El odio cerrado a la razón e impermeable a la tolerancia. Esa es la llaga histórica que deja el chavismo. ¿Cuánto tardará en sanar? ¿Sanará alguna vez? Es un verdadero milagro que Venezuela no haya desembocado en la violencia partidista y política.

 

Nada me entristeció más que el odio inducido desde el micrófono contra los antichavistas

 

Desde hace unas semanas, al agudizarse la enfermedad de Chávez, anticipé su inmediata y tumultuosa santificación. Así ocurrió con Evita Perón en Argentina, pero dada la tradición caudillista de Venezuela, la sacralización de su figura será más honda y permanente. Hugo Chávez ha logrado la inmortalidad que soñó siempre.

 

En el alma de muchos de sus compatriotas (y de no pocos simpatizantes en América Latina) compartirá las glorias del Libertador. Hasta el comandante Fidel Castro podría sentirse desplazado, víctima de un suave pero implacable parricidio.

 

¿Qué ocurrirá ahora, tras su muerte? Toda conjetura es riesgosa y todo puede pasar, hasta la división interna entre el ala ideológica y militar del chavismo o el triunfo de la oposición.

Con todo, es probable que el sentimiento de pesar, aunado a la gratitud que un amplio sector de la población siente por Chávez, faciliten el triunfo de un candidato oficial en unas eventuales elecciones.

 

A ello contribuirán también los órganos electorales, fiscales, judiciales y —en parte— los legislativos, que seguirán en manos del chavismo. Su retrato, su silla vacía, su imagen retransmitida interminablemente, acompañarán por un tiempo al nuevo presidente.

 

Pero todos los duelos tienen un fin. Y en ese momento todos los venezolanos, chavistas y no chavistas, deberán enfrentar la gravísima realidad económica.

 

Los indicadores de alarma son del dominio público. El déficit fiscal es del 20% del PIB, unos 70.000 millones de dólares. El tipo de cambio oficial de poco más de 6 bolívares por dólar, se triplica en el mercado negro.

 

La inflación, por varios años, ha sido la más alta de la región. El desabasto (originado por el desmantelamiento de la planta productiva, el éxodo de la clase media profesional y la crónica falta de inversión) se ha convertido casi en una tradición venezolana.

 

Hay una aguda carestía de divisas. ¿Cómo explicar que un país que en la era de Chávez ha percibido más de 800.000 millones de dólares por ingresos petroleros presente cuentas tan alarmantes?

 

Buena parte de la explicación está en el petróleo. En 1998 Venezuela producía 3,3 millones de barriles diarios y exportaba (y cobraba) 2,7 millones de barriles diarios. Ahora la producción se ha desplomado a 2,4 millones de barriles diarios, de los que solo cobra 900.000 (los que vende a Estados Unidos, el odiado imperio).

 

El resto que no se cobra se divide así: 800.000 van al consumo interno, prácticamente gratuito (y que provoca un jugoso negocio de exportación ilegal); 300.000 se destinan a pagar créditos y productos adquiridos en China; 100.000 se restan por importación de gasolina; y 300.000 van a países del Caribe que pagan (si es que pagan) con descuentos y plazos amplísimos; o simbólicamente, como Cuba, que paga sus 100.000 barriles con el envío de personal médico, educativo, y policial (y se beneficia del petróleo venezolano al extremo de reexportarlo).

 

El nuevo líder ya no será el que lo explicaba todo, lo justificaba todo, lo amortiguaba

todo

Un presidente chavista deberá enfrentar esta realidad y encarar al público.

 

Pero ese mandatario ya no será Chávez, el hipnótico Chávez, Chávez el taumaturgo, el líder que lo explicaba todo, lo justificaba todo, lo amortiguaba todo. La gente reaccionará a esas situaciones con indignación: culpará a los chavistas de no estar a la altura de su legado, dirá “Chávez no lo habría permitido”, “Chávez lo habría resuelto”.

 

Llegado ese punto, el propio régimen chavista podría persuadirse de la necesidad de un diálogo conciliatorio que ahora parece utópico. Y ahí podría abrirse una oportunidad tangible para la oposición.

 

Después de largos años de inconsistencias, omisiones y errores, la oposición venezolana ha estado unida, eligió a un líder inteligente y valeroso (Henrique Capriles) y tuvo un buen desempeño en las elecciones: recabó casi siete millones de votos.

 

Durante la agonía de Chávez, sin dejar de alzar la voz de protesta, la oposición mostró una notable prudencia que debe refrendar en estos días de duelo y crispación. Si la oposición —que ha esperado tanto— conserva la cohesión y la presencia de ánimo, podría avanzar en las siguientes elecciones (legislativas, regionales, presidenciales) y recuperar las posiciones que ha perdido.

 

En ese despertar, una fuerza latente deberá despertar también: los estudiantes. Tuvieron un papel clave en el referéndum de 2007 (que impidió la conversión abierta de Venezuela al modelo cubano) y quizá lo tengan una vez más ahora.

 

Si bien nadie puede descartar los escenarios de violencia, no los preveo. Por el contrario: creo que con el fallecimiento del gran caudillo mesiánico (“redentor”, lo llamó abiertamente el propio Maduro) Venezuela deberá encontrar, tarde o temprano, cauces de concordia: si en los tres lustros de Chávez la violencia verbal no se desbordó en violencia física, es razonable esperar que no estalle ahora.

 

Y el cambio podría ser contagioso: Cuba, la Meca del redentorismo histórico, el único estado totalitario de América, podría reformarse también como Rusia y China lo hicieron en su momento.

 

Toda la región podrá oscilar entonces entre extremos políticos no radicales: regímenes de izquierda socialdemócrata, y Gobiernos de economía más abierta y liberal. Y para que el tránsito sea menos accidentado, Estados Unidos haría bien en dar señales inéditas de sensatez, levantando por fin el embargo a Cuba y cerrando definitivamente las cárceles de Guantánamo.

 

El siglo XIX latinoamericano fue el del caudillismo militarista. El siglo XX sufrió el redentorismo iluminado. Ambos siglos padecieron a los hombres “necesarios”. Tal vez en el siglo XXI despunte un amanecer distinto, un amanecer plenamente democrático.

 

Enrique Krauze es escritor mexicano, director de la revista Letras Libres.

Lo bueno, lo malo y lo feo

Posted on: marzo 9th, 2013 by lina

Ya antes de su muerte, Hugo Chávez se había sumado a Fidel Castro y Ernesto Che Guevara en el panteón de líderes latinoamericanos a los que se reconoce al instante en todo el mundo. Y Chávez es de lo más polémico.

 

Es objeto de una profunda admiración que se transforma enseguida en veneración apasionada, y de un antagonismo que se convierte con la misma facilidad en odio intenso. Es inevitable que su labor sea tan difícil de valorar con objetividad como la de otros dirigentes controvertidos como Mao y Perón. No obstante, su legado tiene ciertos aspectos indiscutibles.

 

Lo bueno. La consecuencia más duradera y positiva del mandato de Chávez es que hizo añicos la pacífica coexistencia de Venezuela con la pobreza, las desigualdades y la exclusión social.

 

No fue el primer líder político que convirtió a los pobres en el centro de la conversación nacional. Ni tampoco fue el primero que aprovechó el aumento de los ingresos del petróleo para ayudar a esos pobres. Pero ninguno de sus antecesores lo había hecho de manera tan agresiva.

 

Lo malo. Tras 14 años en el poder, Chávez no ha dejado el país con una democracia más fuerte ni una economía más próspera. A pesar de sus constantes recordatorios de que por fin había logrado que los pobres vivieran con autonomía, y a pesar de que en su presidencia se produjo el aumento más largo y desmesurado de los ingresos por petróleo en toda la historia de Venezuela.

 

Chávez y sus partidarios afirmaban que, durante su mandato, se celebraron 15 elecciones nacionales y referendos, y que sus programas sociales fomentaban la participación y la democracia “directa” o “radical”.

 

Sin embargo, como explica el profesor estadounidense Scott Mainwaring, para que exista democracia es necesario que haya “elecciones libres y justas para designar el Gobierno y la cámara legislativa, el derecho casi universal al voto de los adultos en la era contemporánea, la protección de los derechos políticos y las libertades civiles y el control civil del Ejército.

 

El régimen de Chávez no cumple, ni mucho menos, la primera y la tercera de estas características de la democracia. No existe igualdad de oportunidades electorales, y el respeto a los derechos de la oposición se ha deteriorado gravemente.

 

El Ejército está mucho más politizado e interviene mucho más en política que antes de Chávez”.

 

La otra herencia paradójica –y negativa– de Chávez es una economía que es un desastre. Es paradójica porque su mandato coincidió con una subida de los precios de las materias primas y la presencia de un sistema financiero internacional lleno de dinero en efectivo y dispuesto a prestar a países como Venezuela.

 

Además, el Presidente tenía libertad para adoptar cualquier política económica que quisiera. Sin embargo, en el momento de su muerte, pocos países sufren unas distorsiones económicas semejantes.

 

Venezuela posee uno de los mayores déficits fiscales del mundo, la mayor tasa de inflación, el peor ajuste del tipo de cambio, el incremento más rápido de la deuda y una de las mayores caídas de la capacidad productiva, incluso en el crítico sector del petróleo.

 

Además, durante la era de Chávez, el país cayó a los últimos puestos de las listas que miden la competitividad internacional. La burguesía bolivariana ha amasado enormes fortunas gracias a contratos corruptos con el Gobierno.

 

Lo feo. El presidente Chávez deja una sociedad ferozmente polarizada. Aunque siempre existieron divisiones sociales, el estilo político de Chávez hacía demasiado hincapié en alimentar los resentimientos, la rabia y la venganza, hasta niveles antes desconocidos.

 

Otra faceta desagradable de su mandato es que, durante su presidencia, Venezuela se convirtió en uno de los países con más asesinatos del mundo.

 

Los organismos internacionales de policía consideran asimismo que el país es un refugio de falsificadores, blanqueadores de dinero y traficantes de seres humanos, armas y drogas.

 

Naciones Unidas, Venezuela se ha convertido en el principal proveedor de drogas de Europa. El Departamento del Tesoro estadounidense ha acusado a ocho miembros destacados de la administración de Chávez de encabezar redes de narcotráfico.

 

Ante todo ello, Chávez permaneció callado insólitamente y pasivo.

 

La oportunidad perdida. El pueblo venezolano dio a Chávez un cheque político en blanco y, gracias al boom prolongado de los precios del petróleo, contó también con un cheque económico en blanco.

 

Pocos jefes de Estado han podido enorme apoyo popular y los inmensos recursos económicos de los que disfrutó Chávez. Su control absoluto de todas las palancas del poder le permitió hacer lo que quería. Y lo hizo.

 

Modificar el nombre del país, cambiar su bandera, imponer una zona horaria nueva para Venezuela. Y mucho más. Lo que no hizo fue dejar el país en mejor situación que cuando llegó a la presidencia. Hugo Chávez merece que se le recuerde como una oportunidad perdida.

 

 

Moises Naim

 

 

El mito

Posted on: marzo 9th, 2013 by lina

Los mitos en nuestras sociedades abiertas, irreverentes, inquisitivas, son flores de un día

 

Luego que Amadeus de Milos Forman obtuviera el Oscar en 1984, la Fundación Mozarteum se quejó de que la película tenía distorsiones tan poderosas y generalizadas de la historia real y los personajes, que tal vez sería imposible remontarlas y se harían «verdades». Wolfgang ni siquiera se llamaba Amadeus («amado por Dios» en latín) sino Cristóforos y más bien el apodo se lo encasquetó el Emperador Austríaco como gesto de admiración.

 

Escandalosamente falsa la rivalidad del compositor italiano Antonio Salieri con él, y muchísimo más su participación en «el asesinato» de Mozart con el plan de apropiarse del Requiem y presentarlo en las exequias de la propia víctima como su homenaje.

 

El mito es una de las formaciones básicas de la cultura y la más cercana al origen de la civilización, de cuando era la única explicación que los hombres podían dar a fenómenos obscuros entonces, como el trueno, la lluvia, el mar, el origen.

 

En la sociedad contemporánea difícilmente el mito se mantiene mucho tiempo. Durante la premodernidad casi todo era mítico, cosmogonías, teogonías y antropogonías. Una poética versión del mundo antes del triunfo del pensamiento racional. Max Muller se pregunta…

 

«¿Cómo podemos entender esta fase de la mente humana que dio origen a los extraordinarios relatos de dioses y héroes, de gorgonas y quimeras, de cosas que el ojo humano no había visto nunca?».

 

En la actualidad ciertas personalidades pueden investirse de un carácter mítico y sobre ellas circulan todo tipo de leyendas y anécdotas inverificables. Así ocurre con algunos políticos, deportistas, artistas y estrellas de cine. Pero para que la leyenda perviva tienen que soportar los embates de la cibersociedad.

 

Nietzsche escribió que «la ciencia era un cúmulo de mentiras que nos ayudan a vivir». Morse, por ejemplo, no inventó el telégrafo. Fue Joseph Henry, aunque el alfabeto Morse si es obra de aquél.

 

Tampoco Graham Bell el teléfono sino el insigne patriota italiano, Antonio Meucci, que debió huir de Florencia a EEUU de la persecución política, por su compromiso con la revolución del ressorgimiento. Se supo todo.

 

Tampoco Wats aportó a la Humanidad la máquina de vapor, sino Thomas Newcomen en 1712, un instrumento que servía solamente para transportar las materias primas de las minas británicas. Lo que sí hizo fue perfeccionarla y tanto la invención de Newcomen como el aporte de Wats ocupan su lugar en la historia. También en materia de vaporones, Robert Fulton no inventó el barco de vapor que encogió las distancias en el río Hudson, porque dos décadas antes lo había hecho John Fitch en Filadelfia, pero su empresa quebró y el ganador quiso escribir la historia. Lo sabemos.

 

La libertad de información en la democracia permite equivocaciones en unos casos o patrañas en otros, pero también que las derrote el tiempo, la investigación y el debate. Se puede engañar alguien todo el tiempo y a todos un rato, pero el flujo de informaciones y opiniones impide que existan criterios indestructibles, mentiras eternas.

 

En toda comunidad humana existen la falsedad y el error, -que no son lo mismo-, pero en la sociedad democrática los mentirosos la pagan, como Nixon y Clinton

 

No así en las autocracias. En ellas la mentira es la forma única de información porque los medios son de los comisarios políticos. Saddam convenció a los iraquíes, después de la primera guerra del golfo, «que habían ganado». Kim Il Sum, muerto hace décadas, es en la Constitución «el presidente» de Norcorea y sus sucesores, vicepresidentes.

 

¿Son hoy Stalin, Mao, Hitler, Castro «mitos» o simples encarnaciones del horror, licántropos que, como nos enteramos hasta la saciedad, destazaron a sus pueblos?

 

El «padrecito» Stalin fue un mito para los soviéticos hasta que Nikita Kruschev en el XX Congreso del PCUS de 1955, denunció el reino del horror que había creado. La viuda de Mao terminó en un calabozo enjuiciada con «la banda de los 4» y hoy estamos enterados, gracias a los chinos, que el provecto dormía como un mandarín, con impúberes de ambos sexos.

 

Cuando llegue la democracia a Cuba se sabrán al detalle los monstruosos crímenes de Fidel y su pandilla, especialmente una bestia desalmada como el Che.

 

Los mitos en nuestras sociedades abiertas, irreverentes, inquisitivas, son flores de un día. Sobreviven en pequeñas sectas de adoradores, como los de María Lionza o el Negro Felipe. No queda nada de Getulio Vargas, Velasco Alvarado, Rojas Pinilla, Omar Torrijos. Se hundieron por el peso de sus malas obras. Todo se sabe.

 

Carlos Raúl Hernández

@carlosraulher

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